El
Baldón: Los nuevos Ricos de China
Por
José Miguel Cobián
La información que comento en este
artículo surge de una plática personal con Jonathan Siboni, Presidente de
Luxurynsight, plataforma de inteligencia de negocios especializada en el área
de bienes de lujo, quien es considerado uno de los expertos en marcas de lujo a
nivel mundial, y sobre todo, especialista en el mercado Chino.
Monsieur Siboni afirma que los bienes de
lujo no son necesarios para nuestra vida diaria, pero eso no significa que al
no necesitarlos no los deseemos, al contrario, los deseamos a pesar de no
necesitarlos. Los bienes de lujo son una
necesidad emocional, para cierto grupo de personas que pueden darse el lujo de
pagarlos, y cuyas necesidades primarias están ya satisfechas.
Los motivos de adquirir bienes de lujo
cambian entre las personas. Algunos quieren bienes de lujo discretos pero con
mucha clase, otros quieren mostrar su poder, su buen gusto, o simplemente que
pertenecen a la clase social que puede adquirir dichos bienes.
Los hábitos de consumo en China están
marcados por su sociedad jerárquica. Los chinos tienen la necesidad de mostrar
su lugar en la pirámide social. Y esta necesidad crea ciertos deseos o
aspiraciones, cuyo significado primordial es ascender en la pirámide
jerárquica.
Considerando la poca experiencia en bienes
de lujo en China, allá se busca más presumir la marca, por lo tanto, se venden
mucho mejor las marcas de lujo cuyas mercancías muestran a ojos poco entrenados
su marca, su logo, su estatus. Como
contraparte menciona Francia, un país dónde se busca la igualdad, y no hay
lucha jerárquica social. Allí se acepta
que las personas porten marcas de lujo, pero de una manera discreta, pues en
caso contrario se obtiene el repudio social, por tratar de estar encima de los
demás.
Y a partir de aquí dejo a Monsieur Siboni
por la paz, para entrar al fondo de esta colaboración. Mientras en China por la
vía comunista se buscó la igualdad, la sociedad en general la repudia, pues era
una igualdad impuesta desde las altas esferas del gobierno. Todos vestían igual, todos calzaban igual,
etc. Hoy la sociedad china, -cuando
menos la parte que ya goza de los beneficios del capitalismo y el incremento de
sus ingresos-, busca diferenciarse de los demás. China es el país con mayor crecimiento en
ventas de bienes de lujo del mundo. Los
chinos están urgidos en diferenciarse de sus compatriotas, y lo hacen mediante
el más descarado y brutal uso de las marcas de lujo, como presunción, como estatus,
como prueba de su poder económico, y sobre todo, para demostrar que son
diferentes de los demás chinos.
Los logros económicos de China se han
obtenido gracias a la explotación brutal de sus propios compatriotas, quienes
traban, viven y duermen en sus grandes fábricas, recibiendo sueldos de miseria,
pero gozosos de cuando menos ellos tienen un trabajo seguro y un pan para
llevarse a la boca. Los excesos más
brutales de los inicios del capitalismo en el mundo, se están reproduciendo el
día de hoy en China, y la propia sociedad rechaza mediante esos mismos abusos
–unos llevándolos a cabo y otros aceptando ser abusados-, esa política de
igualdad de todos.
Francia por el contrario, es un país
capitalista, pero con un nivel de civilización y conciencia de sus ciudadanos
muy superior al de China. En Francia se
ha buscado una sociedad igualitaria, en dónde los de abajo en la escala social
ganen lo más posible, y los de arriba paguen los mayores impuestos, de tal
manera que se ha convertido en una sociedad igualitaria, en dónde si se consume
una marca de lujo, se hace sólo para obtener estatus entre pares, pues sólo
ciertos grupos conocen los detalles discretos que diferencian una marca de lujo
de otra de uso común, ya que no se acostumbra el uso de logos, o diseños que
muestren la marca de los productos que se portan. En Francia el lujo es discreto, mientras que
en China es escandaloso. En un país se
usa por estatus y por calidad, mientras que en el otro, se usa únicamente por
estatus sin importar la calidad.
Sólo con educación se logra la igualdad.
Impuesta desde arriba a masas ignorantes, lo único que logra es que cuando la
olla de presión estalla, los mismos ciudadanos se convierten en explotadores de
sus compatriotas menos afortunados, y también en perseguidores del lujo
ofensivo y de mal gusto, pues es un lujo escandaloso, presumiendo marcas caras,
a personas que no las conocen, y por ello, se usan logos y diseños que informen
a los demás, la marca de los productos.
En México diríamos que los chinos actúan como nacos con dinero, o nuevos
ricos, sin clase ni categoría, ni discreción.
Tal es su necesidad de diferenciarse en la jerarquía social de su país.