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La marca de un trienio....

La marca de un trienio

Por José Miguel Cobián
Los periodos de los presidentes municipales quedan marcados por distintos aspectos de su personalidad o por una obra en particular que marca su trienio. En la zona centro del estado de Veracruz hemos tenido todo tipo de “marcas” de los funcionarios que los han presidido. Desde aquél cuya fama es de manos largas con los dineros del pueblo, el que es mano larga pero con el personal del sexo opuesto, el que “navegó de muertito”, el que ayudó a todo el pueblo aunque no hizo obra, el simpático, hasta el santo, ese que hace que los minusválidos caminen, aquél que empinaba mucho el codo, etc. De todo hay en la geografía y picaresca local.
Al cabo de los años, los estigmas falsos o verdaderos inspirados por la oposición o por los enemigos políticos también se alojan en el imaginario colectivo para identificar a cada exalcalde. Así, en Córdoba recordamos al charro, que era Bernardo Cessa, o a Pixie que así le llamaban Carlos Zapata por las pestañas tan grandes que tenía. En otros casos, no hay apodos, pero sí rasgos de su personalidad, como es el caso de Tomás Ríos quien era muy paternal, Paco Portilla tenía mucho carisma y la gente lo quería mucho.
En el caso particular de Juan Lavín, tiene varias características que hacen que de su trienio algo especial. Comenzando por el lado familiar, tiene una esposa que vale lo que pesa en oro, y no por su apellido, sino por el enorme esfuerzo y el gran corazón con que ha entregado su tiempo en el DIF para ayudar a los más necesitados del municipio. Juan también tiene mucho carisma y su actitud campechana y desenfadada le ha valido el afecto de la población cordobesa, salvo los opositores de siempre. A pesar de su falta de entrenamiento político previo, ha sabido navegar a lo largo de su trienio, superando obstáculos, y logrando la cooperación de dos sectores que parecía imposible que cooperaran con él. Por un lado los ediles de oposición, que en general han votado a favor de la mayoría de las propuestas que en cabildo se han realizado, e incluso lo acompañan en actos públicos y no dudan en mostrar su afecto a pesar de la diferencia de colores partidistas y por el otro lado, el de los vendedores ambulantes que conjuntamente trabajaron por un espacio digno en el mercado de la Isla para trabajar, y despejar banquetas y vialidades.
Me llama la atención que no se le haya dado el reconocimiento que merece la acción y gestión del alcalde cordobés en la ciudad de los 30 caballeros. Pues a nivel estatal ha sido noticia y luego será referencia para otros presidentes municipales, lo logrado no es algo menor, al contrario es un hecho que prácticamente marcará su trienio. De ahora en adelante cuando se hable de Juan Lavín, se dirá: fue aquél presidente que sacó a los ambulantes de las calles y los llevó a la Isla.
Sus detractores insistirán en la falta de obra pública o en el número de empleados municipales, sin embargo en el colectivo quedó como un hito en la historia de Córdoba, el que los ambulantes fueron removidos de las calles, sin ningún acto de violencia. El movimiento se logró exclusivamente mediante la negociación y el esfuerzo de todos, pues hay que reconocer que los propios ambulantes y sus líderes aceptaron un futuro incierto, a sabiendas que todo negocio nuevo tardará un tiempo en consolidarse, pero vale la pena a cambio de tener un lugar digno para trabajar.
Si además de este logro que en sí mismo marca todo el trienio, todavía termina su gestión con el distribuidor vial de dos caminos, se pondrá en la historia de Córdoba como el alcalde que cambió la ciudad para bien, superando obstáculos en tiempos turbulentos y de crisis, y no solo ello, sino que logró resolver un nudo en la circulación de la ciudad.
Tal parece que con hechos, a sus detractores les demuestra que mientras lo critican él sigue trabajando, pues dejará un municipio con la totalidad de sus casas con agua potable, otro logro que ciertos sectores de la sociedad minimizan, pero que simplifica las próximas gestiones municipales y con mucho supera el costo de ver reducidas las próximas participaciones por tenencia vehicular.
Hay que reconocerle el esfuerzo también por la rotonda de Shangrilá, misma que hasta yo critiqué y hoy considero que ha resuelto problemas de vialidad, tal como Lavín decía, pues pedía tiempo para probarla al estar terminada. Quizá habrá que hacer alguna pequeña adecuación, pero simplificó la vialidad de esa zona.
Ahora como ambicioso cordobés, solo me falta pedirle al próximo alcalde que por favor gestione vialidades adicionales que crucen la ciudad de este a oeste y desde Fortín hasta Peñuela, pues cada día el caos vial será más grave.
No queda más que reconocer que con hechos y obras verdaderamente trascendentes, Juan Lavín dejará huella en un municipio del centro de Veracruz por mérito propio y por el gran apoyo que ha recibido del gobernador Fidel Herrera que le tiene mucho cariño a esta parte del estado.
www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
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