AMLO Y LA VENGANZA URBANA
Ángel Lara Platas
Por supuesto que los asuntos de la salud
deben tocarse con la mayor seriedad y respeto. Pero, en cuestiones políticas, la
salud es un factor que tiene un peso específico y es muy sencillo explicarlo. A
los gobernados les provoca cierta sensación de incertidumbre cuando sus
gobernantes tienen problemas de salud. Éste tema provoca diversas especulaciones
que pueden llegar a desestabilizar un gobierno.
Si por cuestiones de salud un gobernante se
separa del cargo, la re configuración de las fuerzas políticas en la entidad sufre
un reacomodo. Los intereses que subyacen en torno al referido personaje se trastocan.
Ahí está el ejemplo del gobernador de Michoacán Fausto Vallejo Figueroa, su
separación temporal del cargo por cuestiones de salud afectó la marcha de todo
el estado.
Por eso el interés de los gobernantes de que
los ciudadanos los vean pletóricos de salud. No es casual que el cubano Fidel
Castro, por ejemplo, a pesar de su avanzada edad y deteriorada salud, procura
aparecer en las fotos enfundado en pants con el propósito de dar un reflejo de
vitalidad.
Después de éste saludable preámbulo, podemos
decir que la noticia del infarto al miocardio de Andrés Manuel López Obrador, aunque
su médico haya asegurado ante cámaras y micrófonos que quedaría como nuevo, indudablemente
va a quitarle impulso a su movilidad política. Ya no será la figura impetuosa y
combativa, de profunda enjundia filosófica. Así de entrada nada más, su vanidad
no soportaría que las miradas dirigidas a su persona estuviesen llenas de
conmiseración. Otro duro golpe a su inagotable imagen, es que a partir de su
incursión en el lujoso hospital, sus marchas tendrán que reducirse a unos pasos
y sus apariciones tendrán que ser más espaciadas.
Para Andrés Manuel, la delicada cirugía (con
todo y lo avanzado de la tecnología) representará el parte aguas de su carrera
política. En las columnas políticas ya retumban los comentarios de que se debe
ir olvidando de la próxima competencia presidencial. Cosa que no está nada
descabellada. La actividad propia de una campaña de ese tamaño pondría en
riesgo su fragilizado corazón. Las presiones y los corajes serían un
desencadenante de padecimientos más delicados.
Pero no crean que ese respetable aviso de su
organismo será determinante para dejar de taponar (sin cirugía de por medio)
las arterias de la ciudad de México. El Junior se encargará de lo que sigue.
No obstante, es cardinal que Andrés Manuel se
cuide en extremo porque es un personaje necesario para la política mexicana. Su
lucha, aunque excedida en belicosidad, es el referente de un amplio sector de la
izquierda, así ésta pase por el peor trance de su historia. AMLO, como ningún
otro, ha recorrido el país completo al menos dos veces. Aunque sus estrategias
han provocado verdaderas polémicas, no pocos lo consideran un gran líder.
Controversial, pero al fin líder.
Sin embargo, haber designado a su hijo como
su eventual sucesor en las luchas callejeras, sin antes haber tenido presencia
pública, habla que ni él mismo ha podido preparar cuadros capaces de
sustituirlo en casos como el que actualmente está padeciendo. La filial
designación, lo descubre como un caudillo que no le interesa transitar por las
vías de las instituciones. Su hijo no ha tenido la menor militancia. Es un
chico sin el menor recato para exhibir sus gustos y sus caprichos. Carros de
lujo, tenis muy caros, chicas archiguapas, y otros gustillos solo para ricos. A
pesar de ello le heredó la dirigencia (así sea eventual) de Morena, partido de
su cuño y letra.
El muchacho se estrenó con el cerco a la
Cámara de Senadores desde el pasado 4 del mes que corre. Aunque no lo crean, lo
hizo bien: ordenó a sus huestes derribar vallas y golpear hasta sangrar a los
policías que resguardaban la integridad de los Senadores. Otro mérito del joven
fue convencer, con éxito, a los violentos maestros de la CNTE para sumarse a
sus filas en el frente de batalla.
Andrés Manuel saldrá bien de ésta. Vivirá lo
que tenga que vivir. Hará lo que tenga hacer, llegará hasta donde anhele
llegar. Solo que ahora cargando con las incómodas recomendaciones de los
facultativos. Su salud será el primer punto de su agenda, las consultas médicas
ocuparán parte del tiempo de sus asambleas deliberativas.
La reforma energética, hasta agotarse, será
una de sus principales banderas.
Los que se quieren pasar de chistosos, son
los que andan diciendo que el taponamiento de las arterias de Andrés Manuel,
fue una venganza de la ciudad de México que muchas veces ha padecido el
taponamiento de sus arterias viales, con muchos dolores y sin cirugía de por
medio. Dicen los canijos: “Estamos a mano”.
Tampoco se miden los de las redes sociales.
Andan pregunte y pregunte por qué si en su discursos el tabasqueño se les va a
la yugular a los millonetas dueños de los hospitales privados por que cobran
hasta por respirar, entonces, ¿por qué apenas se sintió mal corrió a internarse
en uno de los hospitales más caros de todo el país?
Ni siquiera se acordó que cuando en ese mismo
hospital atendieron al ex Procurador General de la República y ex Secretario de
Gobernación, Jorge Carpizo McGregor, el mal tratamiento de una pequeña cirugía
le provocó la muerte.