*Al borde de la muerte.
*Adelante Acayucan.
*Marco Martínez, va firme.
Fidel Pérez/dpoderapoder.mx
Veracruz, Ver., 03 de julio de 2014.- En los últimos quince días, Marco Martínez Amador, alcalde de Acayucan, ha estado a punto de la muerte.
El pasado siete de julio, cuando tras una reunión con ganaderos de Sayula de Alemán se dirigía a Acayucan, una camioneta le cerró el paso y aunque no lo sacó de la carretera el susto fue brutal para el munícipe.
Cuentan que, por ello, el munícipe tuvo que ser atendido por médicos pues luego del incidente tuvo una crisis nerviosa que lo hospitalizó.
Así, una semana más tarde, tuvo que ausentarse de la ciudad por tres días y por prescripción médica.
Mire usted.
El reposo no le valió de mucho.
El de Barrio Nuevo y ex estudiante de la Escuela Benito Barriovero y Ortuño, decidió que tras esa instrucción médica debía viajar con la familia.
Quizá unas vacaciones forzadas.
Y así, consultó con su esposa Esperanza Delgado y con sus hijos Leydi (de 17 años) y Marcos (de 14).
Ya en punto de una solución democrática, viajaron a Cancún, Quintana Roo.
La diversión fue efímera, fugaz.
Digamos que el gusto, para su desgracia, no les duró mucho.
Ni bien salió de una cuando, de pronto, le vino la otra.
Que por qué.
A ver, me explico.
Ya en su regreso a Acayucan, el originario de Vicente, Oaxaca, pero con más de 45 años de residencia en aquel paradisíaco municipio sureño, volvió a sentir los aires de “flaca”.
El despegue erróneo del avión que los trasladaría de Cancún al puerto de Veracruz, espantó a todos los pasajeros.
Por esa falla, la tripulación a bordo decidió volver al aeropuerto Internacional de Cancún.
Los reclamos de al menos 40 pasajeros en contra de los administradores del aeropuerto bastaron para que la familia Martínez Delgado decidiera ocupar un nuevo vuelo.
Otro susto de muerte.
No obstante, el munícipe que la noche del viernes primero de agosto degustó una refescante naranjada en “Los Arcos” con Cecil Duarte de Ochoa, con quien sostiene una añeja amistad, insiste en que mientras esté gobernando a Acayucan nadie lo va a amedrentar.
Y advierte que tampoco van a estropear su proyecto de modernizar la ciudad.
En efecto, el parque central Benito Juárez luce con otro rostro, además de contar completamente electrificado.
Colonias y congregaciones han dejado las penumbras y han vuelto la vista a la luz.
Está por cuajar también la instalación de cuatro mil 300 lámparas en todo el municipio, que hará brillar de noche colonias, comunidades y la zona centro de la llamada “Llave del Sur”.
En los próximos días se instalarán semáforos inteligentes que darán vida a la vialidad, tan trastornada ya.
La reubicación de los vendedores ambulantes de la zona centro fue un éxito rotundo que más de cuatro ex alcaldes no pudieron concretar por los intereses aviesos que encerraba el tema.
La modernización de las calles que confluyen en la terminal de autobuses de pasajeros está a punto de realizarse, tras 29 años de olvido, de abandono.
La franquicia de un equipo de tercera división de futbol profesional también está a la vuelta de la esquina, junto con el auditorio que podría ser inaugurado en los próximos meses.
“Nada me detendrá”, subraya el munícipe.
