Cosas Pequeñas LA REALIDAD
por Juan Antonio Nemi Dib Hay una relación directamente proporcional entre la urgencia de prometer por parte de los políticos que aspiran a ganar una elección y las ansias de creer por parte de los electores que deben optar por uno o por otro de los candidatos, basando sus votos en las dos grandes motivaciones del elector: necesidades y miedos. Así, el gran reto de los expertos en mercadotecnia que asesoran a partidos y candidatos consiste, más que en buenas estrategias publicitarias, en identificar los mensajes que las audiencias esperan por parte de sus potenciales gobernantes y construir esos mensajes de la manera más creíble.La historia contemporánea de Occidente está plagada de ejemplos respecto de promesas electorales incumplidas y abundan los cambios dramáticos de posición, antes y después de los comicios. El caso reciente más emblemático es el del PSOE, que ganó las elecciones oponiéndose a la incorporación de España a la organización militar del Atlántico Norte y más pronto que tarde convocó a un referéndum en el que hizo franca campaña a favor de la alianza peninsular con la OTAN.Es cierto que la tendencia en política es prometer de más, pero es igualmente cierto que la realidad se impone de manera cruda sobre las propuestas de campaña y suele convertir a la esperanza posible en un sueño inalcanzable; también pasa que las circunstancias cambian de tal manera que las plataformas electorales se vuelven secundarias e intrascendentes frente a retos nuevos y, muy probablemente, de mayor envergadura.
por Juan Antonio Nemi Dib Hay una relación directamente proporcional entre la urgencia de prometer por parte de los políticos que aspiran a ganar una elección y las ansias de creer por parte de los electores que deben optar por uno o por otro de los candidatos, basando sus votos en las dos grandes motivaciones del elector: necesidades y miedos. Así, el gran reto de los expertos en mercadotecnia que asesoran a partidos y candidatos consiste, más que en buenas estrategias publicitarias, en identificar los mensajes que las audiencias esperan por parte de sus potenciales gobernantes y construir esos mensajes de la manera más creíble.La historia contemporánea de Occidente está plagada de ejemplos respecto de promesas electorales incumplidas y abundan los cambios dramáticos de posición, antes y después de los comicios. El caso reciente más emblemático es el del PSOE, que ganó las elecciones oponiéndose a la incorporación de España a la organización militar del Atlántico Norte y más pronto que tarde convocó a un referéndum en el que hizo franca campaña a favor de la alianza peninsular con la OTAN.Es cierto que la tendencia en política es prometer de más, pero es igualmente cierto que la realidad se impone de manera cruda sobre las propuestas de campaña y suele convertir a la esperanza posible en un sueño inalcanzable; también pasa que las circunstancias cambian de tal manera que las plataformas electorales se vuelven secundarias e intrascendentes frente a retos nuevos y, muy probablemente, de mayor envergadura.




