El Dilema
Por José Miguel Cobián
Mis cuatro lectores sabrán que he seguido con mucho interés el desenlace de la traición del líder nacional del PAN a Gerardo Buganza, interés relacionado con el afecto que le profeso a Gerardo y por cuanto a su reacción, conociendo en él su calidad moral y ética.
Hoy te invito amable lector(a) a ponerte en el lugar de Gerardo ante la disyuntiva que se le presenta, pues a fin de cuentas puede convertirse en estudio de texto para las futuras generaciones, en la materia de ética pública o ética política.
Sé que ha recibido invitaciones de parte del PRD, del propio PAN y del gobierno federal y de parte del PRI veracruzano, incluyendo las invitaciones públicas que le ha hecho el propio precandidato del PRI, el Dr. Javier Duarte de Ochoa.
Es de sobra conocido que si fuera candidato del PRD en Veracruz, la posibilidad de ganar la gubernatura sería muy remota pero seguramente lograría descarrilar al tren de Dante y al de Miguel Angel, sin embargo sería un sacrificio prácticamente inútil, pues el único logro sería no permitir que ambos, -por cierto considerados como las peores opciones por Gerardo- le hicieran daño a Veracruz.
Sin embargo, Gerardo tiene una opción que también permitiría descarrilar ambos trenes, pues su capital político es muy fuerte, y esta posibilidad radica en convertirse en secretario de Estado, (probablemente de Economía) en Veracruz en la próxima administración de Javier Duarte. Así, estaría logrando varias metas con una sola jugada. La primera sería la de poder seguir sirviendo al pueblo de Veracruz desde el gobierno estatal. La segunda sería eliminar la posibilidad de que Veracruz tuviera un pésimo gobernante -según su criterio y el de muchos- en caso de que pudiera tener alguna posibilidad Miguel Angel. La tercera sería eliminar de una vez por todas del panorama político veracruzano a Dante, quien seguramente ya no regresaría a una elección dentro de seis años. La cuarta y quizá la más importante, cumplir con un deber de conciencia, al hacer lo correcto, y evitar males mayores a la población.
Sin embargo, esta opción que planteo representa un enorme dilema, entre el hacer lo que se debe hacer aunque sea pasando un trago amargo, y quedarse en una posición cómoda, en la cual se abstiene de participar en política pero no libra a Veracruz de males mayores, y tampoco continúa con su vocación de servicio público.
No me imagino a Gerardo dentro de seis meses, arrepentido de no haber tomado acción en caso de que pudiera ganar la gubernatura Miguel Ángel o Dante. Tampoco me lo imagino apático ante la problemática social que él tan bien conoce, y mucho menos, desesperado detrás de un escritorio viendo como se toman las decisiones, en lugar de ser él el promotor de desarrollo de Veracruz desde la secretaría de Economía estatal. (Llámese como se llame)
La posición cómoda que implicaría retirarse "dignamente" de la política y no involucrarse en un proceso en el cual ya está involucrado, simplemente para darle gusto a aquéllos que lo criticarían si apoyara al candidato rojo. El dilema está entre servir a Veracruz o guardar la compostura y las distancias.
Usted que haría, teniendo la oportunidad de ser secretario de estado por seis años, y sabiendo que Javier Duarte y Fidel son gente que cumple su palabra. Ya le digo, si es rojo, apoyaría a Javier, si es azul se quedaría en su casa, su fuera amarillo no confiaría en los amarillos ni en los naranjas y se pelearía con sus correligionarios, si fuera un ciudadano común y corriente, allí es donde realmente se enfrentaría al dilema entre el Deber Ser y la comodidad del no ser.
Algún día habrá oportunidad de comentar estos temas con Gerardo y saber qué es lo que él verdaderamente siente y piensa, porque estoy seguro que lo que menos le importa es darle gusto a los demás, y lo que realmente le interesa es hacer lo correcto..... Ojalá y lo haga.
www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
Hoy te invito amable lector(a) a ponerte en el lugar de Gerardo ante la disyuntiva que se le presenta, pues a fin de cuentas puede convertirse en estudio de texto para las futuras generaciones, en la materia de ética pública o ética política.
Sé que ha recibido invitaciones de parte del PRD, del propio PAN y del gobierno federal y de parte del PRI veracruzano, incluyendo las invitaciones públicas que le ha hecho el propio precandidato del PRI, el Dr. Javier Duarte de Ochoa.
Es de sobra conocido que si fuera candidato del PRD en Veracruz, la posibilidad de ganar la gubernatura sería muy remota pero seguramente lograría descarrilar al tren de Dante y al de Miguel Angel, sin embargo sería un sacrificio prácticamente inútil, pues el único logro sería no permitir que ambos, -por cierto considerados como las peores opciones por Gerardo- le hicieran daño a Veracruz.
Sin embargo, Gerardo tiene una opción que también permitiría descarrilar ambos trenes, pues su capital político es muy fuerte, y esta posibilidad radica en convertirse en secretario de Estado, (probablemente de Economía) en Veracruz en la próxima administración de Javier Duarte. Así, estaría logrando varias metas con una sola jugada. La primera sería la de poder seguir sirviendo al pueblo de Veracruz desde el gobierno estatal. La segunda sería eliminar la posibilidad de que Veracruz tuviera un pésimo gobernante -según su criterio y el de muchos- en caso de que pudiera tener alguna posibilidad Miguel Angel. La tercera sería eliminar de una vez por todas del panorama político veracruzano a Dante, quien seguramente ya no regresaría a una elección dentro de seis años. La cuarta y quizá la más importante, cumplir con un deber de conciencia, al hacer lo correcto, y evitar males mayores a la población.
Sin embargo, esta opción que planteo representa un enorme dilema, entre el hacer lo que se debe hacer aunque sea pasando un trago amargo, y quedarse en una posición cómoda, en la cual se abstiene de participar en política pero no libra a Veracruz de males mayores, y tampoco continúa con su vocación de servicio público.
No me imagino a Gerardo dentro de seis meses, arrepentido de no haber tomado acción en caso de que pudiera ganar la gubernatura Miguel Ángel o Dante. Tampoco me lo imagino apático ante la problemática social que él tan bien conoce, y mucho menos, desesperado detrás de un escritorio viendo como se toman las decisiones, en lugar de ser él el promotor de desarrollo de Veracruz desde la secretaría de Economía estatal. (Llámese como se llame)
La posición cómoda que implicaría retirarse "dignamente" de la política y no involucrarse en un proceso en el cual ya está involucrado, simplemente para darle gusto a aquéllos que lo criticarían si apoyara al candidato rojo. El dilema está entre servir a Veracruz o guardar la compostura y las distancias.
Usted que haría, teniendo la oportunidad de ser secretario de estado por seis años, y sabiendo que Javier Duarte y Fidel son gente que cumple su palabra. Ya le digo, si es rojo, apoyaría a Javier, si es azul se quedaría en su casa, su fuera amarillo no confiaría en los amarillos ni en los naranjas y se pelearía con sus correligionarios, si fuera un ciudadano común y corriente, allí es donde realmente se enfrentaría al dilema entre el Deber Ser y la comodidad del no ser.
Algún día habrá oportunidad de comentar estos temas con Gerardo y saber qué es lo que él verdaderamente siente y piensa, porque estoy seguro que lo que menos le importa es darle gusto a los demás, y lo que realmente le interesa es hacer lo correcto..... Ojalá y lo haga.
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