El
Baldón: Comediantes de la región
Por
José Miguel Cobián
En la región tenemos pocas opciones de
diversión (conocidas). Normalmente nos enteramos por los periódicos de algún
evento al que hubiéramos querido asistir, pero del cual nadie informó, y los
pobres organizadores, intentaron promover sus eventos, pero no tenían los
medios más adecuados para ello, por lo cual muchos ciudadanos nos quedamos con
las ganas de apoyar la cultura en general, teatro, música, conciertos, baile,
ballet, en fin, muchas opciones culturales poco difundidas y que luchan por
continuar a pesar del nulo o mínimo apoyo.
Hay opciones también de esparcimiento,
trova cubana (a veces), los antros para los más jóvenes, y hasta comediantes,
de los cuales también muy poco sabemos.
Y lo más curioso, a veces hasta los rechazamos sin conocerlos.
De uno de esos comediantes quiero comentar
hoy. Hay un artista (sí, es el término que le corresponde), que ha luchado por
salir adelante y además es empresario, pues inició una pequeña tienda de
productos para maquillaje, bromas y equipo de payaso.
Y sí, me refiero al payaso Pipirín. Ese tipo al que muchos consideran un
corriente y un barbaján, por el tipo de bromas que usa en sus shows. Y curiosamente pocos mencionan con esos
términos a Polo Polo, sólo porque éste último es comediante a nivel nacional.
Pipirín ha escogido su propia línea de
comedia. Y es un poco fuerte en sus chistes y bromas. Nada más allá de lo común
y corriente en un estado como Veracruz, dónde el lenguaje alvaradeño y el doble
sentido forman parte cotidiana de nuestras vidas, en todos los niveles
sociales.
Debo confesar que la primera vez que tuve
contacto con él fue en una radiodifusora, y lo sentí muy agresivo y prepotente.
Al grado que opté por ignorarlo, ante el innegable hecho de que me caía mal. Sin embargo, hace poco lo vi en una
presentación, sin poder explayarse y demostrar todo el potencial cómico y de ¨entertainter¨, debido a la audiencia de
menores de edad.
Estuve a punto de retirarme antes del
inicio del ¨show¨, debido a mi antipatía por el mencionado personaje, sin
embargo la curiosidad pudo más, y decidí quedarme. Desde el primer momento me atrapó su talento.
Trae un trío de tipos que actúan como sus coristas, que son de lo más
simpático, le han perdido el temor a hacer el ridículo y realmente son una
parte muy valiosa del show, en todo momento apoyan a Pipirín y bailan y
coreografían sus canciones de una manera extremadamente divertida.
Pensé que iba yo a ver a un payaso de
pueblo, y resultó que estaba yo totalmente equivocado. Me encontré con un
verdadero comediante, a la altura de cualquiera, y que bien podría estar en un
show con los mascabrothers. Un tipo con una agilidad mental impresionante. Muy
profesional y quien a pesar de su maquillaje de payaso, su nariz de bola, y sus
ropa estrafalaria, simplemente con su actuación nos hizo meternos en los
personajes que interpreta en sus canciones.
Pipirín canta, baila, cuenta chistes,
jotea, se mete con el público, en fin, es un artista de la vieja escuela, un artista al que hay que reconocerle sus
cualidades y apoyarlo porque es cordobés. Pipírín no tiene la exposición
mediática y las relaciones de la Tía Justa, otro genial comediante de la
región, así que por eso me atreví a desviar tu atención amable lector sobre
este joven (no tan joven) talentoso.
Vale la pena ir a verlo dónde se presente, y debería tener más opciones
de trabajo en la región, pues no sólo en un antro, sino también para amenizar
una fiesta, es un tipo que vale la pena.
Al final, con los labios fruncidos y
cierto malestar debo reconocer que me cae bien, me gusta su esfuerzo, su
profesionalismo y creo que ya superó su etapa de soberbio. Ni modo, soy un fan más, como en su momento
me conquistó el esfuerzo y dedicación del Dr. Zote, otro genial comediante de
la región, que como Pipirín amplía sus fronteras de trabajo más allá del
estado, pues ambos se presentan también en la ciudad de Puebla.
Si no te espanta el lenguaje fuerte, y el
doble sentido, seguramente disfrutarás el show de Pipirín, como se disfruta el
del Dr. Zote (Orizabeño) y de la Tía Justa.