El Baldón: El nieto de Don Zacarías Yúnez
Por: José Miguel Cobián
Don Zacarías: Después de su muerte no
había yo tenido la oportunidad de escribirle hasta hoy. Siempre tuve de usted
un grato recuerdo del hombre inteligente, travieso y divertido que todas las
mañanas jugaba taule con mi abuelo. Usted formó parte de mi familia durante
muchos años, pues mientras yo crecía, lo veía a usted más que a muchos
familiares cercanos.
Hoy le quiero comentar algo sobre uno de
sus nietos, hoy un hombre de 38 años, en la plenitud intelectual, ya convertido
en árbol que da frutos. Marco Antonio
Aguilar Yúnez estudió derecho en el ITAM en el D. F., y su maestría en ciencias
penales en el Instituto Nacional de Ciencias Penales y en la Villa Rica. De entrada eso ya sería para que usted
estuviera orgulloso de su nieto, pues es un hombre de bien. Sin embargo, hay más motivos de orgullo,
porque ha sido funcionario público y ha tenido una trayectoria que se debe
catalogar como brillante y exitosa, pues aunado a los diversos cursos especiales
que ha llevado, y además de haber sido catedrático en el Instituto de Medicina
Forense de la U.V. y en el Cristobal Colón, ha ocupado diversos puestos,
siempre aportando y mejorando la atención al público y eficiencia operativa.
Comenzó allá por 1996 como Asesor del
Director General de ICAP-PGR, luego fue
asesor de la dirección de seguridad pública en Texcoco en el 97. De allí pasó a
ser agente del MP como coordinador de AMPVO en
Chiapas. Allí mismo en el 98 lo
ascienden a Ministerio Público adscrito a la coordinación de fiscalías especiales. Del 98 al 2001 se vino a Veracruz como
agente del MP estatal en el puerto de Veracruz, de dónde lo movieron a Boca del
Río en el mismo puesto en 2001 y 2002.
De allí pasó a la fiscalía especializada en delitos cometidos por
servidores públicos en Xalapa dónde estuvo hasta buena parte de 2003, y de allí
fue ascendido por méritos propios a subprocurador de justicia en el Puerto, y
estuvo hasta 2005 en Córdoba en el mismo puesto, luego lo regresaron a Veracruz
y luego a Xalapa. Y desde el principio
del presente sexenio ocupa el cargo de secretario del trabajo y previsión
social.
Como verá Don Zacarías, su nieto ha tenido
una carrera ascendente y brillante. Lo digo por experiencia propia, porque
mientras yo desesperaba por lo malo que era el servicio en los ministerios
públicos, con máquinas de escribir antediluvianas y técnicas de investigación
de hace cuatro siglos, su nieto Marco Antonio tuvo la primera agencia del
Ministerio Público en el estado en dar servicio al público con computadoras, y
estando en el mismísimo puerto de Veracruz, fue la primera con aire
acondicionado, para que los ciudadanos estuvieran más cómodos.
Su paso por la procuración de justicia, le
permitió entender la mente criminal, pero al mismo tiempo lo sensibilizó respecto
a las causas y los orígenes de muchos delitos menores, cuya causa es en
principio la pobreza y falta de oportunidades.
En la secretaría del trabajo de Veracruz
inició una campaña de modernización para abatir el rezago de miles de expedientes,
atención pronta y expedita a trabajadores y patrones, programas de cómputo
específicos para la función de los funcionarios, modernización y dignificación
de oficinas, y sobre todo un combate frontal a la corrupción, y al coyotaje. Hoy por hoy, se sabe que en Veracruz hay
menos de la mitad de los conflictos que llevaban a huelga a las empresas y
gracias a la intervención directa de su nieto, se han logrado conciliar
intereses de sindicatos y patrones, para traer nuevas inversiones a Veracruz,
evitar conflictos, incrementar salarios y promover la creación de nuevos
empleos, eliminando la imagen de un Veracruz lleno de intereses sindicales y
enemigo de la inversión y de los empresarios.
Un botón baste de muestra. La mayor
inversión en el estado, la hace una empresa brasileña de petroquímicos. La zona donde se construye requiere de la
totalidad de la mano de obra de albañiles de la zona y municipios aledaños. Su
nieto ha participado activamente para evitar conflictos entre las centrales
sindicales que mueven tierra y materiales de construcción, y entre las
distintas centrales sindicales que representan a los albañiles de la zona.
Incluso se ha participado directamente en la capacitación y seguridad en el
trabajo, pues para obtener los créditos internacionales de millones de dólares,
la empresa requiere de CERO riesgos de trabajo, y de evaluación de cada
trabajador, para definir su nivel de capacidad técnica para ubicarlo en el
nivel y puesto adecuados. Allí no ha
habido un solo conflicto laboral, se trabaja en armonía y lo más importante, se
promueve el crecimiento de Veracruz. Algo
nunca visto en la secretaría del Trabajo del Estado.
Hoy por hoy le puedo comentar que su nieto
suena como uno de los más fuertes precandidatos a la alcaldía de Córdoba, y es
quien tiene las mejores características para ello, pues su demostrada
eficiencia haría que por fin en Córdoba se avance hacia un desarrollo de ciudad
dejando de ser pueblito. Sus relaciones tanto con funcionarios del gobierno
federal como del estatal son envidiables, y ningún otro de los que suenan las
tiene, y lo más importante: Córdoba tiene un grave problema de criminalidad,
por ello alguien con la experiencia –desde abajo- en el combate al crimen, es
la persona ideal en estos tiempos turbulentos, para regir los destinos de la
ciudad.
No sabemos que le depare el destino a su
nieto, pero seguramente será un camino de éxitos, pues aunque con rostro
adusto, apenas se le trata, se observa que derrocha simpatía y de inmediato se
siente uno en confianza con él, lo cual es un plus en un mundo dónde los
funcionarios son inasequibles y prepotentes.