SISMO EN PUERTA
Ing. Fernando Padilla Farfán
Estamos
tan distraídos en cuestiones políticas, económicas y de seguridad, que no le
ponemos atención a los comportamientos de la tierra, cuyos movimientos han
cobrado miles de vidas además de pérdidas materiales de incuantificables
costos.
El
comentario lo traigo al caso por la opinión de científicos que se dedican a
estudiar este tipo de fenómenos, que han especulado que puede estar cerca un
gran terremoto para la parte central de México, precisamente donde está
asentada la capital del país.
La
historia confirma que los sismos forman parte de nuestras culturas. En el
devenir histórico del mundo, los sismos tienen presencia destacada en ciertos
lugares de su geografía.
Los
sismos representan un proceso natural que indica que la tierra es un planeta
vivo, y se producen debido al calor interno de la tierra que provoca el
movimiento de las placas Tectónicas en la superficie.
Para
describirlo de manera más clara, se puede utilizar como analogía el efecto del agua
calentada en la estufa de cualquier cocina: El agua del fondo, en la medida que
se calienta tiende a subir desplazando la fría que está en la superficie; misma
que por propio efecto tiende a irse al fondo del recipiente.
Lo
preocupante es que los sismos “regresan” al mismo lugar donde en una ocasión ocurrieron.
Y lo hacen por ciclos que van de los 25 a los 35 años. Hay que recordar que el
sismo que golpeó fuerte a la Ciudad de México cumplió el pasado mes de
septiembre precisamente 35 años de haber ocurrido. Es decir, muy cercano a esta
fecha.
Aunque
los efectos devastadores del sismo pueden ser diferentes en cada ocasión
dependiendo del tiempo de duración de este, de las técnicas de construcción en
viviendas, edificios y puentes, y del tipo de sismo, en la próxima ocasión
pudiera ser mayor dadas algunas señales electromagnéticas.
Hace
algunos años, el Instituto de Física de la Tierra con sede en Moscú, elaboró un
reporte para el Primer Ministro Vladimir Putin, donde se advierte el gran
riesgo que corre la región de Estados Unidos, México, Centroamérica, y Sudamérica,
sobre todo en las zonas costeras, de sufrir un terremoto de proporciones catastróficas
entre 2020 y 2024.
Los
temores de que este “mega terremoto” se produzca próximamente en dicha región,
se deben al incremento de sutiles señales electromagnéticas que se han
detectado en la atmósfera posterior de la Tierra sobre diversas zonas del
mundo, con un énfasis en las regiones costeras entre Estados Unidos y
Sudamérica. El mismo reporte advierte que se podrían registrar en Asia al menos
cuatro terremotos con una magnitud mayor a los siete grados durante este mismo
periodo.
En
México también hay coincidencias al respecto. Académicos del Instituto de
Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, advierten sobre el
riesgo de que ocurra uno de magnitud similar al de 1985. “Es permanentemente
posible" -dicen.
A 35
años de que un sismo de 8.1 grados en la escala de Richter devastara gran parte
de la Ciudad de México ocasionando la muerte de más de cinco mil personas, los
investigadores exponen que es elevada la probabilidad de que en cualquier
momento se repita ese suceso debido a que el país se encuentra en una de las 17
placas tectónicas más activas del planeta.
El
doctor en geofísica e investigador de tiempo completo del Instituto de
Geofísica de la UNAM, Carlos Valdés González, apuntó que el nivel de sismicidad
en México no ha variado en miles de años y continuará igual porque
geográficamente estamos situados en una parte del Cinturón de Fuego que es una
cadena de volcanes que corre de México a Sudamérica pasando por Japón y Nueva
Zelanda.
Explicó
que en el país se registran entre 900 y mil 100 movimientos telúricos cada año,
la mayoría de ellos imperceptibles por su baja intensidad y sólo hay alarma
cuando superan la escala de cuatro grados Richter, en que hay movimiento de
estructuras y edificaciones asentadas en lugares próximos al epicentro o en
suelo fangoso o arcilloso como es el caso de las zonas centro y oriente de la
Ciudad de México.
Otro
de los investigadores de ese Instituto de Geofísica, Takeshi Mikumo, señaló que
la ocurrencia de un sismo superior a los 7.0 en la escala Richter se presenta
cada seis u ocho años, pero su nivel de devastación no tiene que ver
directamente con su fuerza sino con su duración.
"En
el caso del sismo de 1985, su onda expansiva se conjugó con un tiempo de
duración de 120 segundos lo que hizo ceder miles de estructuras".
El
reconocido físico Michio Kaku, advierte la alta probabilidad que tenemos de ver
una de estas cinco grandes ciudades destruidas por estar en zonas altamente
sísmicas: Tokio, Teherán, Los Ángeles, San Francisco o Ciudad de México.
La
probabilidad de que de nueva cuenta afecte a la Ciudad de México es alta, ya
que se encuentra en la línea de acción de la Placa Tectónica de Cocos, que
entra por debajo de Norteamérica y se extiende por el Pacífico mexicano. Aparte
de que el suelo de la capital es un tanto gelatinoso por haber nacido sobre un
lago.