Los chamaquearon
Por José Miguel Cobián
Ahora que las aguas se asentaron, podemos ver a tiro pasado el asunto de la renuncia de Gomes Mont al PAN, y entender en detalle todo lo que pasó, aunque lo divertido o vergonzoso de la política mexicana es lo que le pasó al PRI, pues vendieron un aumento de impuestos a cambio de que no hubiera alianzas PAN-PRD, y resultó que ellos cumplieron pero el pago no llegó.
Queda claro que Francisco Rojas coordinador del PRI en la Cámara de Diputados Federal fue el principal negociador de dicho asunto y por ende, el principal chamaqueado, siempre y cuando no se nos olvide que el contador Rojas, es un alfil de Carlos Salinas de Gortari, y por ello, el verdadero chamaqueado fue el propio expresidente. Manlio en la cámara de senadores demostró desde el primer día que no estuvo enterado de estos acuerdos, y es lógico, él es amigo pero no alfil de Salinas. Beatriz por su parte estaba enterada y quedó dolida, pero desde su punto de vista, analizó las ventajas electorales, por encima de cualquier otra consideración y por ello aceptó la negociación, aunque en público la negó diciendo que fueron negociaciones paralelas, pero no vinculadas, la de las no alianzas azules amarillos y la de cubrir el boquete de las finanzas públicas. Hace unos días Francisco Labastida senador priísta afirmó que también en el asunto del boquete los chamaqueó el secretario de hacienda, pues no era tan grande y el aumento de impuestos por lo tanto, no debió ser tan elevado.
Difícil de creer que las negociaciones del Secretario de Gobernación fueron a espaldas de su jefe, más bien se sacrificó un alfil para que el rey no estuviera en jaque. Y el sacrificio es fuerte, porque el Rip difícilmente confiará otra vez no sólo en Gómez sino en cualquier miembro del gabinete calderonista. El PRD está seguro de que Gómez es su enemigo porque se opuso terminantemente a las alianzas, aunque seguro Nava el presidente del PAN nacional estaba enterado de esos acuerdos en lo oscurito y luego recibió línea para seguir con el proyecto aliancista. En el PAN hay sentidos por la renuncia de Gómez, así que con las tres fuerzas políticas quedó raspado el responsable de la política interna de México.
La actitud de Felipe se entiende en el sentido de que no quiere como líder de Acción Nacional dejarle el camino libre al tricolor, al contrario, con las alianzas le va a quitar alguna o algunas gubernaturas, lo cual permitirá un poco más margen de acción en el 2012. Aunque los mexicanos vemos normal que el presidente participe en política y actúe en beneficio de su partido, los panistas de corazón saben que eso está mal, y ahora están en la disyuntiva de modificar sus principios o criticar en corto el presidencialismo actual, pues es algo contra lo cual lucharon durante mucho tiempo.
Lo grave de todo este asunto es que la política y los políticos quedan muy mal parados una vez más ante la opinión pública. El pueblo tiene razones adicionales para desconfiar de todos ellos, e incluso se citará en el futuro, que ni los compromisos entre ellos mismos se cumplen, así que el pueblo poco puede esperar.
El PRI quedó como mercenario interesado en su conveniencia por encima del supremo interés de la nación, pero así son todos, así que la quemada no es tan fuerte. Dentro del tricolor los asuntos se ponen más álgidos, pues es de sobra conocido que Salinas no comulga con Atlacomulco, y el “bello” prinosaurio lleva todas las de ganar, y ahora resulta que Salinas resultó traicionado por aquél que tanto ha apoyado, pues también se sabe que aconseja a Felipe. Manlio es el que sale mejor librado y otro presidenciable también, a reserva de cómo le vaya en su estado, con las próximas elecciones veraniegas.
A Felipe se le complica el término de su sexenio, pues el amarillo no será jamás un interlocutor confiable para el “espurio”, sobre todo si Chucho Ortega deja su política colaboracionista con el régimen, o si lo cambian antes de fin de sexenio. El PRD se posiciona con alguna gubernatura para tener más recursos para el 2012, y el PAN dará la cara si ganan algo, aunque ninguno de los candidatos –hasta ahora- sea panista de cepa.
La lección de todo esto, es que el juego político lo juegan los políticos para su propio beneficio, mientras que los ciudadanos, el pueblo, simplemente se queda como simple espectador, y futura carne de urna, validando con sus votos los siguientes encuentros entre la clase dirigente del país.
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