Parte
1
Claudia
Constantino
Xalapa,
Ver; lunes 13 de julio de 2015.- Tras
una década sin salir del país, tomé un avión rumbo a Madrid, llevando conmigo
la secreta esperanza de reconciliarme con México por artes de la distancia e
incluso la nostalgia,esa que hace presa de los viajeros. Llevaba demasiado
tiempo viendo a la violencia, desatada; los asesinatos impunes de mujeres
convertirse en tema principal sólo de BestSellers; la incapacidad del PAN para cumplirnos las expectativas generadas al
sacar al PRI de Los Pinos; a dicho PRI instalarse de vuelta en el poder, con
sus reformas caníbales; el reposicionamiento del narcotráfico mexicano en la
escena mundial; la pérdida de autonomía de los medios masivos de comunicación,
y muchos otros temas del mismo fuste.
Muchos intentaron matar mis ilusiones de estar
en España, hablándome de “la crisis española” (que jamás han vivido y menos
entienden) y me ponían, para ilustrarlo, ejemplos de los casos conocidos de españoles
buscando oportunidades en México, a falta de éstas en su país. Dicha práctica,
es tan ancestral como nuestra relación con aquel país, y data de la conquista.
Y desde luego me recordaban, como disco rayado que un euro vale dieciocho pesos
y por eso para nosotros es sueño guajiro hacer cualquier cosa allá.
La
verdad, que le consta a mis ojos, es que cuando uno camina por las calles madrileñas,
lo hace con plena confianza; del mismo modo que lo hacen los citadinos. No se
ve el temor, la paranoia, ni a los transeúntes a la defensiva. Los policías
además de altamente calificados; bien pagados y con altos índices de confianza
y credibilidad, parecen modelos. Bromeaba con que en vez de examen de admisión
a la academia de policía deben hacerles casting.
Pero
lo cierto es que La Dirección General de Seguridad, adscrita a la Coordinación
General de Seguridad y Emergencias, es la responsable de todos los procesos de
soporte del Cuerpo de Policía Municipal en Madrid, tales como: los recursos
económicos y materiales; los recursos humanos y de las herramientas de gestión;
y todo lo relativo a los medios tecnológicos y de comunicaciones.
El
Cuerpo de Policía Municipal de Madrid depende de la Coordinación General de
Seguridad y Emergencias del Área de Gobierno de Seguridad y Emergencias,conforme
a la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, es un instituto armado,
de naturaleza civil, con estructura y organización jerarquizada, que desarrolla
sus competencias en materia de seguridad y convivencia.
La
jefatura del Cuerpo de Policía Municipal, recae en su Inspector Jefe y se
organiza en Inspecciones, Subinspecciones y Unidades. Las Unidades Operativas
son de dos tipos: territoriales y especializadas. Cada uno de los 21 distritos
de Madrid cuenta con una Unidad de Policía Municipal al mando de un Oficial,
salvo el distrito del Centro, que en términos operativos, se divide en dos
unidades.
Las
22 Unidades Integrales de Distrito se encargan fundamentalmente de vigilar los
espacios públicos, garantizando la normal convivencia y evitando la comisión de
actos delictivos, y de ejercer las oportunas tareas de policía administrativa y
trabajar coordinadamente en la regulación de la circulación con el Cuerpo de Agentes
de Movilidad. Todas ellas cuentan con un grupo de Agentes Tutores para la
protección de los menores y garantizar la seguridad en el entorno escolar, así
como con Oficinas de Atención al Ciudadano, fijas y móviles, donde se recogen y
atienden las demandas de los vecinos.
Además,
el Cuerpo de Policía cuenta con 18 unidades especializadas cuya función es
realizar tareas específicas como seguridad ciudadana, seguridad vial, policía
judicial, medio ambiente, violencia doméstica y de género, dando apoyo a las
territoriales. Y todo esto funciona.
Así
que ahorita en verano, las chicas toman el sol en bikini en los prados de los
parques públicos sin ser molestadas; las niñas recorren los trayectos de su
casa a su sitio de reuniones preferido en minúsculos shorts, sin riesgo de ser
levantadas y terminar tiradas en un terreno baldío ya sin vida. Hombres y
mujeres de todas las edades practican el jogging, que es furor, por las calles
de Madrid a todas horas y se saben perfectamente a salvo. De hecho, dudo mucho que ellos hagan estas consideraciones: ni se persignan y se
encomiendan a la virgen de Guadalupe antes de salir de su casa; ni dejan de
salir después de las 10 de la noche para no exponerse; ni dejan todo lo de
valor en casa para no ser presa fácil de un asalto camino al trabajo.
Que
“toda comparación es odiosa” dirán los que no estén de acuerdo conmigo; en este
caso, me parece harto necesaria. En el metro de Madrid no hay puestos de
policías, ni tampoco asaltos, secuestros y violaciones; mujeres vestidas a la
última moda europea suben y bajan de los vagones, garbosas como son; bellas
como son y libres como son. Al verlas recuerdo que las mexicanas no podemos ser
así: libres, y entonces la tal reconciliación, sigue pendiente.