Por José Miguel Cobián
Un Artículo publicado en julio de 2011
por Héctor Mauleón, en la Revista Nexos, http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2099371
deja muy en claro lo que el gobierno de Felipe Calderón hizo para inculpar a
Florence Cassez. Aquél que lo lea no
puede tener duda respecto a que no hay pruebas suficientes para inculparla. Sin embargo, donde quiera, en vivo y a todo
color, y mediante las redes sociales, escucho y leo opiniones de personas mal
informadas, criticando a la suprema corte de justicia de la Nación por otorgar
el amparo liso y llano, y con él, la libertad a la francesa.
Esta actitud común en la mayoría de los
países, de opinar sin estar enterado a fondo del asunto, es parte de la cultura
humana. De ahí que sea tan riesgoso gobernar en base a encuestas, buscando
hacer lo que un enorme grupo de personas mal informadas opina sobre los asuntos
públicos. De ahí también que las
elecciones resulten tan absurdas en sus resultados y los electores tan
manipulables. Es parte de amasar y moldear una masa amorfa de ciudadanos sin
criterio fundado, hacia objetivos
previstos por los líderes y dirigentes.
Es claro que todos tenemos derecho a
opinar y decir lo que deseemos. A pesar
de todo, el sistema es mejor hoy, que cuando en la Grecia antigua solo votaban
los ciudadanos, carácter del que gozaban muy pocos de los pobladores de las
ciudades-estado. Es preferible el voto
de un ciudadano mal informado e incluso manipulado, que el gobierno de, por y
para las élites. Pues bien que mal las
propias necesidades del ciudadano lo harán abrir los ojos a la realidad, o
enfrentar cada vez males mayores.
Volviendo al tema de las opiniones mal
informadas. México se ha convertido en
un país de ínsulas. De radicalismos particulares, en los más diversos y
variados temas. Desde los americanistas
y chivas del futbol, hasta las diferentes creencias religiosas, políticas y de
cualquier tema. Los fanatismos aumentan
diariamente. Mientras los
evangelizadores avanzan en la posesión de pequeños espacios de control. Todo esto debido básicamente a la
ignorancia, pues mientras mayor conocimiento de la realidad se tiene, mayor es
la tolerancia.
Parece como si una vez más la oscuridad y
la luz se enfrentaran día con día, con el riesgo de que la oscuridad venza y
nos lleve mil años regresar a la luz.
Recordemos la edad media, una edad de oscuridad con orígenes económicos
y religiosos, que sólo fue superada mil años después en el renacimiento.
Hoy me espanta escuchar que mas del 53% de
la población de Estados Unidos (la nación más poderosa del mundo), no le
concede la mínima veracidad a la teoría de la evolución. Me asusta saber que la educación en países
como México cada día está peor, y sus ciudadanos cada vez más rezagados contra
los de otras naciones, en una época de globalización, dónde un ingeniero o un
administrador compiten con los mejores del mundo. Así México avanza hacia una población
orientada a los servicios , y siempre en los niveles jerárquicos
inferiores. Es como definir a México
como el personal de limpieza (sin que esto sea peyorativo) de los países del
mundo.
Las divisiones por fanatismos de todo
tipo, la falta de tolerancia, y sobre todo la falta de conocimiento de los
hechos y de educación –más allá de la elemental-, convierten a nuestro país en caldo de cultivo
para mayor violencia social, justificada siempre por una conciencia personal
manipulada por líderes políticos, religiosos, sociales, etc., que impidan el
mínimo remordimiento ante los peores hechos en contra de otros mexicanos.
Si no rompemos este círculo vicioso,
México será inviable como Nación al largo plazo, y veremos un desmembramiento
del país, para beneficio de las grandes potencias, que desde hace muchos años
lo promueven.