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José Miguel Cobián,. Gracias “cuates”

Gracias “cuates”
Por José Miguel Cobián

Es de todos conocido, que a los miembros de la organización del Yunque, se les llama “cuates”, pues es la manera como entre ellos se dirigen los unos a los otros. Y es a ellos a quien hoy está dirigido este artículo, tanto a los conocidos por todos, como a los desconocidos, pero que hacen su labor desde las distintas organizaciones que se lograron “vertebrar” en ese gran proyecto para que la sociedad que el yunque representa, tuviera más voz y voto en las decisiones sobre el país que queremos formar en el futuro.
La organización hizo un gran esfuerzo por lograr el acceso a la democracia en México, y ahora lo está realizando en varios países de Latinoamérica, replicando lo realizado y aprendido en su lucha en nuestro país. Desde aquellas luchas de los sesentas que resultaron ideológicas y físicas, hasta las actuales por recuperar el control de Acción Nacional, ante la falta de cooperación de Felipe Calderón.
Esa idea de capacitar a un sector de la sociedad para que participara más abiertamente en actividades políticas, opinando y presionando a los funcionarios fue genial, y dio buenos resultados, para México y para ustedes. Coparmex, Concanaco, Consejo Coordinador Empresarial, las actuales gubernaturas del PAN, ANCIFEM, Desarrollo Humano Integral, Pro-vida, Unión nacional de Padres de Familia, Iluminemos México, México Unido Contra la Delincuencia y tantas otras organizaciones intermedias, que buscan aplicar la doctrina social cristiana de la Iglesia a la vida cotidiana de México, y sobre todo, a la política nacional.
Curiosamente a pesar de no considerarme de ultraderecha, los considero hermanos de lucha, porque yo también he luchado por la libertad y la democracia en este país, aunque con resultados mucho más magros que ustedes. Ustedes son una gran organización, de hecho son “La Organización”, creciendo en influencia y capacidad de acción día con día.
A ustedes, muchos con los que he compartido el pan y la sal, con los que hemos peleado juntos por mejorar nuestra zona, nuestro estado y nuestro país, les pido que por favor reflexionen el rumbo que están llevando. Feliz estoy de que no busquen conservar el poder mediante una nueva “cristiada”, sólo con el valor del voto en las urnas. Sus métodos aunque a veces rayando en la ilegalidad, han servido para el propósito logrado en el 2000. Sin embargo, hace falta evaluación y autocrítica, -que sé de antemano están prohibidos en La Organización”- pues los resultados obtenidos fuera de la apertura democrática, son magros y en algunos casos hasta opuestos a los fines buscados. El sacrificio de las mayorías para beneficiar a una minoría, aunque sea la de ustedes, no es lo que se buscaba en un principio. La férrea disciplina está bien, pero también debe darse libertad para desarrollar las habilidades de cada quien, en lugar de preservar el status quo cuando les conviene a ustedes.
La falta de movilidad en los liderazgos también se convierte en un problema, pues a fin de cuentas quedan a nivel interno como si fuera una dictadura vitalicia, y los fundadores no buscaban eso. Las luchas intestinas dentro del PAN para mantener a raya a los viejos panistas, y a los que no están dentro de La Organización tampoco han resultado positivas. Sé muy bien que están entrenados para la lucha, pero eso no obliga a tener siempre enemigos, y cuando no se tienen, buscarlos o inventarlos. También hay que prepararse para lograr los objetivos de la doctrina social cristiana, mismos que al 2010 no se perciben, ni siquiera como esbozo de futuro, ni como plan en el presente. Lo único que no pueden permitirse es traicionar sus principios con el fin de conservar puestos burocráticos o la comodidad de un sueldo a cargo del erario, ya sea como diputados federales plurinominales, como funcionarios de partido, como funcionarios de las organizaciones “vertebradas”, o como empleados en las empresas en las que La Organización los ha acomodado. El ideal buscado no debe perderse en la comodidad alcanzada, pues la filosofía con la cual los convencieron al entrar a La Organización parece perdida ante las luchas de los líderes por conservar sus cotos de poder en el PAN o en la propia organización.
Los invito a la reflexión y les agradezco lo bueno que han hecho por México, no sin dejar de reprochar lo malo que también han dejado y que cada uno en su corazón conoce, aunque públicamente y quizá tampoco dentro de La Organización lo reconozcan.
Como factor de cambio tienen una responsabilidad histórica. Como grupo de poder también y como Católicos y seguidores de las enseñanzas de Cristo mucho más. Recordad que “por sus obras los conocereís”, y si las obras no hablan bien de ustedes, entonces no sereís reconocidos, y por lo tanto no estareís haciendo lo que debeís.
Con admiración y afecto:
www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
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