El Baldón: Zona Centro, El dilema del
PRI
Por: José Miguel Cobián
Complicado panorama presenta la ya próxima
elección de alcaldes y diputados locales para los dirigentes estatales y
municipales del PRI del distrito cuya cabecera es Córdoba, y que incluye tres
municipios importantes como es el caso de Fortín, Amatlán y la propia cabecera,
que no sólo es una de las ciudades más importantes del estado, sino también la
ciudad ¨del gobernador¨. Coetzala y
Naranjal completan el cuadro del distrito más importante desde el punto de vista
político para el revolucionario institucional.
El político mas avezado en ganar
elecciones difíciles es el secretario de gobierno Gerardo Buganza, y todo
parece indicar que será él quien oriente a los posibles candidatos a las
alcaldías. Para la diputación local
todo parece indicar que viene Juan Manuel del Castillo, quien se ha pasado los
últimos seis años ¨desfaciendo entuertos¨ de todo el estado y en particular de
la zona centro. Juan Manuel es un
candidato lógico, pues muchos ciudadanos han acudido a él y siempre han
recibido respuesta y atención a sus peticiones, gracias a su privilegiada
posición de buen amigo del gobernador, antes secretario y antes subsecretario
de finanzas. Eso le da un buen toque
para la próxima elección, pues no es un secreto que un diputado local muy cercano
al gobernador, logrará muchísimo para su distrito, mientras que si es lejano u
opositor, seguramente condenará al distrito a tres años más de nulo
avance. Si los ciudadanos de este
distrito electoral quieren aprovechar a su gobernador ¨Cordobés¨ seguramente
votarán por Juan Manuel, a pesar de que en Movimiento ciudadano están velando
armas con el Ingeniero Luis Rafael Sainz Yúnes, quien es excelente prospecto
por su probada capacidad y ser tan conocido en la zona, mientras que la
coalición ¨extremos unidos¨, la del PAN-PRD pueda venir una vez más con
Mauricio Duck a la diputación, probado ganador de contiendas electorales, mejor
político que representante popular.
En cuanto a las alcaldías, hay una enorme
disputa, con vistas a la próxima elección de gobernador. Hay un grupo que es de Héctor Yúnes Landa que
busca ponerle todas las piedras en el camino a otro fuerte contendiente que es
Gerardo Buganza, y están dispuestos a perder las elecciones de los distritos
que tenga a su cargo Gerardo, con el único fin de ¨bajarlo del caballo¨, sin
importar los intereses de su partido y de su gobernador. Pepe Yúnes otro tirador para la gubernatura
está mostrando ser muy disciplinado y respetuoso de formas e investidura, trabajando
exclusivamente por su partido, más allá de intereses personales. Gerardo Buganza por otra parte, requiere
demostrar una vez más, como ya lo hizo en la elección pasada, que cumple a
fondo con lo que el gobernador le encarga, y si en este caso, en sus ratos
libres debe ganar las alcaldías y la diputación del distrito, seguramente
pondrá todo su empeño en ello. Y allí es
donde todo se complica.
Hay un sector del PRI, que insiste en que
sólo priístas de viejo cuño pueden ser candidatos del dinosaúrico partido. Se les olvida que las elecciones no las
ganan los colores, sino las personas.
Hay municipios como Fortín, en dónde si no se tiene un trabajo político
previo y una buena imagen, seguramente se pierde la elección, y eso afecta para
lo importante que es la diputación local. De allí que mientras tienen a Enrique Muñoz
que ha trabajado largo y tendido desde su trinchera en tránsito del estado,
también tienen la opción de una persona apartidista pero con trayectoria
personal y ¨nombre¨, en la figura de Alfredo Penagos, quien no sufre del
desprestigio que ha sufrido el tricolor en los últimos años. Fortín es importante desde el punto de vista
electoral, pues en caso de perderse por ¨zapato¨ afectaría los resultados del
distrito. Allí antes que pensar si
Muñoz es del grupo de Bermúdez, o Penagos del grupo de Buganza, habría que
escoger la mejor opción ante una oposición desorganizada pero ansiosa de
gobernar el municipio.
En Córdoba, el PRI está más organizado, y
pesa en la elección, allí la decisión ante un candidato ciudadano del grupo
Bugancista como es el caso de Ricardo Barreda, o un candidato de la academia en
el caso del Dr. Rangel de la UTCV, o un candidato de cepa priísta como es el
caso de Aguilar Yúnes es delicado. La
llegada de Barreda al ruedo parece despertar a los grupos rojos, quienes se
unieron en su contra, quizá con razón ante su pasado panista. El celo ante la posible imposición de un
azul con trabajo partidista hizo unirse en su contra al grupo de Portilla, que
aunque muy mermado, todavía gobierna la ciudad, y el resto de los grupos
políticos.
En Amatlán, dónde gobierna el azul,
dejarán en manos de Gerardo la decisión, y en Naranjal manejan los nombres de
un ex recluso, y de un ex alcalde priísta que parece ser la única opción, ante
la cerrazón de admitir personajes más queridos por la población, aunque
provengan de otros colores partidistas.
La mesa está puesta, y las opciones son
claras. Si se piensa que se puede
perder una alcaldía, se le va a dejar la opción de escoger candidato a Buganza,
con el fin de tener a quien culpar de la derrota. Si se piensa que se puede ganar, o que
incluso las posiciones edilicias son importantes, entonces se va a luchar a
sangre y fuego, bajo la mesa, para lograr obtener la candidatura para otro
grupo. Si se deja que Buganza decida al
candidato, el PRI trabajará en contra, como ya sucedió en la federal
reciente. Si el PRI no cuenta, como en
algunos municipios, entonces Buganza puede ¨hacer la chica¨ y ganar dónde
parecía imposible. Y de allí a buscar
la candidatura a gobernador, gracias a ser uno de los funcionarios menos
queridos por el equipo que gobierna, pero más eficientes.