Por: José Miguel Cobián
En esta era de la
post-verdad y las fake news (noticias falsas) dónde cada quien publica lo que
quiere, y el público lee y cree lo que gusta, en lugar de enterarse de la
verdad, es muy difícil comentar lo que voy a compartir contigo amig@
lector(@).
Ahí va: El audio de los mil millones de pesos para
el PRI nacional es falso. Ni es la voz de Tarek (que me cae muy mal), ni es la
voz de Javier Duarte. Quien las imita
hizo un buen trabajo, apto para que la mayoría se lo crea, pero después de un
concienzudo análisis podría apostar que no son sus voces.
¿Y eso que
significa? Que se comprueba lo que he
venido diciendo y sospechando desde hace más de dos años, que Javier Duarte se
ha convertido en la mayor y más eficiente caja china de México. ¿No te parece extraño que el audio salga
cuando medio México está indignado por la nula respuesta del Presidente Peña al
comentario del Presidente Trump respecto a que ¨absolutamente México pagará el
muro¨? Siempre que hay algo que
ocultar, o que es urgente distraer a la opinión pública sale a relucir Javier
Duarte.
Y no, no digo que su
gobierno haya sido un gobierno ejemplar, y mucho menos afirmaría jamás que fue
un gobierno honesto en el que no se dispusieron recursos públicos para
cuestiones privadas. Sólo afirmo que el
poco o mucho daño que su gobierno le haya hecho a Veracruz ha sido aumentado
mil veces por aquéllos que encontraron en Javier Duarte el mejor medio para
distraer a la opinión pública.
Por ejemplo, de las
múltiples acusaciones que ha realizado verbalmente el gobernador de Veracruz,
sólo unas cuantas se han materializado en denuncias y ninguna en sentencia a la
fecha. Nadie podría dudar de los deseos
de venganza, de la búsqueda de imagen de justiciero, de la inteligencia y
capacidad de Miguel Ángel y sin embargo, los resultados han sido magros.
En lo personal me parece
absurdo pensar en arreglos económicos con aquéllos que tienen la ¨honra¨
embarrada en actos ilícitos. Esa teoría
del ¨vómito negro¨ que implica que un presunto delincuente y emisario del pasado
sexenio, en lugar de ser acusado y sometido a proceso, entrega a prestanombres
del actual gobernador el 80% del botín que aún queda en sus manos, ya sea en
efectivo o en bienes, a cambio de su tranquilidad y cancelación de cualquier
acusación en su contra, no cuadra con los objetivos a mediano plazo del
gobernador.
Analicemos un poco: Por un lado es cierto que si recibes dinero o
bienes de un particular, -sobre todo si es a un prestanombre-, no existe ningún
delito que perseguir, y mucho menos daño al erario público. Por el otro lado, sabemos como es la
política en México, y sabemos que el puesto de gobernador es muy rentable,
mucho muy rentable. También sabemos que
hay la intención de que sea el hijo del mismo nombre quien asuma la gubernatura
los próximos seis años. ¿A quien se le
ocurre que por unos cuantos pesos (que no serían pocos, estoy de acuerdo), el
gobernador va a arriesgar su proyecto sucesorio familiar. A fin de cuentas es más rentable ser
gobernador ocho años (6 + 2), que cualquier otro convenio. Y nada mejor para lograrlo que cumplir las
promesas de campaña de castigar a los corruptos.
¿Te acuerdas del crimen
del periodista en la Narvarte? Al principio todo mundo decía que había sido
orden de Javier Duarte. Al final se comprobó que nada tuvo que ver. Y lo mismo
con muchos crímenes que se le han achacado y que cuando se resuelven nada tuvo
que ver.
Suponiendo sin conceder,
que tenga yo razón y que no haya ni ¨vómito negro¨ ni arreglos con sexenios
anteriores, ¿Por qué seguir usando a Javier Duarte como la caja china? La respuesta es sencilla. Convierte a tu enemigo en el demonio mayor
(AMLO lo ha hecho con Carlos Salinas y le ha dado resultado), o convierte a tu
aliado en el máximo distractor (Eso han hecho Peña y el resto de políticos del
altiplano con Javier Duarte) y tendrás tranquila a la opinión pública.
Recordemos el caso de los
medicamentos contra el cáncer que eran agua destilada. Ninguna autoridad respaldó la acusación. No hay crimen de lesa humanidad. Y sin embargo el escándalo sigue y será
llevado a la corte internacional de la Haya.
Los medicamentos contra el sida ya caducos o inservibles, también
sufrieron la misma suerte: Ninguna autoridad avaló la acusación.
Hay otros casos de
enriquecimiento explicable (por el robo al erario), que no tienen duda según
parece. Muchos veracruzanos vimos a funcionarios enriquecerse brutalmente, el
saqueo a las arcas estaba a la vista de todos. Pero de allí a inflar las
acusaciones y llevarlas a otro nivel, como que es un exceso que tiene la finalidad
de engañar a la opinión pública. Y con
esto quiero decir, que puedo creer que Javier Duarte no fue un buen gobernante
y que su camarilla robó en exceso pero no fue tan malo como nos quieren hacer
creer.
El columnista dice que
robó en exceso. ¿Qué querrá decir?. La
respuesta es sencilla: No hay un solo
funcionario público y mucho menos un solo gobernador del país que no haya
robado, la diferencia es que cuando robas demasiado, se nota mucho. Si robas pero haces obra, se nota menos. No creo que haya un solo mexicano que no esté
de acuerdo con esta afirmación. Que lo
mismo aplica para alcaldes y para muchísimos funcionarios públicos. Todos en México sabemos que estamos
gobernados por ladrones. El problema del
gobierno de Javier Duarte es que no sólo robó él, sino que robaron muchos de
sus allegados, y robaron mucho cada uno de ellos. Ningún presupuesto público aguanta tanto
robo, y ningún pueblo aguanta tanta desatención de sus gobernantes. Por eso es emblemático. Porque se excedió aún para los parámetros de
nuestro país y de nuestros gobernantes.
En el caso particular del
presidente Peña, no se le perdona que haya sido tan tonto en su forma de robar,
quedando en evidencia ante los ojos del mundo con la casa blanca. Videgaray
perdió la oportunidad de sucederlo por la de Malinalco. Y los demás presidenciables siguen en la
carrera porque han sido más discretos en sus robos a la nación. Margarita Zavala puede aspirar, porque su
marido robó pero supo hacerlo con la suficiente discreción, aún así, espero que
no sea la candidata de Acción Nacional.
Ahora, cada vez que sale
una noticia de Javier Duarte, trato de verla como un fenómeno de manipulación
de masas, a lo cual él más que nadie se presta.
La paráfrasis de la frase de Santiago Montoto causó fiebre en las redes
sociales de México y del mundo. ¿De que
nos distrajeron? ¿Por qué desviar la atención de la opinión pública y de las
redes?
Las razones pueden ser
muchas. Tener al pueblo de México distraído, permite que no se exija paz y
seguridad, ante un número tal de muertos que en cualquier otro país ya hubiera
hecho caer al gobierno en turno (al de Calderón y al de Peña). Desvía la atención de la ausencia de
justicia. Distrae para no reparar en los
pésimos servicios públicos. Elimina la
angustia de pensar que ni en tu casa ni fuera de ella estás seguro. Evita pensar en un futuro de mayores
desgracias para las siguientes generaciones.
En fin, razones para distraer hay muchas, pero casi siempre se refiere a
asuntos de corto plazo, que en menos de una semana se le olvidan a las
audiencias.
Pan y circo es la máxima
para mantenerse en el poder. A falta de pan, entonces más circo para los
mexicanos.