VÍA EMPRESARIAL
LA CALIDAD SOCIAL
Ing. Fernando Padilla Farfán
La calidad es un producto que
ahora escasea. Pocos se preocupan por hacer las cosas con calidad. La sociedad
misma sufre la falta de calidad al interior de las familias. La enseñanza de
los hijos se deja en manos de los maestros, que así se trate de escuelas
particulares no cumplen con los elementales requisitos para enseñar con
valores. Los padres de familia hemos cometido el error de delegar en los
maestros responsabilidades que corresponden a los padres y a nadie más.
Por otra parte, la enseñanza
que ofrece el Estado no está correctamente enfocada en darle el adecuado
crecimiento a la sociedad. No se sabe de algún alumno, por ejemplo, que termine
la secundaria o preparatoria hablando inglés, a menos que lo aprenda por otro
lado. Tampoco se da una explicación convincente de la utilidad que pudieran
ofrecer a la vida de un ciudadano esas fórmulas matemáticas presentadas de
manera abstracta y compleja, que después de la escuela nadie recuerda nada;
excepto que estudie una carrera profesional donde se ocupen esos conocimientos.
Así con otras materias.
Una sociedad fragilizada en
sus fortalezas aporta profesionistas sin visión, sin compromiso social, sin
saber cómo crecer sistemáticamente.
No somos un país rico, pero
cargamos con la costumbre de consumir lo que no necesitamos. Gastamos dinero
por moda, la publicidad así lo dicta y no se avizora algún cambio. Por la
deficiente educación y carencia de valores, creemos que la superación personal
es la ropa de marca que vestimos y el carro nuevo que compramos. Estamos en el
extremo de sustituir lo interno por lo externo. La escases ideológica y de
valores, nos colocan en una posición de simples espectadores de lo que le
ocurre al país.
Las deficiencias en el sistema
educacional y la palidez de nuestra cultura han forzado las condiciones para
que nuestro sistema político, en lugar de presumirse como fuerte y consolidado,
tenga algunas deficiencias.
La sociedad se modifica en
ritmo acelerado. La influencia de las nuevas tecnologías es significativa no
solamente en la vida de las personas, sino también en la mayoría de las
instituciones en lo que concierne al desempeño de sus profesionales.
Entre los valores más
destacados por las instituciones sobresalen la autonomía y el autodesarrollo,
fundamentales para la construcción de nuevos conocimientos. En la actualidad,
el profesional busca oportunidades de aprendizaje independientemente de los
planes de desarrollo trazados por la institución a la que pertenece.
En México, a pesar del
tiempo, de los cambios sociales, tecnológicos y demográficos, la familia sigue
siendo referente vital, pues los lazos de parentesco siguen vigentes, y los
integrantes de esta institución acuden a ella para la solución de problemas y
la búsqueda de apoyo.
En México, hablar de
familia es sumamente complejo, no sólo incluye cambios y fenómenos sociales,
sino una enorme diversidad de arreglos y costumbres que afectan su composición
y estructura.
Los cambios de la familia
en México se han dado en un contexto de complejas transformaciones y fenómenos
sociopolíticos y económicos, que han dejado huella en la estructura y
conformación de las familias. Desde la migración de los jefes de familia a la
frontera norte (tanto hombres como mujeres), la incorporación de la mujer al
mercado laboral, los movimientos sociales de índole laboral y educativo que
dieron hincapié a la formulación de políticas de género instaladas poco a poco
en los senos familiares y, por último, la aprobación de la unión de parejas del
mismo sexo. Es así como se generan cambios en las familias, en su estructura y
conformación, como también en la forma de pensar y actuar, lo cual se refleja
en la población e incide o repercute en factores como la economía, servicios de
salud, desarrollo social y en las redes de comunicación personales con sus
efectos directos en la población y en las familias mexicanas.