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El Baldón: Crecimiento económico ¿Cuándo? Por: José Miguel Cobián

El Baldón: Crecimiento económico ¿Cuándo?

Por: José Miguel Cobián
Comenzando junio recibimos con la acostumbrada alegría el aumento en los precios de las gasolinas, que ya sabemos inciden en todos los precios de la economía, como una carga adicional a los efectos de la devaluación que tuvimos el año pasado y que vemos como ahora los precios se alinean poco a poco hacia ese 30%, a pesar de que los salarios no crecieron ni un punto por encima de la inflación oficial del año pasado.
Cuando el Sr. Calderón era candidato, nos ofreció empleos, quitar la tenencia, elevar el nivel de vida de los mexicanos, mayor seguridad y algunas otras frases que como oferta electoral hicieron cambiar el fiel de la balanza a su favor.
Hoy cuatro años después, vemos que no se han sentado las bases para un crecimiento económico en ninguna de sus variables. La calidad de la educación sigue siendo pésima, a pesar de las cuentas que tienen que dar el PAN y el PANAL a sus electores y a todos los mexicanos. Al no tener una educación básica de excelencia, los niños llegan a niveles superiores como secundaria, preparatoria y universidad siendo prácticamente analfabetas funcionales, muchos de ellos sin la capacidad de leer un texto y entender lo que leen, incapaces de realizar la mínima operación aritmética o matemática, con un mínimo de lógica y ética, lo que los convierte en próximos desempleados o subempleados con puestos y niveles de ingreso de ínfima categoría. Esto que podría convenir a quienes dirigen México, debido a la facilidad con que se controla a las masas ignorantes, está resultando una pesada carga, pues la población exige mejores niveles de vida, sin encontrar el camino para obtenerlos por sus propios méritos.
Cuando alguien ingenuamente piensa en crear una empresa y con ella, puestos de trabajo, se enfrenta a la absoluta falta de crédito para emprendedores, y si por casualidad obtiene financiamiento público o privado, generalmente éste se equipara al agio, por el brutal importe de los intereses. Si el empresario pretende competir contra productos importados, habrá de saber que todos los costos asociados con el gobierno son más elevados en nuestro país que en el país dónde se fabrica el producto con el cual compite, de tal forma que el competidor foráneo paga intereses más baratos, luz, teléfono, seguridad, etc., todo es más barato que en México.
Lo peor sucede cuando el emprendedor habita una zona marginada o un pequeño pueblo, pues entonces resiente la falta de infraestructura básica que le permita moverse y mover sus productos sin grandes costos en tiempo y dinero.
Y si en última instancia, el hipotético y en vías de extinción empresario intenta exportar o allegarse de recursos de un fondo público, entonces se encuentra con terrible burocratismo y falta de eficiencia entre los servidores públicos que debieran de apoyar y ayudar al emprendedor.
También se enfrentará a gastos excesivos de seguridad, pues notará que el estado no puede brindarle la mínima certeza de que sus productos no serán robados en ruta hacia sus potenciales compradores. Sufrirá los elevados costos de transporte debido al mal estado de la infraestructura carretera que provoca mayores gastos de mantenimiento a los camiones y trailers. Y entonces comenzará a preguntarse la razón de que nuestro presidente promueva a México, cuando no estamos preparados para recibir a empresas tan grandes o importantes como las que se requieren para competir a nivel mundial.
Así, vemos que la falta de educación básica, pues los niños no aprenden lo que deben en las primarias públicas –salvo honrosas excepciones-. Vemos que el crédito bancario es muy caro y muy difícil de conseguir, pues el pretexto de los banqueros es que deben protegerse en caso de un problema de cobranza. Vemos la imposibilidad de llevar la producción desde su lugar de origen a su destino si éste fuera nacional. Vemos que los gastos de seguridad son mucho más altos en México que en el resto de los países ¨cristianos¨. Vemos un presidente que prometió desarrollo económico y empleo, muy ocupado en su guerrita contra el narcotráfico, que ha generado una enorme cantidad de víctimas colaterales, como los niños muertos en Reynosa porque los soldados pensaron que su vehículo era sospechoso, y los chicos huyeron en lugar de detenerse y fueron baleados con ráfagas de ametralladora. Vemos un país cayéndose a pedazos y a un presidente muy optimista en sus mensajes a la nación, a pesar de que la realidad día con día lo desmiente brutalmente. Por eso estamos sin seguridad, sin desarrollo educativo, sin desarrollo económico y sobre todo sin una esperanza de mejorar, -por lo menos mientras termina el sexenio-.
www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
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