ANIMALIA
NO DISCRIMINES
POR: MARICARMEN GARCÍA ELÍAS
En México como en la mayoría de los países existe racismo y discriminación en las diferentes clases sociales, culturas, ideas, forma de vestir, color de piel, altura, todo lo que es el físico, y la distinción de la familia donde uno proviene. Hay algo interesante, el racismo proporciona la única oportunidad que tiene la gente mediocre de una raza determinada, de sentirse superior a otros que realmente valen la pena.
En México aun existen personas que se resisten demasiado al cambio, con una cultura excelente y de mucha riqueza, pero con una mentalidad no muy amplia que se pueda decir, esto hace que México este desproporcionado en su riqueza, ya que son muchos los que viven en pobreza, son pocos lo que tienen una estabilidad económica.
La clase alta trata de manejar la mayor parte del país, se crean monopolios, y se identifica por completo quien es importante y quien no lo es, estas personas de gran riqueza no permiten que personas como los indígenas en nuestro país crezcan y de esta forma provocan que se estanquen de una manera muy agresiva. Del concepto raza sale el término Racismo este distingue la diferencias de identidades y culturas, entre otras cosas.
La xenofobia, considerada como la base del racismo, es uno de los prejuicios con recelo, odio, fobia y rechazo contra los grupos étnicos diferentes, cuya fisonomía social y cultural se desconoce.
¿Por qué diferenciar las razas, y ver con odio a las personas distintas a nosotros? Si todos somos iguales, realmente sí lo somos de eso no hay duda alguna, por circunstancias diferentes, con distintas ventajas y desventajas, en familias, países, ciudades, gente diferente nos hace tener cierta esencia como personas. La raza que cada quien tiene y comparte con otra gente es totalmente respetada, pero no es base de burla o rechazo, todos como seres humanos tenemos por naturaleza la necesidad de tener contacto con gente, sin importar el color de su piel, el físico , la religión, la cultura, no podemos crear prejuicios de esta magnitud creyendo y transmitiendo el temor a la gente negra en caso de ser blanco, el odio a los extranjeros, el repudio a los aborígenes, no somos nadie para hacerlo. A menudo los medios de comunicación insisten en las diferencias culturales, presentando las costumbres y los actos culturales ajenos como cosas raras y sorprendentes. De esa manera también fomentan hostilidad, se impulsa la xenofobia contra los extranjeros y se crea así la exclusión y rechazo.
Pues bien, resulta increíble como esta discriminación se extiende a los animales y a sus dueños, a menudo vemos que si un perro callejero pasa por un restaurante y lo que es peor, se detiene a husmear el olor a comida, lo acosan y si pueden le echan agua, qué decir de intentar subir a un autobús o a un taxi con nuestra mascota, aún hay chóferes que lo prohíben y hacen cara de “fuchi” como si las personas que suben alcoholizadas o sin bañar no olieran peor que la mascota y como si existieran reglamentos que prohibieran abordar con mascota en el transporte público.
Ahí está el caso de Patricia y Juan Carlos quienes este año quisieron festejar el Día de San Valentín como cualquier pareja de novios: con una comida fuera de casa, una caminata en un parque y tal vez una velada; sin embargo, la sola idea de salir de sus hogares les obligó a pensarlo mucho antes de decidirse por la serie de peripecias que tendrían que enfrentar, pues son ciegos.
Con una copia en mano del Reglamento para el Desarrollo Integral de las Personas con Capacidades Diferentes de Tijuana, él intentó demostrar al gerente del restaurante “Giuseppis” que dejarlos entrar con sus perros guía es una obligación. El empresario intentaba obligarlos a dejar los animales en el estacionamiento del local.
Argumentó que los invidentes no requerían a los perros para tomar sus alimentos, y tras varios minutos de discusión cedió pero con la condición de que la pareja fuera atendida en un salón que se encontraba casi vacío, no en el comedor principal.
La justificación: que los canes podían tener certificado de entrenamiento, pero también había el riesgo de que inquietaran a los comensales. Además, el prestador de servicios pretextó que si la autoridad sanitaria descubría a los animales en un lugar donde se sirven alimentos, podrían clausurar el lugar.
Sin desanimarse ni mostrar disgusto alguno, los novios aceptaron el “confinamiento”, aunque advirtieron estar conscientes de que se trataba de una discriminación. Tampoco protestaron cuando se les notificó que el restaurante no tenía menús en Braille y que una acompañante no ciega tendría que leerles. Eso sí, Patricia celebró con una carcajada cuando el gerente aseguró que se les atendió en un salón privado del establecimiento porque es el mejor, ya que cuenta con una serie de pinturas murales que evocan a Venecia. “A menos que estén en Braille, podemos disfrutarlo”, afirmó Juan Carlos, mientras Patricia aseguró en broma, que las pinturas fue lo que más disfrutó.
Podemos anotar más anécdotas de este tipo y que lamentable resulta que México no esté a la vanguardia en tolerancia, educación y respeto como sucede en los países desarrollados, donde la mascota y su dueño son tratados con respeto, donde la mujer no es golpeada y tiene un lugar especial en las leyes, donde los homosexuales y enfermos de VIH no son señalados ni vistos como bichos raros sino como personas y lo donde lo único que está prohibido es la discriminación. Discriminar en cualquier forma a alguien demuestra lo poco que como persona se ha crecido y lo ignorante que es. No se trata de cambiar el mundo sino de cambiar uno mismo, de ser una mejor persona, por eso el tiempo y la educación se encargarán de trabajar a favor de la igualdad de derechos.
“Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia.”
Mahatma Gandhi
POR: MARICARMEN GARCÍA ELÍAS
En México como en la mayoría de los países existe racismo y discriminación en las diferentes clases sociales, culturas, ideas, forma de vestir, color de piel, altura, todo lo que es el físico, y la distinción de la familia donde uno proviene. Hay algo interesante, el racismo proporciona la única oportunidad que tiene la gente mediocre de una raza determinada, de sentirse superior a otros que realmente valen la pena.
En México aun existen personas que se resisten demasiado al cambio, con una cultura excelente y de mucha riqueza, pero con una mentalidad no muy amplia que se pueda decir, esto hace que México este desproporcionado en su riqueza, ya que son muchos los que viven en pobreza, son pocos lo que tienen una estabilidad económica.
La clase alta trata de manejar la mayor parte del país, se crean monopolios, y se identifica por completo quien es importante y quien no lo es, estas personas de gran riqueza no permiten que personas como los indígenas en nuestro país crezcan y de esta forma provocan que se estanquen de una manera muy agresiva. Del concepto raza sale el término Racismo este distingue la diferencias de identidades y culturas, entre otras cosas.
La xenofobia, considerada como la base del racismo, es uno de los prejuicios con recelo, odio, fobia y rechazo contra los grupos étnicos diferentes, cuya fisonomía social y cultural se desconoce.
¿Por qué diferenciar las razas, y ver con odio a las personas distintas a nosotros? Si todos somos iguales, realmente sí lo somos de eso no hay duda alguna, por circunstancias diferentes, con distintas ventajas y desventajas, en familias, países, ciudades, gente diferente nos hace tener cierta esencia como personas. La raza que cada quien tiene y comparte con otra gente es totalmente respetada, pero no es base de burla o rechazo, todos como seres humanos tenemos por naturaleza la necesidad de tener contacto con gente, sin importar el color de su piel, el físico , la religión, la cultura, no podemos crear prejuicios de esta magnitud creyendo y transmitiendo el temor a la gente negra en caso de ser blanco, el odio a los extranjeros, el repudio a los aborígenes, no somos nadie para hacerlo. A menudo los medios de comunicación insisten en las diferencias culturales, presentando las costumbres y los actos culturales ajenos como cosas raras y sorprendentes. De esa manera también fomentan hostilidad, se impulsa la xenofobia contra los extranjeros y se crea así la exclusión y rechazo.
Pues bien, resulta increíble como esta discriminación se extiende a los animales y a sus dueños, a menudo vemos que si un perro callejero pasa por un restaurante y lo que es peor, se detiene a husmear el olor a comida, lo acosan y si pueden le echan agua, qué decir de intentar subir a un autobús o a un taxi con nuestra mascota, aún hay chóferes que lo prohíben y hacen cara de “fuchi” como si las personas que suben alcoholizadas o sin bañar no olieran peor que la mascota y como si existieran reglamentos que prohibieran abordar con mascota en el transporte público.
Ahí está el caso de Patricia y Juan Carlos quienes este año quisieron festejar el Día de San Valentín como cualquier pareja de novios: con una comida fuera de casa, una caminata en un parque y tal vez una velada; sin embargo, la sola idea de salir de sus hogares les obligó a pensarlo mucho antes de decidirse por la serie de peripecias que tendrían que enfrentar, pues son ciegos.
Con una copia en mano del Reglamento para el Desarrollo Integral de las Personas con Capacidades Diferentes de Tijuana, él intentó demostrar al gerente del restaurante “Giuseppis” que dejarlos entrar con sus perros guía es una obligación. El empresario intentaba obligarlos a dejar los animales en el estacionamiento del local.
Argumentó que los invidentes no requerían a los perros para tomar sus alimentos, y tras varios minutos de discusión cedió pero con la condición de que la pareja fuera atendida en un salón que se encontraba casi vacío, no en el comedor principal.
La justificación: que los canes podían tener certificado de entrenamiento, pero también había el riesgo de que inquietaran a los comensales. Además, el prestador de servicios pretextó que si la autoridad sanitaria descubría a los animales en un lugar donde se sirven alimentos, podrían clausurar el lugar.
Sin desanimarse ni mostrar disgusto alguno, los novios aceptaron el “confinamiento”, aunque advirtieron estar conscientes de que se trataba de una discriminación. Tampoco protestaron cuando se les notificó que el restaurante no tenía menús en Braille y que una acompañante no ciega tendría que leerles. Eso sí, Patricia celebró con una carcajada cuando el gerente aseguró que se les atendió en un salón privado del establecimiento porque es el mejor, ya que cuenta con una serie de pinturas murales que evocan a Venecia. “A menos que estén en Braille, podemos disfrutarlo”, afirmó Juan Carlos, mientras Patricia aseguró en broma, que las pinturas fue lo que más disfrutó.
Podemos anotar más anécdotas de este tipo y que lamentable resulta que México no esté a la vanguardia en tolerancia, educación y respeto como sucede en los países desarrollados, donde la mascota y su dueño son tratados con respeto, donde la mujer no es golpeada y tiene un lugar especial en las leyes, donde los homosexuales y enfermos de VIH no son señalados ni vistos como bichos raros sino como personas y lo donde lo único que está prohibido es la discriminación. Discriminar en cualquier forma a alguien demuestra lo poco que como persona se ha crecido y lo ignorante que es. No se trata de cambiar el mundo sino de cambiar uno mismo, de ser una mejor persona, por eso el tiempo y la educación se encargarán de trabajar a favor de la igualdad de derechos.
“Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia.”
Mahatma Gandhi