Crónicas
Urgentes
Claudia
Constantino
Los
múltiples escándalos ampliamente difundidos de la iglesia católica; las
especulaciones acerca de la crisis que atraviesa; el malogrado pontificado de
Ratzinger; el raiting que el papa Francisco, no alcanza a empatar con Juan
Pablo II, para muchos habrían sido razones de sobra que impidieran (por si las
Leyes de Reforma, se volvían letra muerta) al clero opinar e incidir en los
asuntos seculares de países prominentemente católicos como el nuestro, pero no.
En
los días que vive México, es útil repasar algunas leccionesde historia: el
Presidente Juárez desde la ciudad de Veracruz, en el "Manifiesto del
Gobierno Constitucional a la Nación, de 7 de julio de 1859, en la parte
relativa al programa de la Reforma", refundaría la base de la autoridad
política de los mexicanos y el orden y la paz sociales basados en el principio
republicano.
Las
Leyes de Reforma, a las que se alude, simbolizaron el restablecimiento del
Estado, como organizaciónpolítica secular de los mexicanos, que no reconoce
igual autoridad a ninguna otra institución que no sea el pueblo de México y
su Constitución. Asimismo, a las Leyes de Reforma debemos la reivindicación
del programa liberal de la Ley Supremacomo condición indispensable para el
fortalecimiento de la democracia y del respeto a los derechos humanos, pues no
puede darse un sistema político basado en la dignidad esencial del ser humano,
sino en un Estado que garantice la libertad de conciencia.
Las
leyes de Reforma, dijeron: marcaban el tránsito de un antiguo régimen de
autoridad absolutista y de privilegios, a un nuevo orden de libertad y de
igualdad ante la ley. Régimen del que hoy disfrutamos y debemos ser garantes
todos los mexicanos.
Alto
ahí, porque hoy, sí; desde hace unos días La Cámara de
Diputados aprobó cambios a la Ley General en Materia de Delitos Electorales,
los cuales incluyen modificaciones a las conductas sancionables en que pueden
incurrir los ministros de culto, excluyendo de los supuestos penales el que los
religiosos “orienten” el sentido del voto de los electores.El dictamen llegó al
Senado, donde ya se analiza y se espera que sea votado este mismo jueves.
Actualmente, el artículo 16 de la ley sobre
delitos electorales, vigente y publicada en el Diario Oficial el 23 de mayo
pasado, establece: “Se impondrá de cien hasta quinientos días de multa a los
ministros de culto religioso que, en el desarrollo de actos propios de su
ministerio, o a quien en el ejercicio del culto religioso, presionen u orienten
el sentido del voto o induzcan expresamente a votar o abstenerse de votar por
un candidato, partido político o coalición”.
En la propuesta sometida a la consideración de
los legisladores en el periodo extraordinario iniciado este jueves, publicado
en la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados, se eliminan las palabras
“u orienten” para dejar como delito sólo las presiones explícitas para inducir
al voto.
Este cambio abre la posibilidad de que los
ministros religiosos orienten el voto de sus seguidores a favor o en contra de
candidatos o partidos. Hace mucho que el Señor Obispo de Xalapa Hipólito Reyes
opina sobre asuntos “seculares” y le pone sabor al caldo de la política
veracruzana, se toma la foto con los candidatos y les da su bendición; cito
ejemplo: “la propuesta de tener un gobierno de transición de dos años en el
estado de Veracruz, es viable, pues el que realmente quiere trabajar lo hace en
dos años”.
El arzobispo de la arquidiócesis de Xalapa
señaló hoy que “esta propuesta es una opción redituable para el estado si lo
que se busca es reducir el gasto público a través de la homologación de las
elecciones.”
“Si se trata de unificar (las fechas de
elecciones) para tener menos gastos de campaña, para poder ir llevando una
uniformidad de hacer elecciones en menos años, creo que sería una medida
razonable”, dijo.
Falta
de respeto a la ley; superioridad moral; reglas no escritas de la política
mexicana; por angas o mangas: así las cosas.
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