Por: Oscar Paz Serrano
Orizaba
Veracruz.- Uno de los últimos y famosos locutores de la “vieja guardia” en
Orizaba, falleció la mañana de este miércoles en “la ciudad de las aguas
alegres”: el señor Luis Ángel Marín Melchor.
Con tristeza nos enteramos a temprana hora de su deceso, porque siempre
fue un hombre sencillo, afable, carismático, sonriente que, a su paso por el
maravilloso mundo de la radio, cada día derrochó: optimismo y buenas vibras.
Es de esas personas que se van, pero que su recuerdo permanece y por eso
pareciera que aún están con nosotros.
Fue de los primeros locutores del entonces XEOV “Radio Moderna”, que
transmitía en el 1240 de Amplitud Modulada, junto con José Luis Renaum Alcocer
y Gilberto Haaz Diez, compañero también de muchas jornadas del inolvidable
Ramón Garrido Durand.
Lo recordamos al frente de gustados programas como: “viejitas pero
bonitas” e “instrumentales de Oro”, donde hacía gala de un excelente timbre de
voz y de una alegría que a muchos contagiaba.
“¡Saludos y Felicidades amigos, está usted escuchando el canal
124!”…expresaba en las transmisiones en que participaba en la OV.
En el año 2010 se había retirado de la actividad radiofónica al
jubilarse y desde entonces se distraía animando y presentando las ofertas de
centros comerciales, en eventos privados y cada domingo en el quiosco de la
alameda “Francisco Gabilondo Soler”, con el grupo de artistas locales que con
Teresita Hernández y Juan Mejía, disfrutan de la poesía, el canto y el baile
para recordar las épocas de antaño.
Lo conocía hace 30 años y desde entonces se convirtió en un gran maestro
que jamás se guardó para un servidor los secretos que me permitieron
incursionar más tarde en “un mundo mágico” llamado: radiodifusión.
Sus restos mortales son velados en la agencia funeraria Hernández de
oriente 6 entre sur 9 y 11 y mañana jueves se celebrará la misa de cuerpo
presente en la Iglesia del Calvario a las 12:00 horas, para despedirlo.
Hasta pronto, amigo, compañero, maestro, Marín, se va físicamente pero
deja escuela en los que todavía bregamos diariamente en lo que usted nos enseñó
hacer: argumentar con propiedad, mientras el creador nos preste vida, su legado
seguirá vivo…
Hoy el cielo está de fiesta: cuenta ya con un nuevo huésped que alegre y
festivo exclama: ¡Saludos Compaito Ánimo!