El
Baldón: Los préstamos estudiantiles. ¿Trampa electoral?.
Por José Miguel
Cobián
El presidente Calderón anunció con bombo y
platillo, es decir, con gran cobertura mediática la aprobación de dos mil
quinientos millones de pesos para prestar a estudiantes de escuelas privadas,
para que pudieran estudiar licenciatura o cursos de posgrado como maestrías y
especialidades. Los préstamos serán de hasta $215,000.00 para licenciatura y
$280,000 para maestría.
En principio habría que analizar si en una
escuela privada alcanza ese dinero para estudiar. Verificando en las páginas
web de las universidades de primer nivel, me encuentro que el semestre cuesta
alrededor de $60,000.00 de colegiaturas, más el hospedaje y la alimentación, cuando la familia del
estudiante no habita en la misma ciudad en
que esté ubicada la universidad. Visto lo anterior, los préstamos
anunciados alcanzan para año y medio de universidad, pero las carreras son de
cinco años en promedio, así que estudiantes sin recursos económicos no podrán
acceder a ellas, con lo cual se vuelve discriminatorio el programa, ya que va
dirigido más bien a clases medias y deja fuera a las clases bajas.
Una vez definido el mercado objetivo,
llama la atención la relación entre el apoyo de la clase media al partido del
presidente, y la existencia de programas como éste, dirigidos a ese mismo
estrato social.
Me puse en los zapatos de un joven que
quiere estudiar licenciatura y maestría y sin conocer las reglas de operación
del programa, decidí hacer un ejercicio matemático sobre las siguientes
premisas: durante los años de carrera y maestría el interés es simple, es decir
no se acumula a la deuda, y no me cobra el gobierno interés sobre interés. El
total del préstamo lo recibo al inicio de la carrera y al inicio de la
maestría, en los años 1 y 6 del crédito. A partir del día uno del año 8
comienzo a pagar mi deuda.
El primer año me prestan $215,000 y por
cinco años se acumulan los intereses de $21,500 anuales. Al fin del quinto año
ya debo $322,000.00. Al inicio del sexto año me prestan $280,000.00 para la
maestría, y acumulo en los siguientes dos años $49,500.00 anuales de
interés. Al terminar mi carrera y mi
maestría debo $701,500.00 de los cuales $206,500 son de intereses y $495,000.00
de préstamo.
Una vez que comienzo a pagar, suponiendo
mensualidades iguales, mi mensualidad será por quince años y por un importe
mensual de $7,538.35. Como en todos los
créditos al principio pago casi puros intereses (el primer mes pago $5,845.83
de interés y $1,692.52 de abono a la deuda), y al final los pagos a capital son
mucho más fuertes y los intereses mínimos.
Que dura se me presenta la vida para el
futuro, apenas estoy consiguiendo trabajo y en México es un triunfo que un
joven encuentre trabajo, pues las políticas económicas de los últimos sexenios
han sido orientadas a la estabilidad no al crecimiento, y por ello no hay
chamba.
Supongamos que conseguí trabajo, seguro
cuando menos la mitad de mi sueldo (tengo maestría) se va en los abonos a mi
deuda, y el resto, para renta, transporte, ropa y comida. Soy un profesional preparado pero durante 15
años tendré una pesada carga, más allá de las fechas en que me casaré y tendré
hijos, así que tengo una dura cuesta por delante, y eso sin considerar que
después me voy a embarcar comprando casa, un auto y los bienes indispensables
de la clase media, esa a la que pertenezco y que creyó que era un buen proyecto
aprovechar el beneficio que aquél presidente Calderón nos ofreció y que pagamos
con votos a su partido y candidato.
Hoy me pregunto si no hubiera sido mejor
que esos dos mil quinientos millones de pesos fueran para apoyar a las
universidades públicas, y así, yo hubiera estudiado en una de ellas, (que no
tenían cupo cuando lo busqué), y así hoy comenzaría mi vida laboral sin una
enorme deuda que va a durar hasta que yo cumpla cuarenta años.