Crónicas urgentes
Claudia Constantino
Últimamente la Plaza Ánimas de
Xalapa ha dado mucho de qué hablar. Hace un par de días, la tromba que cayó en
la ciudad inundó el estacionamiento de este centro comercial, y ni soñar que
los propietarios de los vehículos estacionados ahí, recibieran tan siquiera una
disculpa. Todos recordaremos que los usuarios se han negado a pagar la admisión
a ese espacio y por tanto, no hay garantía alguna durante su estancia. Todo les puede
pasar, hasta que los abduzcan los extraterrestres, sin consecuencias para
nadie. Todo por no pagar.
Justo ahí, donde en 2013 se
construyó el colector pluvial “Murillo Vidal”, con una inversión superior a los
30 millones de pesos y que desahogaría más de 15 millones de litros diarios de
aguas residuales a través de 4 kilómetros de tubería, volvió a correr el río y
poco faltó para que se llevara con todo y camioneta a una pareja de ancianos, a
los que elementos de la policía rescataron, tras bajar un poco la corriente.
En pocos minutos de lluvia
torrencial, se formó un caudaloso río que desembocó en el estacionamiento de
Plaza Ánimas conformando un lago natural, con buen número de vehículos dentro,
de clientes del centro comercial. Sólo
faltaron las trajineras.
Apenas y se vieron algunos elementos
de seguridad privada, de los que tiene contratada la Plaza, pasando reporte a
través de sus radios. Muchos curiosos, tomaron imágenes con sus celulares
pensando en mandar a los medios electrónicos de comunicación, la primicia; con
eso de que ya cualquiera con un buen smart phone ya se siente reportero. No pocos se entretuvieron en eso, en vez de
auxiliar a los ancianos atrapados en el vehículo a medio río. Empleados de la
Plaza, incluidos.
Dos días más tarde, tan sólo la
mañana de ayer, un hombre pasado de peso y del medio siglo, sufrió un conato de
infarto y ante la alarma de su hijo que lo acompañaba, los mismos elementos de
seguridad privada, a cuyo cargo pareciera estar la Plaza Ánimas, intercambiaban
impresiones por radio, se veían unos a otros en torno al hombre en apuros, y le
pasaron alcohol y unos algodones a quienes trataban de asistir al hombre en
desgracia.
Varios minutos más tarde, clientes
de la plaza comercial llamaban a las ambulancias y seguían consejos vistos en
algún tutorial de YouTube o anuncio de prevenimss sobre qué hacer en estos
casos. Ni un paramédicos, médico o enfermera que pudiera dar reales primeros
auxilios al hombre en apuros. Los
elementos de la empresa de seguridad Alfiles, evidentemente no están entrenados
en primeros auxilios y mucho menos tienen un protocolo de seguridad claro que
seguir en las emergencias. Eso ha quedado demostrado en los dos últimos días.
Por su parte, los
administradores de la Plaza Ánimas, brillando por su ausencia, mientras la banda de acceso del estacionamiento a la
planta principal lleva meses fuera de servicio y las condiciones de seguridad e
higiene del lugar dejan mucho que desear. Lo que llama la atención es que no
hay un solo local desocupado y la afluencia de personas es copiosa a diario,
pues aquí se ubican oficinas de gobierno municipal y estatal, donde se hacen
trámites y se pagan servicios.
Las preguntas obligadas:
¿La autoridad
encargada de regular a estos comercios no sirve para nada?
¿Tampoco
Protección Civil?
¿Será que los
dueños de este Centro Comercial, orgullo Xalapeño, son intocables?
¿Todas las
anteriores?
Cualquier
comentario para esta columna que casi se ahoga en la Plaza Ánimas a:
Twitter:
@AERODITA