BALANCE
Por: Aurora Pineda López
Las elecciones para gobernador del 3 del actual celebradas en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, ofrecen pérdidas y ganancias: afirman los que saben que gracias a la unión de los diferentes grupos del PRI, los apoyos de los gobernadores y legisladores priistas, y el reencuentro con sus aliados, entre ellos el poderoso sindicato de maestros, los tricolores lograron un previsible triunfo. Además de que hicieron los priistas una afortunada selección de sus candidatos, fueron exitosas sus estrategias, principalmente al presentar al gobierno federal panista como responsable de la inseguridad y oponerse en el Congreso a reformas para crear más empleos, a la vez que acusaron a los panistas de ausencia de oficio político para lograr consensos.
Se subraya que las estrategias mencionadas provocaron también el rechazo de ciudadanos de clase media votantes independientes, decepcionados por la falta de reformas y por el incremento de la violencia, que atribuyen al gobierno federal; amén de que los que tampoco simpatizan con el PRI ni con el PRD, o no vieron viable el triunfo del PAN, no acudieron a las urnas (con excepción de Nayarit, en donde despacharon con la cuchara grande y los operadores del PAN no escatimaron recursos para llevar gente a las urnas). Esa situación favoreció enormemente al PRI, pues su voto duro, que se mantuvo prácticamente igual, representó un mayor porcentaje del total de votos emitidos. Empero, las dirigencias nacionales del PAN y PRD, tienen que reconocer la carencia de cuadros competitivos y que sus comités estatales realizaron una pésima selección de candidatos, en todos los casos.
Estado de México: Las encuestas y sondeos de opinión señalaban desde el principio como favorito por más de 30 puntos de ventaja al candidato del PRI Eruviel Ávila Villegas. Así, el PRI ganó con más del 60% de los votos en el Estado de México (por cierto el Centro de Estudios del Colegio de Abogados de México, fue el único exacto en los números previos de sus mediciones quincenales). Sin embargo, hay que mencionar que el PRD presentó a un candidato perdedor por naturaleza: perdió hace 18 años en una elección similar, después perdió la elección de la presidencia de su partido; al margen de que su discurso no entusiasma a las masas, ahora surge la interrogante sobre el destino de $140 millones que recibió a Alejandro Encinas Rodríguez para su campaña. Respecto al candidato del PAN, se puede decir que se trata de un candidato igual de desafortunado que el del PRD: Luis Felipe Bravo Mena también perdió hace 18 años la elección de gobernador, y al igual que Encinas, su discurso no entusiasma ni a sus colaboradores. Dos buenos hombres, mucho muy buenos, pero malos candidatos -en su rostro reflejaban el fracaso que les esperaba- desafortunadamente, como se comprobó, el tener buenas calificaciones en conducta no es suficiente para ganar una campaña.
Nayarit: El candidato del PRI, Roberto Sandoval Castañeda, se perfiló desde el principio como seguro candidato triunfante, a pesar de los múltiples esfuerzos y recursos de la acaudalada candidata del PAN, Martha García Gómez de Echevarría. Por el PRD participó Guadalupe Acosta Naranjo, quien no logró entusiasmar al electorado, ni tampoco declinó en favor de la candidata del PAN. A pesar de no contar con la simpatía del gobernador, ganó el candidato del PRI por la pésima selección de candidatos que hicieron tanto el PAN, como el PRD. El partido albiazul de la localidad (alineado desde hace una década con los Echevarría), cedió la candidatura a una señora originaria de Oaxaca, diputada del PRD, desprestigiada en la entidad, esposa del ex gobernador Antonio Echevarría, de malos recuerdos de corrupción y dispendio para los nayaritas, al grado que el día de la votación la candidata panista repartió millones de pesos a diestra y siniestra para la compra de votos, acarreos y regalos para todos. Fue de tal magnitud el operativo de Martha García que abatió considerablemente el abstencionismo, al llevar más de cien mil votantes extras a las urnas; los beneficiarios directos del dispendio de la candidata, resultaron los directivos locales del PAN quienes, ante la obsesión de la repudiada Oaxaqueña (desde hace dos sexenios busca la gubernatura), sacaron a la sureña todo el dinero que quisieron, a sabiendas de que tenía asegurada la derrota.
Coahuila: Como estaba previsto desde el principio Rubén Moreira Valdés, candidato del PRI, también se alzó con un holgado triunfo. La campaña negra en contra de su hermano presidente del CEN del PRI y ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, no logró impacto alguno entre el electorado: la gente ya no muestra asombro de que los políticos roben; le molesta que sean ineficaces. El candidato del PAN, José Guillermo Anaya Llamas, no penetró tampoco en el ánimo del electorado; se esperaba que diera más, no pudo, no quiso, no hizo y no supo. En Coahuila sucedió un fenómeno idéntico al del Estado de México: los candidatos del PAN, PRD Y PT-CONVERGENCIA, nada tenían que hacer frente al candidato triunfante del PRI, Rubén Moreira, inteligente, bueno para el discurso ante las masas y, mucho muy sencillo.
Elección Presidencial 2012: Los analistas afirman que es incorrecto afirmar que la elección de gobernador del Estado de México es laboratorio o antesala de la elección presidencial: hace doce años ganó el PRI la gubernatura con Arturo Montiel y la elección presidencial la ganó el PAN con Vicente Fox; y hace seis años, el PRI repitió el triunfo en el Estado de México con Enrique Peña Nieto y la elección presidencial la ganó nuevamente el PAN con Felipe Calderón Hinojosa. Es por ello que en el PAN, están ciertos de triunfar en la elección presidencial.
Sobre este particular, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa afirmó recientemente (días previos a las elecciones del 3 de julio de 2011), que mientras el PRI se ve muy fortalecido, en el PAN no se ve hasta el momento un aspirante presidencial que pueda ser competitivo. Sin embargo, subrayan los expertos, el mismo Calderón Hinojosa hace seis años fue un aspirante poco competitivo y ganó la elección presidencial, habiendo perdido años antes la elección de gobernador en Michoacán.
En el análisis poselectoral los avances son:
Partido Revolucionario Institucional: De acuerdo con encuestas recientes, tanto Enrique Peña Nieto como Manlio Fabio Beltrones Rivera, hoy vencerían a cualquiera de los contendientes visibles del PAN, PRD, PT y CONVERGENCIA, con la circunstancia afortunada para el partido tricolor, de que Beltrones además es reconocido por la visión, experiencia y capacidad con que cuenta para hacerle frente al principal problema nacional que, hoy por hoy, constituye la inseguridad. Para el gusto de los expertos en el tema, Beltrones es un político templado y de resultados, y que en el titánico reto de vencer a la inseguridad, contaría con el respaldo de: el ejército, la armada, policía federal, asociaciones civiles de derechos humanos, empresarios, banqueros, la iglesia, los productores del campo, la sociedad entera.
Partido Acción Nacional: de los siete aspirantes, hoy la candidatura del partido sería para Santiago Creel o Ernesto Cordero. Creel tiene a su favor la experiencia y visión que brinda la Secretaría de Gobernación y el Senado de la República; ninguno de los demás aspirantes tiene el bagaje de Santiago; es un político serio, sereno y respetuoso de la formalidad. Por su parte, Codero tiene a su favor la simpatía del presidente Calderón, y en sus manos tiene la llave para convencer a los gobernadores de los diferentes partidos de que operen en su favor, desde ahora; lo que no es cosa menor (pregúntele a Roberto Madrazo como le fue con ellos hace seis años).
Partido de la Revolución Democrática: Marcelo Ebrard hoy en día cuenta con la mayoría de las preferencias de la ciudadanía y Andrés Manuel López Obrador cuenta con el apoyo de menos de la mitad de la estructura del PRD y del partido CONVERGENCIA, que lo postularía, dividiendo el voto amarillo y quitándole posibilidades de triunfo al PRD. Cualquier cosa puede suceder y subsiste la idea de una alianza PRD-PAN, en favor de Ebrard: serio, moderado, convincente, muchos resultados y también con muy buena experiencia en combatir la inseguridad. Ayer, Marcelo reafirmó su interés de buscar la presidencia de la República y seleccionó a sus rivales: Enrique Peña Nieto del PRI y Josefina Vázquez Mota por el PAN.
Lo cierto es que ya entramos en la recta final de la sucesión presidencial y ya veremos y pronto, de que cuero salen más correas, y de que están hechos los precandidatos.
Aurora Pineda López
Investigadora y profesora emérita de la UNAM
pinedalopezaurora@gmail.com