Hizo firmar a los padres del menor afectado “una declaración jurada ante
Dios”
Desde
2012, la Arquidiócesis de San Luis sabía que sacerdote violó a un joven
Dos ex alumnos maristas del Instituto
Potosino cuentan lo sucedido con Eduardo Córdova Bautista
Sanjuana Martínez
Especial
para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 18 de mayo de 2014, p. 10
Retoma tema David Adriano Becerra |
La
Arquidiócesis de San Luis Potosí sabía desde julio de 2012 que el sacerdote
Eduardo Córdova Bautista, su actual representante legal, violó a un menor de 15
años y a pesar de ello le permitió continuar en su ministerio sacerdotal y lo
protegió, haciendo firmar una declaración jurada ante Dios a los padres denunciantes,
para mantener en secreto y “estricta
reserva” los delitos sexuales.
De
acuerdo con un documento interno de la Arquidiócesis, al que tuvo acceso La Jornada, identificado con la
clave VVC-26/12, dirigido al arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero, la víctima,
con nombre y apellidos, cuya identidad aquí se reserva, fue violado durante un
viaje con el sacerdote a la ciudad de México, realizado del 17 al 21 de agosto
de 2011.
Luego
de la agresión, el sacerdote Córdova Bautista le dijo al menor que lo hizo porque
Dios había permitido “el amor” entre ambos. Antes del ataque, el sacerdote
ofreció cerveza al joven y una pastilla para relajarse, método que coincide con
la denuncia de otras víctimas agredidas durante los últimos 30 años.
El
documento titulado Carta Testimonial
Juramentada fue presentado en
“estricta reserva”, y durante todo este tiempo los padres denunciantes han
esperado, de manera infructuosa, que el arzobispo actúe contra el sacerdote
pederasta.
La
denuncia fue presentada ante la Vicaría para la Vida Consagrada, ubicada en la
calle Madero número 300 en el centro de San Luis Potosí y está firmada por el
sacerdote Gilberto Amaya Martínez, vicario episcopal y “promotor de justicia
del Tribunal Eclesiástico en Primera Instancia”. El documento oficial fue
escrito en papel membretado del Arzobispado y tiene los sellos de la
institución.
Difamaciones
Los
testimonios de tres víctimas, que calificaban al sacerdote de “sicópata
sexual”, fueron publicado por La
Jornada hace dos semanas,
pero el vocero del Arzobispado, Juan Jesús Priego Rivera, dijo que eran
“difamaciones” porque las víctimas no habían presentado pruebas de la agresión
sexual, ni denuncias ante la Procuraduría de Justicia de San Luis Potosí ni en
la Comisión Estatal de Derechos Humanos: “Es una acusación gravísima, y sabemos
que quien acusa tiene que probarlo y no atenerse a simples rumores".
De
hecho, fue el Arzobispado el que recomendó a los padres denunciantes no acudir
a la justicia civil y mantener en secreto los hechos, para conservar en el
anonimato a las víctimas, todos ellos estudiantes. El sacerdote ha sido
capellán, confesor y asesor de movimientos juveniles de la clase alta, de
Acción Social del Instituto Potosino, el Colegio Motolinia, Renovación Marista
(Remar), Ciudad Nueva Marista, Encuentros Juveniles de Espiritualidad (Ejes) y
Familia Educadora en la Fe (FEF).
El
testimonio “juramentado” ante el arzobispo Cabrero Romero explica cómo el cura
Córdova Bautista invitó a dos menores a la ciudad de México. “Una de las
noches, los jóvenes estaban bañándose y jugaban, él intenta entrar a jugar con
ellos, pero (los menores) se salen, pues no esperaban esa actitud del padre”,
dice el documento.
Y
añade: “La noche del sábado él llega con unas bebidas, cervezas en vasos y les
pide que se las tomen, ellos las toman y minutos después empiezan a sentir
sueño y embotamiento de su mente”.
Uno
de los jóvenes iba contando a una amiga, por mensaje de texto, todo lo que les
pasaba en el viaje. Perturbado, escribió: “¿No sé qué pasa? Tengo miedo. ¿No sé
qué ocurre? Tengo miedo”. Al día siguiente, el mensaje fue: “Anoche no me dejó
dormir, se metió en mi cama. Anoche me violaron”. El menor despertó desnudo.
Se
suman los testimonios de víctimas de Eduardo Córdova Bautista, actual
representante legal de la Arquidiócesis de San Luis Potosí Foto Sanjuana
Martínez
Córdova
Bautista lo llamó y el menor le reclamó lo que le había hecho: “El amor entre
nosotros es muy grande, porque Dios lo ha permitido, el amor entre nosotros es
limpio”, le dijo.
Paulatinamente
el joven fue sufriendo las consecuencias sicológicas de la agresión sexual.
Presentaba angustia, depresión, insomnio. “Él empezó a tomar y a beber mucho, a
llorar mucho y decía que tenía mucho miedo. Su vida cambio radicalmente”, dice
el documento.
Nuevos testimonios
Por
primera vez, dos víctimas de Córdova Bautista, con nombre y apellido, han
decidido ofrecer su testimonio a La
Jornada. Se trata de Humberto Abaroa y Gunnar Mebius, dos ex alumnos
maristas del Instituto Potosino: “Eduardo Córdova Bautista es un pederasta, es
peligroso, no debe estar alrededor de niños y debe estar en la cárcel”,
coinciden en señalar.
Cuentan
que hace 30 años fue maestro titular del salón 21 del Instituto Potosino y
fundador de Acción Social. “Era muy amigo de los chavos. Le decían El Esponjado”, recuerda Gunnar,
quien narra lo que vivió cuando tenía 13 años. Un día jugando baloncesto se
sintió enfermo del estómago y el padre lo citó en el salón de Acción Social.
“Estábamos
solos y puso una silla enfrente de mí y empezó a tocarme en la panza. Luego me
dijo: ‘quítate la camisa’. Y allí como que todavía no lo vi mal. Pero empezó a
tocarme cada vez más abajo. Luego me preguntó: ‘¿te masturbas?’ Yo le dije que
eso qué tenía que ver con mi dolor de panza. Él insistió. Pues sí. ‘¿Cuántas
veces?’ Me empezó a incomodar y enseguida me dijo: ‘Quítate losshorts’.
Le dije: espérame, ¿qué paso? Empezó a subir el tono, más amenazante: ‘¡Qué te
los quites!’”
Luego
intentó intimidarlo: “‘¿Qué pensaría tu papá si reprobarás ciencias sociales?’
Era falso, yo tenía muy buenas calificaciones. Me fui caminando hacia atrás,
rumbo a la puerta para correr. Antes de salir alcanzó a decirme: ‘Ponte la
camisa, y si dices algo, te voy a reprobar’”.
Humberto
recuerda lo que vivió a los 13 años, algo que nunca ha olvidado: “Me dijo que
me iba a confesar. Y al terminar, me preguntó: ‘¿Te masturbas?’ Yo le dije que
no. Y entonces me contestó: ‘Lo tengo que comprobar. Bájate los pantalones’.
Empezó a tocarme la vena desde el tobillo hacia arriba, muy cerca de los
genitales. Luego me dijo que me podía ir”.
Humberto
llegó a su casa y contó lo sucedido a sus padres: “Fue cuando supimos que lo
mismo le había hecho a muchos compañeros y que incluso llegó a más. Mi papá,
con otras mamás, fueron a reclamar al colegio y lo despidieron. Pero siguió
haciéndose cargo de otros grupos de niños y jóvenes. Lo dejaron seguir 30
años”.
Ahora,
un grupo de padres de familia, apoyados por Alberto Athié, se ha unido para
respaldar a las víctimas. Luis Nava Calvillo, articulador de Iniciativa
Ciudadana, ha escrito tres cartas al arzobispo para pedirle que entregue al
procurador toda la información que integró y envió al Vaticano de los casos de
abuso sexual en contra de “niños potosinos”. Consternado e indignado, dice en
entrevista: “¡Queremos justicia! Desde hace mucho teníamos que haber intervenido
y no lo hicimos. Ahora queremos dar la cara por las víctimas, para que sientan
que tienen a alguien que las apoya y sigan ofreciendo sus testimonios”.