PÉNDULO POLÍTICO 25 –B-
2020. PÉNDULO POLÍTICO 25-2020.
LA CREACIÓN DE UNA SOCIEDAD DEL APRENDIZAJE JOSEPH E.
STIGLITZ BRUCE C. GREENWALD
Este libro busca presentar el marco más sencillo
para comprender algunas de las determinantes fundamentales del ritmo del
progreso, suficientemente desagregadas como para que las políticas sectoriales
marquen una diferencia, y suficientemente agregadas como para mantener nuestro
foco de atención en las determinantes del ritmo del progreso general de la
economía.
EL DESARROLLO DELA ACTIVIDAD ECONÓMICA DE UN MUNDO DE CONSUMO
GLOBALIZADO; El ritmo de aprendizaje (innovación) no solo es el determinante
más importante para los aumentos en los niveles de vida, sino que el ritmo
mismo es, casi con toda seguridad, parcialmente, si no totalmente,
endógeno. La velocidad del progreso ha sido notablemente distinta tanto a lo
largo del tiempo como entre los países, y aunque quizá no seamos capaces de
explicar toda esta variación, queda claro que las políticas gubernamentales han
tenido su papel. El aprendizaje se ve afectado por el medio ambiente económico
y social, y por la estructura de la economía, así como por las inversiones
públicas y privadas dirigidas a la investigación y la educación.
El hecho de que existan elevadas correlaciones respecto a los aumentos
de la productividad entre las industrias, las empresas y las funciones al
interior de las empresas sugiere que puede haber factores comunes (factores
ambientales, inversiones públicas) que tienen efectos sistémicos o efectos
indirectos importantes de un aprendiz/innovador hacia otros. Las economías más
exitosas son aquellas que lograron no solo desplazar hacia fuera su curva de
posibilidades de producción de forma más rápida, sino que, también, se han
asegurado de que la brecha entre las prácticas «promedio» y las «mejores»
prácticas sea pequeña. Hay más difusión del conocimiento, más aprendizaje, y
son estos logros en el aprendizaje los que, a la larga, justifican los niveles de vida más elevados en estas economías
exitosas. En pocas palabras, la transformación hacia las «sociedades del
aprendizaje» que ocurrió alrededor del año 1800 en el caso de las economías
occidentales y, más recientemente, en el caso de las asiáticas, parece
haber tenido un mayor impacto en el bienestar humano que las mejoras en la
eficiencia en la aplicación de los recursos o en su acumulación. Si esto es
así, comprender cómo crear una sociedad del aprendizaje debería ser una de las
preocupaciones centrales de los economistas y otros científicos sociales. El
éxito de este esfuerzo puede tener un impacto mucho mayor en la elevación de
los niveles de vida que el hecho de determinar cómo incrementar la acumulación
de recursos o reducir las ineficiencias asignaturas a corto plazo.
Existen dos preguntas básicas y cruciales para nuestra investigación:
¿Los mercados, por sí mismos, dan como resultado un nivel y un patrón
eficiente de aprendizaje e innovación? Si no es así, ¿cuáles son las
intervenciones convenientes por parte del gobierno? Ineficiencia del mercado.
La respuesta a la primera pregunta es sencilla y directa: No exístela
presunción de que los mercados sean eficientes en la producción y diseminación
del conocimiento y el aprendizaje. Muy por el contrario, existe la presunción
de que los mercados no son eficientes. Las nociones modernas sobre la
eficiencia de los mercados se remontan al trabajo de Adam Smith (1776) y su
mano invisible: el concepto de que la búsqueda del interés propio llevaría,
como por obra de una mano invisible, al bienestar de la sociedad. Se Requirieron 175 años para que Arroz (1951b)
y Debreu (1959) establecieran en qué sentido eso era cierto (cuando los
mercados son eficientes en el sentido de Pareto; esto es, que nadie puede
mejorar sin hacer que alguien empeore) y las condiciones bajo las cuales esto
es cierto. Arroz aportó las condiciones suficientes para La eficiencia de
Pareto de los mercados (véase Arrow 1951b; Debreu1959).Trabajos subsecuentes mostraron
que dichas condiciones eran también esencialmente necesarias.
Por ejemplo, su comprobación
de la eficiencia de los mercados implicaba que la información fuera exógena
(esto es, no necesitaba ser perfecta, pero las creencias no podían cambiar como
resultado de lo que los individuos observaran o hicieran); posteriormente se
mostró que cuandoquiera que los mercados estaban incompletos o la información
era endógena y asimétrica (esto es, en esencia, siempre) los mercados mercado
fueron que los mercados eran perfectamente competitivos Y que el estado de la
tecnología era fijo, exógeno.
En su demostración de la eficiencia de la economía de mercado, Arrow
yDebreu pasaron por alto la innovación. Al hacerlo, dejaron sinresponder la
pregunta de si una economía de mercado era eficienteen lo relacionado con la
innovación. Dado que muchos defensores de los mercados asumieron que su
carácter innovador era su principal virtud, esto constituyó, obviamente, una
laguna fundamental. Cierto es que anteriormente Schumpeter (1943) había ido tan
lejos como para argumentar que una de las distorsiones en las que los
economistas habían centrado su atención —el monopolio—podía, de hecho, ser una
virtud en una economía de la innovación: proporciona los recursos que soportan
la investigación y el desarrollo, y mientras haya competencia por el mercado no
deberíamos preocuparnos por la competencia dentro del mercado. La razón por la
que no lo hicieron es porque no podían hacerlo: el análisis que se muestra más
adelante, basado en el trabajo de Arrow y otros, muestra que hay una presunción
de que los mercados, por sí mismos, no son eficientes en el nivel ni en el
patrón de la innovación. Arrow reconoció
que las fallas del mercado en la producción y diseminación del conocimiento (ya
fuera como resultado de la asignación de
recursos a la investigación y el de
DESARROLLO como resultado del aprendizaje) eran generalizadas. Así pues, seguir el ejemplo de Arrow en cuanto
a la comprensión delos procesos de aprendizaje —y de las fallas generalizadas
del mercado en los procesos de aprendizaje— resulta fundamental para formular
políticas económicas efectivas.
El papel del gobierno en la promoción dé una sociedad del aprendizaje
Sí el aprendizaje —y, de manera más general, la investigación y el
desarrollo— se encuentra en el núcleo del éxito de una economía, y si no existe
la presunción de que los mercados son eficientes a la hora de tomar decisiones
que afectan el ritmo del aprendizaje(o investigación y desarrollo), entonces
las presunciones de toda 46 Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwaldla vida en
contra de la intervención gubernamental simplemente están equivocadas. La
crisis financiera ha llamado la atención al papel del gobierno en la prevención
de las crisis. Los problemas ambientales extendidos han llamado la atención al
papel del gobierno a la hora de prevenir la contaminación y el cambio climático
potencialmente catastrófico.
En resumen, la perspectiva de aprendizaje redefine la teoría dela
ventaja comparativa dinámica y lo hace de tal modo que formular estrategias de
desarrollo resulta más complicado pero más interesante. En la actualidad, los
países menos desarrollados no pueden simplemente imitar patrones de
desarrollo que fueron llevados a la práctica por desarrolladores anteriores.
Para este momento esto tendría que ser evidente. Los países que a principios y
hasta mediados del siglo xx siguieron la estrategia de fuerte industrialización
—que fue la base del éxito de Estados Unidos y la Alemania del siglo xix—
fracasaron. Los países africanos que tratan de seguir ciegamente las
estrategias de Asia Oriental centradas en la exportación pueden ver que son
menos exitosas que cuando fueron empleadas en Asia Oriental durante el último
tercio del siglo xx. Aunque es probable que los economistas del desarrollo
alaben la estrategia de crecimiento de Asia Oriental basada en las
exportaciones, no fue el crecimiento en las exportaciones per se lo que llevó a
su éxito; fue el crecimiento en clases específicas de exportaciones que estaban
asociadas con altos niveles de aprendizaje. Otros países que siguen las
estrategias de crecimiento basadas en las exportaciones, pero que exportan
bienes para los cuales no existen semejantes beneficios de aprendizaje
resultarán tristemente decepcionados.
Este enfoque pone de relieve
la importante forma en la que la perspectiva de aprendizaje redefine conceptos
básicos como la ventaja comparativa, las políticas y las estrategias
económicas. La perspectiva de aprendizaje también lleva a repensar otras
nociones que han permanecido durante mucho tiempo. Ya hemos observado que
nuestra teoría pone en duda la utilidad del concepto de una función de
producción agregada, en especial la que se predica sobre el supuesto de que
todas las compañías (digamos, dentro del país) tienen el mismo conocimiento y
son igualmente capaces de convertirlos insumos en productos finales.