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Se hunde el PAN en Córdoba

Por corrupción y cinismo

 Panistas soberbios, intolerantes y descarados para el desvío de recursos públicos enfrentan el peor descalabro de la historia reciente y, fieles a su estilo, buscan a quién echarle la culpa para lavarse las manos de su fracaso.
 El alcalde Tomás Ríos y los diputados Juan Bueno, Víctor Serralde y Leticia López se encargaron de construir su derrota, junto con la nueva generación de panistas arrogantes y prepotentes sobre quienes pesa el desencanto ciudadano.
 Los "viejos lobos" y los juniors panistas comparten el gusto por el despilfarro, la corrupción, los contratos amañados, la hipocresía con la sociedad y hasta la botella y las mujeres.
 Se encargaron de desarrollar una campaña con recursos del gobierno municipal y ahora su soberbia no les permite reconocer el desastre en que tienen a Córdoba, por lo que nuevamente su "candidato actor" arma un teatro, como lo hizo durante dos meses, para inventar historias: "Todos fueron, menos yo" .
 La imposición de un candidato sin experiencia, ignorante y manejado por su tío Juan Bueno, se sumó a la debacle en la que navega el Ayuntamiento de Tomás Ríos, entre la ineficiencia y la lucha por el poder.
 Córdoba, Ver.- El desastre que prevalece en el gobierno municipal, los desvíos de recursos, la corrupción en el PAN cordobés y la imposición de un candidato ignorante y sin experiencia cuajaron la gran derrota del PAN en el Distrito de Córdoba. 
Con los resultados adversos, la mafia que se ha apoderado del PAN en Córdoba no salió a reconocer sus errores, sino a fabricar culpas, y hasta atacar a la misma ciudadanía por no salir a votar.
Sin el respaldo de quienes se encargaron de manipularlo durante la campaña (Juan Bueno, Víctor Serralde y Miguel Ángel Yunes Linares), Juan Gerardo Perdomo ofreció una conferencia de prensa para decir que van a esperar los resultados finales, cuando los resultados del PREP arrojan que perdió por 9 mil votos. 
Desde un inicio, el panorama del PAN no fue alentador con la imposición de Perdomo Bueno en una elección fraudulenta. 
A pesar de venir de una familia conocida por haber militado en el PRI, Convergencia y ahora PAN, su inexperiencia y ansías de poder lo llevaron a dejarse manejar como un títere para los intereses personales de un grupo que se adueñó de Acción Nacional.
En la conferencia de este lunes, el candidato perdedor fingió demencia ante el desencanto de sus militantes, seguidores y ciudadanos por el despilfarro en la nómina municipal, los salarios exhorbitantes en el equipo de cercanos al alcalde Tomás Ríos, los contratos a amigos y familiares de panistas, la inflación de obras, la manipulación de licitaciones como de los parquímetros, la corrupción en HidroSistema.
  DESVÍOS EN LA CAMPAÑA
E HIPOCRESÍA ANTE MEDIOS
 La lista de anomalías cometidas por el PAN en la elección es larga, pero los panistas de doble moral y soberbios nunca la reconocerán. 
Una es la cuestionada y denunciada participación electoral del Ayuntamiento con su regidor y líder del PAN, Iván Espinosa, quien se metió a coaccionar el voto con programas sociales, proselitismo en horas de trabajo y promoción en redes oficiales de la Regiduría tanto para atacar a los opositores como impulsar a su candidato. 
El día en que se registró el candidato del PAN ante el INE, Espinoza llegó con evidente aliento alcohólico y apariencia descompuesta, cuando ya había terminado el acto protocolario. Aún así dio declaraciones a la prensa. 
La madrugada de este domingo, el regidor panista circulaba en estado de ebriedad en su automóvil y provocó un altercado con ocupantes de otro vehículo, por lo que fue detenido por la policía estatal. Se negó a someterse a la prueba del alcoholímetro, pues gritaba que era un funcionario muy influyente, por lo que tuvo que llegar el diputado Hugo Fernández para hacer uso de la "charola" y llevárselo.
Otra cosa de la que no habló Perdomo fue sobre la  campaña sucia orquestada desde la Coordinación de Comunicación Social por su amigo Jair Carballo, quien con espionaje y persecución en video y fotografía a grupos opositores, así como el pago de publicidad disfrazada a medios de comunicación buscó amedrentar y “ayudar” a su cuate.
Con amenazas a la prensa, desinformación en redes sociales, hasta exigir el cese de reporteros de medios que fueron despedidos injustificadamente, operó para la campaña con empleados municipales bajo sus órdenes.
El colmo de Tomás Ríos fue hacer una entrega especial de despensas escolares en tiempos electorales, aunada a un dinero extra que nunca se había entregado en becas, exhibiendo los cientos de bolsas con alimentos en el patio del Palacio Municipal.
Desde el DIF se brindó apoyo la campaña del candidato, al ofrecer servicios canalizados ocultamente por el candidato para promover el voto a su favor. 
Hoy a Perdomo y a su coordinador de campaña, Francisco Briseño, candidato malogrado para la alcaldía de Orizaba, se les olvidaron las amenazas que el mismo Perdomo contra mujeres de la zona rural y hasta su ignorancia por no saber datos básicos como cuáles son los poderes de la Unión o que no contendía por una diputación local, sino federal.
 VIEJOS Y NOVATOS
 Unos cargados de mañas, otros de inexperiencia y prepotencia, son cómplices hoy de las transas y la ineficiencia. Ninguno asume la derrota y todos esconden la cara. Prefirieron pagar por anunciar sus cuentas personales de Facebook como los ediles Iván Espinosa, Raúl Senties y el coordinador de Comunicación Social, Jair Carballo, buscar reflectores para promover su imagen y cubrir la desgastada administración municipal que va en picada a un año y cuatro meses de iniciada.
Y qué decir de su baile de cantina en pleno proceso electoral, muestra de la indolencia, la banalidad y el gusto por el alcohol. El alcalde Tomás Ríos, junto con el síndico Luis Alberto García, la regidora Paola Aquino, el director general de Obras Públicas, José Javier Medina Rahme y el coordinador del Comude, José Luis Rodríguez, algunos con todo y uniforme del Ayuntamiento, prefirieron mover “el botecito” en un bar cantina, que poner orden en su segunda administración municipal.
Así el PAN en el Distrito de Córdoba cayó con 34,934 votos, es decir disminuyó un 48% su votación en comparación con la elección federal pasada, en la que ganó Leticia López Landero, con 66,832 sufragios. 
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