COMUNIDAD PARROQUIAL DE SAN JOSÉ EN ORIZABA, CELEBRA ESTE DOMINGO LA FESTIVIDAD DE SAN FRANCISCO DE ASÍS.
POR: OSCAR PAZ SERRANO
Orizaba Veracruz.-La comunidad parroquial de San José de Gracia en esta ciudad, se encuentra de gran júbilo por la celebración anual de la Festividad de San Francisco de Asís.
Desde hace muchas décadas, tal templo católico es administrado por frailes franciscanos: se trata del único (en esa categoría) en todo Orizaba, aunque debe decirse que una pequeña rectoría contigua (Nuestra Señora de la Soledad), también es atendida por los hermanos franciscanos que como es bien sabido, disponen de gran espiritualidad, por lo que en conjunto, con la orden franciscana seglar (laicos) se alistan para celebrar a su santo patrono y fundador, este domingo 4 de octubre.
Desde el 25 de septiembre próximo pasado, iniciaron las actividades religiosas con el rezo de la corona franciscana y misas en las diversas capillas integradas dentro de la jurisdicción parroquial y en la que también han participado los miembros de las diferentes pastorales.
En ese tenor, hoy sábado a las 12:00 horas decenas de pequeños, recibirán el sacramento de la confirmación y a partir de las 20:00 se tiene programado un festival franciscano a cargo de los coros parroquiales en honor a San Francisco de Asís.
Este domingo 4 de octubre, todo se encuentra listo por parte del consejo de pastoral y el comité organizador para celebrar en su día a San Francisco de Asís bajo el siguiente programa:
-6:00 hrs, mañanitas
-7:00 hrs, misa por los devotos
-8:00 hrs, misa por los bienhechores
-12:00 hrs, misa por los religiosos de la orden
-13:00 hrs, misa propopulo
-17:00 hrs, procesión por el territorio parroquial
-19.00 hrs, misa solemne, presidida por RP Fray Armando
Vázquez SOTO, OFM.
-20:00 hrs, misa los devotos.
PARA SABER:
San Francisco fue un santo que vivió tiempos difíciles de la Iglesia y la ayudó mucho. Renunció a su herencia dándole más importancia en su vida a los bienes espirituales que a los materiales.
Francisco nació en Asís, Italia en 1181 ó 1182. Su padre era comerciante y su madre pertenecía a una familia noble. Tenían una situación económica muy desahogada. Su padre comerciaba mucho con Francia y cuando nació su hijo estaba fuera del país. Las gentes apodaron al niño “francesco” (el francés) aunque éste había recibido en su bautismo el nombre de “Juan”.
En su juventud no se interesó ni por los negocios de su padre ni por los estudios. Se dedicó a gozar de la vida sanamente, sin malas costumbres ni vicios. Gastaba mucho dinero pero siempre daba limosnas a los pobres. Le gustaban las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores.
Cuando Francisco tenía como unos veinte años, hubo pleitos y discordia entre las ciudades de Perugia y Asís. Francisco fue prisionero un año y lo soportó con alegría. Cuando recobró la libertad cayó gravemente enfermo. La enfermedad fortaleció y maduró su espíritu. Cuando se recuperó, decidió ir a combatir en el ejército. Se compró una costosa armadura y un manto que regaló a un caballero mal vestido y pobre. Dejó de combatir y volvió a su antigua vida pero sin tomarla tan a la ligera. Se dedicó a la oración y después de un tiempo tuvo la inspiración de vender todos sus bienes y comprar la perla preciosa de la que habla el Evangelio. Se dio cuenta que la batalla espiritual empieza por la mortificación y la victoria sobre los instintos. Un día se encontró con un leproso que le pedía una limosna y le dio un beso.
Visitaba y servía a los enfermos en los hospitales. Siempre, regalaba a los pobres sus vestidos, o el dinero que llevaba. Un día, una imagen de Jesucristo crucificado le habló y le pidió que reparara su Iglesia que estaba en ruinas. Decidió ir y vender su caballo y unas ropas de la tienda de su padre para tener dinero para arreglar la Iglesia de San Damián. Llegó ahí y le ofreció al padre su dinero y le pidió permiso para quedarse a vivir con él.
Nos enseña a vivir la virtud de la humildad. San Francisco tuvo un corazón alegre y humilde. Supo dejar no sólo el dinero de su padre sino que también supo aceptar la voluntad de Dios en su vida. Fue capaz de ver la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre. Veía la grandeza de Dios en la naturaleza.
Con su testimonio San Francisco de Asís, enseña a los fieles católicos a saber contagiar ese entusiasmo por Cristo a los demás. Predicar a Dios con el ejemplo y con la palabra. San Francisco lo hizo con Santa Clara y con sus seguidores dando buen ejemplo de la libertad que da la pobreza.
Les enseña el valor del sacrificio. San Francisco vivió su vida ofreciendo sacrificios a Dios.
Y les enseña a vivir con sencillez y con mucho amor a Dios. Lo más importante para él era estar cerca de Dios. Su vida de oración fue muy profunda y era lo primordial en su vida.
“PAZ Y BIEN”…