Clase Para Imperialistas
Por José Miguel Cobián
Por José Miguel Cobián
Estimados lectores, el día de hoy definiremos algunas pautas a seguir para estar capacitados en caso de poder aplicar políticas imperialistas en un país pobre y con dirigentes faltos de patriotismo...
Comenzamos:
Se debe de establecer un nuevo orden mundial en la nación a esclavizar o conquistar, dos caminos hay que seguir, guerra o deuda. En estos tiempos sale más barato endeudarlo. Hay que localizar un país con recursos naturales, particularmente petróleo, y luego concretar un enorme préstamo por medio de alguna organización mundial "hermana", tal como el banco mundial, el fondo monetario internacional o algún otro organismo similar. Este dinero no irá al pueblo de ese país, tendrá que utilizarse desde un principio en desarrollar la infraestructura adecuada para que nuestras empresas transnacionales tengan los medios adecuados para efectuar sus importaciones de productos manufacturados y exportaciones de materias primas. Principalmente el dinero irá a puertos y carreteras, parques industriales, plantas de generación de energía eléctrica. Cosas que sólo benefician a las élites del país, pero no ayudan a la mayoría de la población. Sin embargo, esa mayoría empobrecida será la que tenga que pagar esa enorme deuda externa, tan grande que normalmente no la pueden pagar, y eso es parte del plan, para poner un ejemplo es algo similar a lo que sucedió en México de 1970 al año 2000, período en que la deuda externa se multiplicó brutalmente.
Entonces llegamos nosotros, los imperialistas, y le exigimos el pago a la Nación, que al no poder realizarlo acepta nuestras condiciones, del tipo de vender el petróleo crudo a precios menores al internacional, quedando obligado el país a comprar derivados del petróleo como gasolina de nuestras empresas en el extranjero, con el compromiso adicional de no construir ninguna refinería. Si no tienen petróleo, entonces deben de permitir instalar una base militar o enviar tropas apoyando a las nuestras en alguna invasión justificadas como fuerza multinacional de paz. También tendrán la obligación de privatizar las empresas públicas, como es el caso de la compañía de electricidad, la telefónica o alguna otra que proporcione servicios públicos como el caso de los rellenos sanitarios. Así, la iniciativa privada nacional y la nuestra se beneficiará permanentemente de esta cesión de soberanía. También le podemos exigir al país que deje de ser autosuficiente en alimentos, con el fin de sujetar con una buena correa, no sólo al presidente actual sino a los siguientes.
Es un estilo de invasión viral en la cual, el país se vuelve cada vez más dependiente, tanto del banco mundial, del fondo monetario internacional y de nuestras empresas transnacionales. Incluso podemos llegar a exigir trato especial -que puede ser impositivo- a nuestras empresas, pues seguiremos refinanciando la deuda externa del país, y éste será cada vez más dependiente de nosotros, ya que le damos dinero, alimento y empleo.
Debemos de "calificar" algunos aspectos importantes del país, y cuando el gobierno no se porte bien con nuestros intereses, haremos un escándalo y escarnio con las malas notas que obtenga el presidente en turno, ya sea en corrupción, combate al crimen organizado, administración pública, competitividad, etc. Privatizar el sistema escolar, el sistema penal, el sistema de salud, los servicios sociales, y sobre todo la venta a precios bajos de sus recursos naturales.
De ser posible, hay que situar en la presidencia de la república a un líder fácil de manejar, a quien el pueblo pueda culpar de su mala situación y sus malísimas condiciones de vida. Hay que tener un sistema educativo que impida que la mayoría de la población se capacite y entienda lo que suceda, considerando que mientras más ignorantes, menos exigen. Promover con fuerza la religión permite que la población acepte sus condiciones de vida infrahumanas debido a que "es la voluntad de Dios", y convencer a los líderes religiosos de que conservar el status quo es lo que más conviene para el desarrollo y crecimiento de su religión, e incluso marginar y excluir del liderazgo religioso a cualquier sacerdote que se atreva a denunciar las pésimas condiciones de vida de la mano de obra barata que usan nuestras empresas transnacionales y las nacionales vía prestanombres.
Lo más importante en estas reglas imperialistas es que el pueblo del país no se dé cuenta de que tiene traidores y apátridas entre sus líderes máximos. Deben creer que se lucha por su mejoría social y económica, pero que las situaciones adversas de la economía mundial o cualquier otro pretexto, incluido el chupacabras, no permiten que la situación mejore, a pesar de los esfuerzos de sus líderes.
www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
Se debe de establecer un nuevo orden mundial en la nación a esclavizar o conquistar, dos caminos hay que seguir, guerra o deuda. En estos tiempos sale más barato endeudarlo. Hay que localizar un país con recursos naturales, particularmente petróleo, y luego concretar un enorme préstamo por medio de alguna organización mundial "hermana", tal como el banco mundial, el fondo monetario internacional o algún otro organismo similar. Este dinero no irá al pueblo de ese país, tendrá que utilizarse desde un principio en desarrollar la infraestructura adecuada para que nuestras empresas transnacionales tengan los medios adecuados para efectuar sus importaciones de productos manufacturados y exportaciones de materias primas. Principalmente el dinero irá a puertos y carreteras, parques industriales, plantas de generación de energía eléctrica. Cosas que sólo benefician a las élites del país, pero no ayudan a la mayoría de la población. Sin embargo, esa mayoría empobrecida será la que tenga que pagar esa enorme deuda externa, tan grande que normalmente no la pueden pagar, y eso es parte del plan, para poner un ejemplo es algo similar a lo que sucedió en México de 1970 al año 2000, período en que la deuda externa se multiplicó brutalmente.
Entonces llegamos nosotros, los imperialistas, y le exigimos el pago a la Nación, que al no poder realizarlo acepta nuestras condiciones, del tipo de vender el petróleo crudo a precios menores al internacional, quedando obligado el país a comprar derivados del petróleo como gasolina de nuestras empresas en el extranjero, con el compromiso adicional de no construir ninguna refinería. Si no tienen petróleo, entonces deben de permitir instalar una base militar o enviar tropas apoyando a las nuestras en alguna invasión justificadas como fuerza multinacional de paz. También tendrán la obligación de privatizar las empresas públicas, como es el caso de la compañía de electricidad, la telefónica o alguna otra que proporcione servicios públicos como el caso de los rellenos sanitarios. Así, la iniciativa privada nacional y la nuestra se beneficiará permanentemente de esta cesión de soberanía. También le podemos exigir al país que deje de ser autosuficiente en alimentos, con el fin de sujetar con una buena correa, no sólo al presidente actual sino a los siguientes.
Es un estilo de invasión viral en la cual, el país se vuelve cada vez más dependiente, tanto del banco mundial, del fondo monetario internacional y de nuestras empresas transnacionales. Incluso podemos llegar a exigir trato especial -que puede ser impositivo- a nuestras empresas, pues seguiremos refinanciando la deuda externa del país, y éste será cada vez más dependiente de nosotros, ya que le damos dinero, alimento y empleo.
Debemos de "calificar" algunos aspectos importantes del país, y cuando el gobierno no se porte bien con nuestros intereses, haremos un escándalo y escarnio con las malas notas que obtenga el presidente en turno, ya sea en corrupción, combate al crimen organizado, administración pública, competitividad, etc. Privatizar el sistema escolar, el sistema penal, el sistema de salud, los servicios sociales, y sobre todo la venta a precios bajos de sus recursos naturales.
De ser posible, hay que situar en la presidencia de la república a un líder fácil de manejar, a quien el pueblo pueda culpar de su mala situación y sus malísimas condiciones de vida. Hay que tener un sistema educativo que impida que la mayoría de la población se capacite y entienda lo que suceda, considerando que mientras más ignorantes, menos exigen. Promover con fuerza la religión permite que la población acepte sus condiciones de vida infrahumanas debido a que "es la voluntad de Dios", y convencer a los líderes religiosos de que conservar el status quo es lo que más conviene para el desarrollo y crecimiento de su religión, e incluso marginar y excluir del liderazgo religioso a cualquier sacerdote que se atreva a denunciar las pésimas condiciones de vida de la mano de obra barata que usan nuestras empresas transnacionales y las nacionales vía prestanombres.
Lo más importante en estas reglas imperialistas es que el pueblo del país no se dé cuenta de que tiene traidores y apátridas entre sus líderes máximos. Deben creer que se lucha por su mejoría social y económica, pero que las situaciones adversas de la economía mundial o cualquier otro pretexto, incluido el chupacabras, no permiten que la situación mejore, a pesar de los esfuerzos de sus líderes.
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