LA SOLUCIÓN
Ing.
Fernando Padilla Farfán
En México, gran parte de
las ciudades ya no tienen para dónde crecer.No hay terrenos suficientes para
satisfacer la demanda de particulares. Además, hay fuertes deficiencias en la
calidad de los servicios que requiere la población demandante. De acuerdo a
como actualmente se aplica el concepto de desarrollo urbano, cada vez es menos
posible consolidar alguna infraestructura que resuelva, así fuera en parte, la
problemática de la expansión de las ciudades de formato horizontal.El
crecimiento de la demanda de suelos, servicios y vivienda, es exponencial. Por
ello la urgente necesidad de reorientar las políticas públicas en el tema del
desarrollo urbano, hacia otras formas que vayan más acorde con la realidad
actual. El desarrollo urbano está agotado, las ciudades enfrentan serias
dificultades para seguir creciendo hacia los lados, de forma horizontal.
Hace cien años había la
idea de que los recursos naturales eran inagotables. Actualmente se ha podido
constatar que no es así. La realidad se está presentando con tintes altamente
preocupantes. La capacidad del planeta para absorber todos los residuos se está
agotando rápidamente, el tiempo para padecerlo se aproxima a grandes pasos.
El concepto “modernidad”
en cuestiones urbanísticas es ya un concepto improductivo, con el tiempo ha
dado un brusco viraje hacia el desarrollismo y el expansionismo. Esa es la
razón por la que gran parte de los problemas de las ciudades no los puede
resolver el urbanismo. La problemática tenderá a crecer si consideramos que, de
acuerdo a las estimaciones, en el corto plazo el 75% de los mexicanos vivirá en
las ciudades, y por lo tanto, el impacto a esta parte del planeta será mayor.
La problemática del
desarrollo urbano no es privativa de México, gran parte del mundo padece las
consecuencias.
Al planeta lo estamos
consumiendo sin orden ni proyecto. Está sufriendo un crecimiento sin fin. Se
está edificando y urbanizando sin el menor respeto, sin consideración alguna
sobre las consecuencias.
El urbanismo sin control
ha provocado fuertes problemas sociales como el del alojamiento, la sanidad, el
transporte y el equipamiento público, entre otros. Lejos de mejorar, las
condiciones de vida han empeorado. El panorama que actualmente presenta el
desarrollismo es incierto, complejo y caótico.
Por otra parte, el actual modelo
está contribuyendo preocupantemente al deterioro del ecosistema planetario. Sus
efectos están a la vista: el cambio climático, la extinción de todo tipo de especies,
el agujeramiento de la capa de ozono, la desertificación, la pérdida de la
biodiversidad. A manera de ejemplificar, baste recordar las pasadas
inundaciones en el estado de Guerrero. La tormenta “Manuel” dejó al descubierto
las fallas en la planeación urbana.Unidades habitacionales completas sufrieron
los estragos del meteoropor desacato a los reglamentos correspondientes. Se
autorizaron construcciones en zonas de alto riesgo. Este tema no es privativo
de un lugar, lamentablemente ocurre en gran parte de las ciudades de México.
El urbanismo del siglo XX
cumplió su propósito, fue pensado para orientar, controlar, intervenir y
dirigir el crecimiento; ahora hay que pensar en otro modelo.
De acuerdo a especialistas
del tema, una de las soluciones con mayor viabilidad es el urbanismo sostenible
o estacionario, considerado también como ecológico. Entre los principales motivos
que lo impulsan se encuentran los recursos comoel suelo, considerado como el
primero de ellos.Su consumo no debe aumentar.Tampoco el agua, la energía, el
transporte. Es de amplio conocimiento que consumimos más agua de la que la
naturaleza en su proceso cíclico nos puede suministrar. Uno de los criterios
que impulsarían su desarrolloes que se requieren espacios dónde vivir, no
espacios para intentar sobrevivir. Si la sociedad está cambiando, también debe
cambiar el espacio urbanizado.
El urbanismo sostenible se
sustenta en la idea de aprovechar los terrenos baldíos que existan, o las
construcciones no funcionales susceptibles de transformarse en construcciones
verticales, aprovechando la infraestructura existente.
Éste prototipo de
urbanismo tiene como mira impulsar ciudades más compactas, con mayor densidad
de población y actividad económica, en menos espacio, con la particularidad de
impedir el crecimiento de las manchas urbanas hacia zonas impropias o de alto
riesgo. Al adoptar éste sistema, tendrá que considerarse también la mejora de
la movilidad de las ciudades, mediante sistemas de transporte urbano masivo que
transporten a más gente en menores distancias, con el consiguiente ahorro de
combustible.
En algunos países el
problema urbano forma parte de la agenda de prioridades de los gobiernos.
Quienes se dedican al estudio del crecimiento de las ciudades, consideran que
si no se hace algo pronto podría haber, en el mediano plazo, un colapso de
consecuencias inimaginables.
La urbanización sin freno
ni control equivale a la ocupación de un territorio, es el consumo sin límites.
En México, ésta problemática
está en niveles realmente preocupantes. Por ello, el gobierno mexicano debe
adoptar medidas urgentes para transitar, en breve plazo, al desarrollo de modelos de vivienda
vertical, con riguroso cumplimiento de los requisitos exigibles para el otorgamiento
a particulares de licencias de construcción.
Para emprender
exitosamente la ejecución de ésta modalidad, habrá que promover reformas a la
legislación en materia de planeación urbana, uso eficiente el suelo y
zonificación.Prioritariamente tendrá que considerarse mejorar la movilidad de
las ciudades mediante sistemas de transporte urbano masivo, congruentes con el
desarrollo sustentable, aprovechando las tecnologías para optimizar el
desplazamiento de las personas.
El esquema del transporte
público masivo, deberá complementarse con diversas medidas de transporte
peatonal, la utilización de bicicletas y motocicletas (biciclos o triciclos) y
una racionalización consiente del uso del automóvil. El uso de las motocicletas
se recomendaría solo para aquellas ciudades cuya topografía irregular dificulte
el uso de la bicicleta.
El nuevo modelo de
desarrollo urbano y de ordenamiento del territorio, debe estar dirigido
prioritariamente a elevar la calidad de vida de las familias y a detonar la
productividad potencial, por medio de la configuración de ciudades más
compactas, densas, habitables y competitivas; con opciones de vivienda
correctamente localizadas que permitan acceder en distancias cortas a una
diversidad de bienes y servicios adecuados a los ingresos de la población, con
más y mejores espacios públicos y con soluciones integrales de movilidad que
den prioridad al ciudadano, al uso de los medios de transporte eficiente y al
medio ambiente.
La experiencia vivida en
países de Europa, apunta que las ciudades más densas son más productivas y
competitivas, pues son más eficientes gracias a la combinación de usos del
suelo compatible, así como a la reducción de tiempos y costos de transporte de
personas y bienes. La ciudad compacta contribuye de manera significativa a
atemperar el cambio climático y la significativa reducción de los gases que
provocan el efecto invernadero, toda vez que desincentiva el uso irracional del
automóvil, en virtud que acorta los recorridos y privilegia el transporte no
motorizado.
En su oportunidad habrá
que contemplar el diseño de instrumentos normativos, fiscales y administrativos,
que estimulen el uso del suelo disponible al interior de las ciudades y frenen
la especulación del suelo y la expansión hacia las zonas periféricas. Incluso,
podría aplicarse una tasa del impuesto predial que aumente progresivamente
mientras los predios permanezcan ociosos.
Con un modelo de ciudad
como el que se describe, además del beneficio directo por la operatividad de
una ciudad con éstas características, del mismo modo contribuye al
fortalecimiento del tejido social y a la prevención del delito, mediante el
rescate de espacios públicos urbanos próximos a corredores de transporte
masivo, centros históricos, así como aquellos que presenten condiciones de
deterioro, abandono o inseguridad y que sean utilizados eventualmente por
sectores sociales en situación de riesgo.
En los Estados Unidos de
Norteamérica, el crecimiento de las ciudades se da de manera horizontal. Se le otorgan
espacios suficientes a los parques, jardines, andadores para el tránsito de
personas y espacios recreativos. En éste país, las ciudades tienden a unirse
entre sí. En cambio, en Europa,la construcción y el aprovechamiento de los
espacios públicos es diferente a América. Por la escasez del espacio territorial,
las ciudades crecen preferentemente hacia arriba. En España, por ejemplo, se
puede apreciar el modelo de ciudad densa y sustentable.
En México aparece una luz
al final del túnel. A principios del pasado año, el Presidente de la República,
licenciado Enrique Peña Nieto, anunció las directrices para el delineamiento de
las políticas en materia urbana y de vivienda, e instruyó a la Secretaría de
Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) a suscribir convenios de
coordinación con los gobiernos estatales y las autoridades municipales de, al
menos, las 60 ciudades conmayor peso y crecimiento poblacional
Dichos instrumentos
legales contienen los lineamientos a los cuales habrán de sujetarse los firmantes,
cuyo cumplimiento consentiría transitar hacia un modelo de desarrollo urbano
sustentable e inteligente, para evitar el crecimiento desordenado de las
ciudades y la expansión descontrolada de las manchas urbanas.También obliga a
la coordinación institucional entre las partes involucradas yfacilita la
articulación de las acciones entre las diferentes dependencias del gobiernoy
entre los tres niveles de gobierno.Optimiza los esfuerzos y los recursos de
todo orden de gobierno, y permite que los resultados puedan sermedibles y
cuantificables.
El Gobierno federal se
propone apoyar e incentivar, en coordinación con los gobiernos locales, la
recuperación y conservación de los centros históricos, sitios y áreas
arqueológicas, pueblos mágicos, espacios públicos de convivencia ciudadana,
paisaje urbano tradicional de las ciudades y, en general, el patrimonio
arquitectónico y urbanístico de los centros de población y de las localidades
rurales.Prioriza la movilidad no motorizada como la caminata y el uso de la
bicicleta, y genera un mayor sentido de identidad y pertenencia ciudadana. El
gobierno de Peña Nieto ha declarado que considerará importante promover la
regularización de predios, ya que considera que la certeza jurídica de la
propiedad permite impulsar los mercados secundarios de tierra y vivienda,
además de abrir las puertas de la formalidad a sus propietarios.
En ese sentido,el
mandatario propone impulsar una política de Estado que impida los asentamientos
en zonas de riesgo, pero que propicie la reubicación de la población en
condiciones de alta vulnerabilidad. Pretende fortalecer la cultura de la
prevención y de la autoprotección.
Los convenios con los
Ayuntamientos de al menos 60 ciudades con las características descritas, son con
el propósito de promover un desarrollo urbano compacto y sustentable, y para Incorporar
una política municipal de suelos que estimule el establecimiento de reservas
territoriales para reducir la especulación, permitir la consolidación de la
ciudad en sus vacios urbanos, planear el desarrollo urbano futuro y articular
una estrategia municipal de conservación ecológica, entre otras varias.
Dada la magnitud y
prioridad de éste asunto, El gobierno federal debe considerar la creación de
una Secretaría, la cual tendría la responsabilidad de enfrentar y resolver la
problemática del desarrollo urbano, con políticas viables y efectivas. El caso
lo amerita.
Si a
mediano plazo no se adoptan urgentes medidas de emergencia, enfrentaremos el
colapso ecológico planetario más terrible de la historia de la humanidad y, por
consiguiente: inestabilidad social con hambrunas generalizadas y,
eventualmente, el desplome de la civilización moderna.