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HAITI, UN DESASTRE PARA LA REFLEXION

RAQUETA POLITICA

Próspero Aparicio Miranda


----HAITI, UN DESASTRE PARA LA REFLEXION ---

Menos de dos minutos bastaron para crear un holocausto en uno de los países más empobrecidos del mundo, la rabia de la naturaleza fue tan intensa que solo quedaron escombros de lo que había sido un país, los haitianos incrédulos no razonaban la magnitud de la tragedia, familias completas aniquiladas bajo los escombros, miles de heridos, miles agonizantes, los hay de dolor se escuchaban por doquier, el caos invadió las calles, la gente corría en uno y otro sentido, unos para ponerse a buen resguardo y otros buscando a sus seres queridos, los cadáveres sumaban miles, imposible sepultar individualmente a tantos, dispensaron las cristianas sepulturas, el hedor era tan intenso que el aire se volvió casi irrespirable, el llanto de los cientos de niños que perdieron a sus amados padres se escuchaba incesante, el clamor de los hijos en busca de sus padres, la dicha de unos pocos que salieron ilesos y sin pérdidas afectivas.
Las imágenes en diarios y televisión hablaban por sí mismas, recorrieron el mundo incesantemente, la vida humana en la tierra como planeta se volcó en ayuda humanitaria, México no fue la excepción, miles de toneladas de víveres fueron llevadas a la zona de desastre demostrando una vez la calidad humana de los mexicanos.
La intervención norteamericana no se hizo esperar, el gobierno del Sr. Obama está presente en la isla, la fuerza militar norteamericana llegó a “poner el orden”, ahora cuestionada su participación al considerarla una invasión militar más que ayuda humanitaria, el tiempo dará respuestas.
Nosotros como mexicanos hemos vivido muy de cerca los efectos de terremotos como el del 28 de agosto de 1973 con epicentro en Cd. Serdán Puebla de 7.3 grados en la escala de Richter con graves daños a edificios y casa habitación en Orizaba y Córdoba, muchos aún recordamos ese movimiento trepidatorio, las camas saltaban sacudidas por una fuerza imponente e incontrolable, las casas crujían y el Jesús de nuestras madres eran la ventana de salvación, al parar la tierra, toda la gente salió de sus casas aterrorizadas y temblorosas, nadie quería volver adentro, tuvieron que pasar muchas horas para recobrar la confianza, esa noche, después del terremoto -- éramos unos niños--, no pudimos dormir con tranquilidad, las noticias en la radio eran constantes, daban cuenta de edificios desplomados en Orizaba, el caso de una familia de Córdoba, frente al mercado Revolución, salió la propietaria al balcón a observar que había pasado en la calle y que cae con todo y balcón.
La gran ciudad de México fue sacudida el 19 de Septiembre de 1985 por un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter, lo que sobrevino después es similar a lo que viven los haitianos, la verdadera cantidad de muertos y desaparecidos nunca se supo ni se sabrá, entonces era Presidente de México Miguel de la Madrid Hurtado que tardó tres dias para dirigirse a la nación (vitales) y en busca de ayuda internacional, los mexicanos dimos muestra de la grandeza que somos.
De las tragedias se debe de aprender, México, aún con el gran dolor, demostró capacidad de acción –la gente, no el gobierno—construyeron una plataforma de rescate y auxilio aún vigente, pero no ha sido revalorada. Por ejemplo sabemos que hacer en caso de temblor o terremoto, pero al igual que Haití, nuestras construcciones en casa habitación y edificaciones de mas de dos pisos no están supervisadas y reguladas, se hacen sin supervisión de ninguna autoridad, lo que puede dar como resultado en el futuro una catástrofe superior a la de los haitianos, construcciones sin cimientos y precarias, donde habita la gran pobreza, ahí es donde no se puede hacer absolutamente nada para evitarlo. No estamos ajenos a que en México ocurra otro fenómeno natural, hay densidad poblacional como en Haití, Dios nos agarre confesados porque estamos viviendo precisamente sobre fallas geológicas impredecibles.
Lo ocurrido a nuestros hermanos haitianos no nos exenta, la verdad, no estamos preparados a lo indecible. La pobreza del País caribeño está concentrada en un pequeño territorio. Diez millones de ciudadanos en la pobreza, falta de empleo y oportunidades, viviendo con trece pesos diarios, con penurias y enfermedades, carencias educativas y de salud, etc., en nuestro País la pobreza de sesenta millones de mexicanos está diseminada en los 32 estados que conforman nuestra República, diez veces la pobreza haitiana, igual, como lo hacemos con las necesidades de los demás, miremos a nuestros vecinos qué necesitan, porqué sufren, que les hace falta, en que los podemos ayudar, no esperemos que estén bajo los escombros para tenderles la mano, porqué quizás, ya no puedan abrir los ojos para decirnos: GRACIAS.


Gracias por sus comentarios.

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