El Baldón: Javier Duarte, Caballo Grande
Por: José Miguel Cobián
Los que tenemos alma de ecologistas estábamos muy preocupados por el
desenlace del permiso de la autorización de la mina al aire libre denominada
Caballo Blanco. El proyecto planteaba deforestar el cerro de la Paila en la
zona de Alto Lucero y Actopan, en las cuales desaparecería flora, fauna y
manantiales.
Acostumbrados como estamos en México a que los intereses nacionales,
locales, de comunidades, e incluso los ecológicos siempre están subordinados a
los intereses de los grandes capitales, jamás pensé que en Veracruz las cosas
se dieran diferentes.
Estoy seguro que de haber tenido un gobierno de derecha en Veracruz, los
intereses de la empresa Gold Group hubieran prevalecido, sin embargo, Duarte ha
hecho algo histórico en nuestro país: Anteponer los intereses de la población y
del futuro de los veracruzanos por encima de los intereses económicos de corto
plazo.
Hemos visto a nivel nacional el desempeño del gobierno federal en apoyo a
la inversión extranjera o nacional, por encima de los intereses de los
mexicanos. Tenemos minas contaminantes en la zona de San Luis Potosí, tenemos
el triste recuerdo de las minas de pasta de conchos, con la gran tragedia de
unos humildes trabajadores y el absoluto desinterés de los funcionarios
federales que tenían que velar por la seguridad de esos mexicanos.
Dónde quiera tenemos ejemplos de que los intereses políticos y económicos
siempre están por encima de los intereses de la Nación, y hoy en Veracruz, podemos
estar orgullosos de nuestro gobernador, quien rompiendo esa añeja tradición
defiende primero a Veracruz.
Normalmente en esta columna señalamos lo malo de los gobiernos en turno,
generalmente interesados en asuntos federales. Sin embargo, hoy hay que
aplaudir la decisión de Javier Duarte. Hoy hay que reconocer el esfuerzo de
esas organizaciones ambientalistas, de los ciudadanos organizados o no, que se
dedicaron primero a informarse y posteriormente a realizar protestas de forma
pacífica y organizada, de tal manera que lograron llevar un asunto de aparente
interés local a convertirlo en un asunto de interés estatal, llamar la atención
del gobernador y lograr sus objetivos.
Desde Boca del Río salió la buena nueva.
Se recomienda a los secretarios involucrados no otorgar los permisos ni
el beneplácito del gobierno del estado para la instalación de la mina a cielo
abierto. No importó que Gold Group
informara que todo el cianuro utilizado para separar el oro sería reutilizado
una y otra vez, sin contaminar los mantos freáticos. No importó tampoco que esa
empresa ofreciera volver a reforestar una vez que terminaran sus trabajos de
prospección. Tampoco importó que la empresa ofreciera cuidar los manantiales de
la zona, aunque los vecinos por experiencia sabían que los perderían. Enhorabuena para Veracruz, para los
habitantes de la zona y para Javier Duarte por su valiente decisión.
Aprovecho para otro comentario liberal.
Resulta impresionante la manera en que el fanatismo abunda en los
partidos políticos. En facebook publiqué un enlace respecto del nuevo libro del
fundador de la revista proceso, en el cual comenta ciertos problemas de
carácter y vicios del presidente. Inmediatamente hubo respuesta por parte de
sus correligionarios, con comentarios discriminatorios y sobre todo,
justificando lo injustificable. No bien
se hubiera acusado a sus adversarios políticos de lo mismo, entonces
aplaudirían y pedirían que se quemara en leña verde a aquél cuya conducta hoy
defienden, simplemente por ser de su partido político.
Falta mucho ojo crítico y criterio objetivo en nuestro país, por eso no
avanza la democracia.