Después del silbatazo final, ¿las MiPyMEs qué?
Por Renato Consuegra
Como todo gran evento global, el Mundial de
Fútbol 2026 llegará, emocionará y se irá; será un espectáculo lleno de luces,
emoción y promesas, pero el verdadero partido, al menos para México y sus
micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), comenzará cuando se apaguen las
cámaras y se retire el último aficionado extranjero. La pregunta clave es: ¿qué
quedará después del último gol? ¿Quién ganará el partido de largo plazo?
Lo que está en juego no es menor: se trata de
convertir una oportunidad extraordinaria en un motor permanente de desarrollo
económico local. Eso, y no los contratos millonarios ni los discursos
triunfalistas, es lo que puede marcar la diferencia entre un país que
simplemente organizó un Mundial y uno que realmente lo aprovechó. La historia
ya nos ha dado ejemplos claros: Brasil 2014, donde los estadios quedaron
subutilizados y cientos de empresas quebraron, o Sudáfrica 2010, donde los
ingresos prometidos nunca llegaron a las comunidades más necesitadas. México
corre ese mismo riesgo si no actúa desde ahora.
Para que el Mundial sea un verdadero
catalizador de desarrollo, las MiPyMEs mexicanas deben salir del evento más
fortalecidas, profesionalizadas y visibles que como entraron. Si no es así,
será otro evento que las utilizó como ornamento y no como columna vertebral de
la economía real. El legado no es lo que se deja una vez terminado el evento,
sino lo que se construye durante y después de él. Y ¿qué puede considerarse
como un legado positivo? Empresas formalizadas, digitalizadas o con acceso a
nuevos mercados; canales de comercialización que perduren más allá del torneo;
turismo repetitivo, no solo de ocasión; capacidad instalada en regiones
tradicionalmente olvidadas, y redes empresariales más sólidas.
Sin embargo, nada de esto sucederá por sí solo,
sino que se necesita planeación y compromiso desde ahora. Algunos pasos clave
incluyen: planes de legado económico con metas claras para las MiPyMEs,
impulsados por gobiernos y cámaras empresariales; seguimiento a los negocios
beneficiados por el Mundial, con métricas claras de sostenibilidad; programas
de incubación y aceleración que capitalicen la experiencia adquirida;
estrategias para fidelizar clientes internacionales a través de experiencias
digitales, logística eficiente y storytelling de marca; y evitar la
sobreinversión no productiva en eventos o campañas sin retorno real.
También es urgente prevenir los errores
comunes: que las pequeñas empresas se endeuden para aprovechar el Mundial y
luego no tengan mercado; que los proveedores nacionales sean desplazados por
empresas extranjeras temporales; que experiencias culturales y gastronómicas
sean apropiadas por terceros sin beneficiar a sus creadores; o que la
informalidad se dispare sin incentivos reales para formalizarse.
El gran error sería pensar que el Mundial es el
objetivo final, cuando en realidad debe ser el punto de partida hacia una
economía más moderna, digital y equitativa para los pequeños negocios. No es el
trofeo lo que debe importar, sino la transformación estructural que puede dejar
el evento detrás. Si las MiPyMEs mexicanas terminan el Mundial mejor
organizadas, con acceso a financiamiento, visibilidad global y redes de
distribución fortalecidas, México habrá ganado más que un torneo: habrá ganado
desarrollo y futuro. Pero si todo regresa a lo de siempre —informalidad, olvido
institucional, falta de seguimiento— entonces no habremos aprendido nada. Y
oportunidades como esta no se presentan todos los días.
De emprendimientos… y más…
Desde California, la abogada mexicana Nallely
Zúñiga Hernández está marcando un precedente con Pink Recycling, una empresa
pionera en reciclaje liderada por una mujer hispana. Con más de 300 toneladas
de residuos reciclados y un firme enfoque social, Zúñiga no solo impulsa
empleos verdes y oportunidades para grupos vulnerables, sino que también lleva
educación ambiental a comunidades marginadas a través de su programa móvil
Eco3Go. Una muestra clara de que el cambio comienza con acciones concretas y
liderazgos valientes… Con su nueva edición limitada Espíritu Valiente,
Tecate rinde homenaje a quienes viven con autenticidad, celebran la amistad y
enfrentan la vida con orgullo. Más que una presentación especial, es una
invitación a brindar por lo que verdaderamente importa: ser uno mismo y
compartir con los nuestros. Disponible hasta septiembre, esta lata es un símbolo
de carácter y unión, pensado para acompañar los momentos que valen la pena… En
un entorno laboral cada vez más exigente, las vacaciones ya no son un lujo,
sino una necesidad estratégica. Lejos de ser tiempo perdido, representan una
inversión en salud mental, motivación y productividad. Hacer una pausa
consciente permite reconectar con lo esencial, reducir el agotamiento y
regresar con una visión más clara. En este nuevo modelo de trabajo, descansar
no es detenerse: es avanzar con más equilibrio y sentido, señala Leydis Castro,
People Partner Manager de WeWork Latam… En este nuevo panorama laboral, las
empresas que integren esquemas híbridos bien diseñados, el uso estratégico de
la inteligencia artificial y espacios centrados en el bienestar tendrán una ventaja
clara para atraer, retener y desarrollar talento. Más que volver a la oficina,
se trata de construir entornos de trabajo sostenibles, humanos y
tecnológicamente preparados para el futuro que ya está en marcha, según un
estudio elaborado por PageGroup y WeWork.