El
Baldón: A propósito del cáncer de mama o cualquier otro cáncer.
Por José Miguel Cobián
Cuando un ser humano se enferma, acude a
un médico y elude todo tipo de responsabilidad, dejando que el médico decida
todo respecto de la vida y tratamiento del paciente. Si estuviéramos en Suiza, quizá sería una
conducta razonable, pero en México, es muy riesgoso para la salud y el bolsillo
permitir que un profesional tome decisiones sobre nuestra vida o recursos o
libertad, sin enterarnos un poco y asumir una responsabilidad compartida, e
incluso la posibilidad de darnos cuenta de que nos están defraudando. Y esto
aplica para cualquier tipo de profesionista, sea contador público, abogado,
arquitecto y también quien ejerce la medicina.
En cuanto al cáncer en general, y el de
mama en particular, cabe aclarar que hay protocolos que se deben de seguir,
definidos a nivel mundial, y que incluso cualquier mortal puede consultar en
internet. Entrando en detalle con el
cáncer de mama, lo primero que hay que tomar en cuenta, es que cualquier
protuberancia o ¨bolita¨ en los senos (o en cualquier otra parte del cuerpo) no
puede tomarse a la ligera y lo ideal es consultar con un especialista, un
oncólogo. Lamentablemente hay médicos
que no siguen el protocolo o no lo conocen, y que deciden por su cuenta el
tratamiento elegible, en lugar de mandar a hacer mastografías e incluso la
posibilidad de una biopsia si es que el protocolo así lo indica, o elegir otros
medios de diagnóstico.
Le voy a dar un ejemplo de lo que no se
debe hacer en el caso de un cáncer de mama.
El ginecólogo encuentra una bolita en el seno de la paciente, y decide
enviarle terapia hormonal, presumiendo que se trata de algo, que será
susceptible de resolverse gracias a la terapia con hormonas. A los seis meses, cuando la paciente nota
que le ha crecido ¨la bolita¨, y que además comienza a percibir que su piel se
parece a la ¨piel de naranja¨, se asusta y ella o su médico deciden se realice
una mastografía y descubren que la bolita aparenta ser maligna.
Por la gravedad del caso, mandan a la
paciente a operarse en México, descubriendo que su cáncer crece gracias a las
hormonas, que por cierto estuvo tomando durante seis meses.
. El cirujano que la opera aplica la técnica
más moderna para realizar la operación y cuando la paciente regresa a Córdoba,
busca a un oncólogo para que le dé seguimiento y además le aplique la
quimioterapia… En su búsqueda (y esto es verídico), llega con un supuesto
profesional de la medicina, quien le asegura que está mal operada y que hay que
volverla a operar. Imagine usted el
susto y la preocupación de toda la familia.
Sin embargo, acude a un segundo cirujano oncólogo, quien a su vez le
asegura que no sólo está mal operada, sino que tiene cáncer de piel, y su
pronóstico es pésimo… Por lo tanto tiene que operarse a la brevedad.
La familia no está convencida y acude a
una tercera opción con el doctor Mario Cerón, quien al revisar la operación
felicita a la paciente, pues fue atendida con la técnica más avanzada, y por un
virtuoso del bisturí… El doctor Cerón le
devuelve la tranquilidad a la paciente y a la familia, quienes se preguntan las
razones de que los otros dos doctores un oncólogo clínico y un cirujano
oncólogo hayan mentido con tanta desfachatez para lograr que se volviera a
operar, y obviamente cobrar la operación…
Pasan los años, y después de diez años, la
paciente al realizarse el gamagrama, decide cambiar de opción y en lugar de
realizarlo en Veracruz, se va a un laboratorio de Puebla. En ese laboratorio le diagnostican metástasis
en hueso, a pesar de que prácticamente ya está dada de alta, aunque el cáncer
de mama, puede regresar después de muchos años, pero el riesgo ya es mínimo
después de diez años…
Llega con su médico, el de confianza, y
una vez más, le dice que el diagnóstico del laboratorio que realiza el
gamagrama es incorrecto. Que no utilizaron la sustancia correcta y que no
tomaron en cuenta resultados clínicos ni tienen información de los gamagramas
anteriores… Una vez más, la paciente estuvo muy asustada, y todo por haber
encontrado otro profesional de la medicina sin la mínima ética ni moral.
Nada más piense usted que hubiera pasado
si en lugar de escuchar otra opinión y otra más, la paciente hubiera aceptado
ser operada por el primer cirujano oncólogo que la revisó en la región, cuando
no necesitaba la operación. Y la bendición de haberse encontrado un médico como
el Dr. Mario Cerón, con una ética intachable, quien la sacó de dudas…
En la región Orizaba-Córdoba hay varios
oncólogos y sobre todo, varios cirujanos oncólogos… Tenga usted mucho cuidado,
no vaya a caer en manos de algún comerciante de la medicina.
Y así como hay que cuidarse de los
médicos, hay que cuidarse de todos los profesionales. Lo que nos pase será
responsabilidad nuestra, más allá de la sugerencia que nos haga cualquier profesional
respecto de algún problema, ya sea de salud o de otro tipo, que le planteemos
al acudir a consultarlo. Y sobre todo, recuerde que debe de informarse,
y lo que no entienda preguntar una y otra vez, hasta encontrar al profesional
al que de verdad considere usted que se le puede tener confianza, que gracias a
Dios, también hay muchos en nuestro país y en nuestra región. Mario Cerón se portó muy bien. Seguramente no
es el único decente. Pero tenga usted mucho cuidado.
El problema de esta paciente hubiera sido
mucho menos grave, si en lugar de perder seis meses con terapia hormonal, se
hubiera operado de inmediato.
Curiosamente su tumor al recibir hormonas estimulaba su crecimiento…