Crónicas
urgentes
Por Claudia
Constantino
El
accidente de ayer en la planta de Clorados III de Petroquímica Mexicana de
Vinilo, habría sido una desgracia de grandes proporciones para los trabajadores
de PEMEX en esa parte del complejo Pajaritos del sur de Veracruz. Pero la falta
de cultura ambiental en esta zona, altamente riesgosa, lo transformó en una
grave amenaza para por lo menos seis municipios: Coatzacoalcos, Minatitlán,
Nanchital, Agua Dulce, Ixhuatlán y Moloacán, donde por instrucciones del
gobernador Javier Duarte se han suspendido las clases el día de mañana.
Por increíble que resulte, esta zona
de la entidad, con toda su infraestructura, no está preparada para atender a
más de un centenar de heridos, como ayer tras las explosiones en las
instalaciones de PEMEX. Tampoco existen
protocolos de seguridad ambiental que permitan contener los efectos de las
emanaciones de dicha planta, tras el accidente.
Con lentitud y torpeza, Protección
Civil, más de seis horas después, lanzó la recomendación a la población de
permanecer en sus casas para no exponerse a los efectos de una fuga de
cloroetano, ácido que puede provocar quemaduras en la piel, entre otros efectos
nocivos para la salud. Para entonces, un gran número de personas había estado
expuesto a la sustancia.
El muy lento flujo de la información
por parte de PEMEX ha impedido saber si el fuego fue sofocado con agua, lo que
sería letal, por el riesgo de contaminación de mantos freáticos y cuerpos de
agua. Por su parte, ni Protección Civil, ni la Secretaría de Salud, al frente
de la contingencia, disponen de información al respecto.
Para la experta en políticas ambientales,
con maestría en ciencias de salud ambiental, Rosa Aurora Azamar Arizmendi, es
realmente motivo de preocupación la cantidad de personas que se expusieron a la
nube tóxica, así como desconocer su radio de acción y los niveles de
contaminación.
Nos explica que, según Protección
Civil, “el cloroetano es un compuesto clorado que de acuerdo a la Agencia de
sustancias tóxicas y registro de enfermedades de los EEUU (ATSDR) puede causar
los siguientes síntomas por exposición.
En el caso de exposición breve: sensación pasajera de embriaguez. En
exposición más severa: pérdida de control muscular y del conocimiento.
Calambres estomacales, náusea, vómito e irritación severa en los ojos. También
se advierte que al ser usado el cloroetano en la el para adormecer el área
antes de una cirugía, la aplicación por demasiado tiempo puede causar lesiones
de congelación. Se refieren reacciones alérgicas severas tras 10 segundos de
exposición en el caso de personas sensibles”.
Nada de esto está bajo control. En
las siguientes horas, a través de los síntomas de los habitantes de la zona, se
irá conociendo el grado del daño sufrido por la población expuesta. La experta
a quien recurrimos asegura que “no existe en México cultura de salud ambiental
y no estamos preparados para enfrentar accidentes de esta naturaleza”.
Así duermen hoy los habitantes de al
menos seis municipios de la entidad veracruzana, a merced de los efectos de
este desastre ambiental del que nadie tiene cifras y mucho menos control. En una región altamente industrializada y
populosa, no existen políticas de salud ambiental, y nadie lo nota, hasta que
sobreviene la catástrofe. Pero es México, el país de la irresponsabilidad e
impunidad.
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