Por: José Miguel
Cobián
El facebook como principal red social se
ha vuelto un campo de intercambio de ideas, de recuerdos, de música y de guerra
política. Hay de todo en esta red
social, y conforme uno se mete más, más se comparte la propia soledad con la
soledad de los demás. Es claro que quien
está activamente participando en una red social, dedica más tiempo a la
computadora que a las propias relaciones sociales. Sin embargo, esta nueva
forma de relacionarse se vuelve muy útil para conocer personas con criterios
afines, conocer la opinión de aquéllos conocidos que siempre saludamos pero
jamás sabemos cómo piensan. Definir afinidades y hasta para preparar
secuestros, pues una víctima recién liberada comentó que sus captores la
identificaron gracias a su página de Facebook, lo que les permitió conocer sus
hábitos, conocidos, y hasta su posición económica debido a las fotos de viajes
y fiestas. Tenían su rostro y el de su
familia, lo que facilitó que al tercer intento, pudieran llevarla captiva hasta
que se pagó el correspondiente rescate.
Es divertido y hasta educativo leer
opiniones y participar en las discusiones.
Respecto del caso Cassez hubo dos abogados en posiciones opuestas que
ilustraron mucho el proceso jurídico que se llevó a cabo en la Suprema Corte,
Luis Julián Kaluf y Sergio Penagos en foros diferentes.
Hubo un comentario que trajo muchos
recuerdos, sobre la vida vespertina y nocturna de Córdoba, con los Melka, el
siboney, el grado siete, Chiros & Coquet, y sobre todo La Mansión. Ésta
última lugar a dónde llegaban artistas de talla nacional como José José,
Manuela Torres y muchos más. Algo que se extraña terriblemente en la región,
pues ya no se tiene acceso a este tipo de diversión salvo actos masivos.
Se generan coincidencias increíbles, como
el que Octavio Lara preguntara nuestra opinión sobre el acuerdo de turismo
recién firmado. Y yo contesté que basta de bla, bla, bla, y que lo mejor es
capacitar primero a los locales, tanto en los atractivos turísticos como en la
atención al turismo, luego brindar seguridad, pues siempre asaltan en las
bellezas naturales, y por último una excelente promoción como nunca se ha
hecho… Al día siguiente, leo en la
prensa que lo que contesté a Octavio es muy parecido a la declaración de Cesar
Deschamps y de Rodolfo Domínguez.
Mediante estas redes sociales uno puede divertirse con la guerra sucia
de los políticos, la cual va ganando de
calle el PAN, pues son divertidos sus ataques, y sobrepasan con mucho los del
PRI y PRD. También postean los usuarios
muchos pensamientos filosóficos, y llegan hasta a ventilar asuntos personales,
como el abogado que se incomodó porque su hermano lo bloqueó, o la sra.
Divorciada que recibió una llamada de su ex marido y resulta que todo sigue
igual, que el sr. No ha evolucionado a pesar del tiempo y la distancia.
Meterse al facebook, es casi obligado si
se quiere enterar de lo que pasa, aunque para la información inmediata no hay
nada mejor que el twitter. En esta red
social, a veces se proporciona información interesante, a veces incluso los
periodistas pasan los enlaces de su cotidiano artículo, y otras veces parece
competencia de tonterías, pues muchos usuarios se ufanan de llevar muchos
¨twitts¨, es decir, haber expresado su opinión sobre algo miles y miles de
veces. Otros compiten por el número de seguidores, y otros más, simplemente
sembramos ideas al viento, esperando que caigan en tierra fértil.
Saber buscar en twitter ayuda incluso a
ahorrarse tiempo y puede hasta salvar la vida. Allí se entera uno de las
balaceras en tal o cual lugar, en tiempo real, o de los bloqueos y problemas
tanto urbanos como carreteros. Entre los
twitteros hay una enorme solidaridad, y se comunican entre unos y otros
cualquier problema o eventualidad que se presente. Para eso existen los
hashtaggs, que son como etiquetas por un tema en especial, y los más
mencionados se convierten en trend topic, es decir, lo que está de moda en este
momento. Y van variando según los
intereses de los usuarios.
Curiosamente entre los candidatos se usan
boots, que son robots cibernéticos que incrementan el tráfico o los seguidores
de cada uno de ellos, para presumir mediáticamente que ellos son más
interesantes para la población aunque sea una falsedad y ellos lo sepan. Es
como jugar al tio lolo.