MARIA ISABEL PEREZ SANTOS, DIPUTADA FEDERAL INCANSABLE.
DISTRIBUYE APOYOS MAS NECESARIOS EN COMUNIDADES APARTADAS DE LA SIERRA DE ZONGOLICA.
Es fin de semana; es buena ocasión como para que nuestra flamante diputada, anduviera por algún lugar de asueto, a la orilla del mar, en los mejores restaurantes, albercas, chapoteaderos o simplemente aislarse y poder descansar. Y digo descansar porque sí que es una friega ir al distrito federal, tomar smog, frío y permanecer en lo largo de las sesiones ordinarias. Inmediatamente después, triangular actividades. Es decir, el interés no solo es estar en las sesiones del congreso de la Unión. También está en la cuenta que las necesidades más apremiantes las tiene la gente que se encuentra dispersa en las comunidades y pueblos indígenas, porque hasta el más humilde de los escritos que recabó en el proceso nada fácil de campaña, será atendido, de una o de otra forma.
No días festivos, no vacaciones, no domingos. Fuera el miedo al viento, a la lluvia, al frío, al desvelo al ayuno. A bordo de camionetas de alquiler, viaja sin ningún aparente de prepotencia ni de posición política o social alta. María Isabel Pérez, sencilla y campesina se empapa también del polvo que se levanta por el trayecto de vehículos que rebasan la unidad blanca que al mismo tiempo se torna rubia por lo amarillo del polvo. El sol quemante, pega directamente en el rostro de la diputada sin mostrar el más mínimo enfado por el clima tan cambiante.
En esta ocasión, surcando brechas polvozas del camino más abrupto hacia el valle de Tezonapa. Visitando pueblos impregnados con siete azahares del año nuevo indígena. Zomajapa, La Palma, Tlacuiloltecatl Chico, donde nuevamente con la sonrisa de siempre, la tranquilidad de no profesar ni la mentira ni la política sucia para la gente humilde y trabajadora del distrito. María Isabel Pérez, Diputada por el distrito de Zongolica entregó mobiliario para el salón comunitario, televisión para las pláticas de la Casa de Salud en Tlacuiloltecatl Chico, balones para deportistas. Explicando siempre a los campesinos en lengua nahuatl, lo que se está haciendo y porque se hace.
Este día también escuchó los ladridos de los perrillos. Se oyeron miles de pájaros que ofrecen su gorjear en metáforas del extinto Ray Pérez y Soto. También los grupos de religión hicieron oración pública. Pérez Santos escuchó con atención y respeto a la gente que se acercó para solicitar construcciones de obra, donación de materiales y demás.
En un modesto escritorio improvisado de madera, se formó el presídium por: José Ignacio de la cruz, Agente municipal de Zomajapa, José Porfirio Choncoa Cuauhtzihua, José Valentín cuauhtzihua Xochicale, Fernando Tepole Porras en su caràcter de Comisariado ejidal y más de 100 asistentes que llegaron tanto de la comunidad como de otras vecinas. Ahí Pérez Santos se dirigió a los presentes para anunciar que se han aprobado 2 millones de pesos para arreglar el camino La Palma a la Congregación de Zomajapa y seguir gestionando los menesteres más apremiantes de la gente campesina.
De igual manera convivió con los “faeneros”, personas de la comunidad que construyen a mano los caminos rurales. Les felicitó y les animó a seguir trabajando. Más tarde, ya en la cima de los montes admirando la blancura de las nubes que jugueteaban en la cima de los cerros visibles. María Isabel comparó la blancura de las nubes algodonadas de la sierra de Zongolica con una virtud especial. Y es que la belleza se refina desde el Tlacuiloltecatl como si fueran mármoles, camelias japonesas, elefantes blancos, perlas o el corcel blanco de la bandera de Hannover, que al paso de las horas se fue convirtiendo en una sombra cada vez más densa que se miraba como si fuera a través de un vidrio ahumado. Hora de retornar al gabinete (no a dormir).