Ángel
Rafael Martinez Alarcón
Para
guiar a los hombres que aquí habrían de vivir era necesario rescatar la raíz de
la antigua cultura, el testimonio del recuerdo, la conciencia de la historia.
Miguel
León Portilla
El pasado lunes 22 del presente mes de
febrero, cumplió sus primeros 90 años de vida. Uno de los mexicanos más
universales que viven en el México de hoy, toda una institución en las más
diversas áreas de las humanidades: filólogo, lingüista,
traductor, filósofo, escritor, investigador, docente emérito de la Universidad
Nacional Autónoma de México. Ex embajador del Gobierno de la República ante las
Naciones Unidas para la Cultura (UNESCO). Con más de 20 doctorados honoris
causas de las más diversas instituciones educativas universitarias tanto
nacionales como extranjeras; miembro de número de las Academias de la
lengua e Historia, correspondientes a México. Un mexicano singular,
como la acredita la medalla “Belisario Domínguez” 1995, otorgada
por el Senado de la Republica, máximo reconocimiento que pueda recibir los
ciudadanos mexicanos.
Es
sin duda alguna un gran reto tratar de escribir algunas
líneas para uno de los pilares de la cultura en nuestra nación, como lo
es don Miguel León Portilla, nacido en el centro de la
gran ciudad de los Palacios o de México, en la Colonia Santa María
la Rivera; fueron sus padres, el notario Miguel León Ortiz y Luisa
Portilla Nájera. Su trayectoria de casi cerca de seis décadas consagrado a
la filosofía, antropología e historia de los pueblos náhuatl. Autor
de una gran producción bibliográfica, miles de artículos especializados, miles
de horas impartiendo cursos y conferencias magistrales sobre los más diversos
tópicos; como lo acredita los cursos impartidos frente a grupo alrededor del
mundo. Estos y muchos más méritos, acreditan su consagración a su pasión a la
historia y a los pueblos antiguos de México. Se puede leer el amplísimo
currículum vitae de don Miguel León Portilla, en la red en las
diferentes instituciones donde es integrante.
En
la vida he tenido la oportunidad de estar cerca del distinguido mexicano, en
los ochentas, vino a Xalapa a dictar una conferencia sobre la vida y obra del
jesuita veracruzano de Francisco Xavier Clavijero; y otra ocasión
en la ciudad Universitaria de la UNAM. No tengo ninguna relación personal, más
que su obra escrita; durante mis estudios de doctorando en la Universidad
Complutense de Madrid, en el departamento de Historia de América uno de la
Facultad de Geografía Historia, la mayoría de mis profesores habían sido
compañeros de estudios de Asunción, la esposa de Miguel
León Portilla, y la menor conversación siempre evocan al matrimonio ibérico
mexicano, que contrajo nupcias a los pies de Santa María de Guadalupe en el
santuario de Extremadura, hace más de cincuenta años. hoy en este gran homenaje
que las autoridades universitarias le realizaron, se me interno todos las
anécdotas escuchadas en el piso once de la facultad de Geografía e Historia,
sobre la presencia académica de don Miguel León Portilla, en la tierra de los
conquistadores.
Gracias
a las nuevas tecnologías, uno pude ver una seria de videos publicados en el
canal de YouTube para deleitarse de cada una de las conferencias dictadas por
este gran mexicano, alumno del Padre Ángel María Garibay, 1892-1967;
de quién recibió la antorcha del conocimiento del mundo náhuatl, y que por
espacio de 60 años a mantenido encendida para las nuevas generaciones no sólo
de mexicanos sino para los humanistas del siglo XXI. Cf: https://www.youtube.com/watch?v=GZA527_bA8M
Hoy
en el mundo neoliberal y global, la obra de Miguel León
Portilla, ha sida traducida a los más diversos idiomas del mundo. Leer su
obra también es sumergirse al mundo filosófica de una las culturas de
Mesoamérica, como fueron los náhuatl.
En su discurso de ingreso a
la Academia Mexicana de la Lengua, Miguel León Portilla,
afirmaba: Los maestros de la palabra, los tlatolmatinime, como se
les llamó en su lengua, eran sacerdotes, poetas y sabios, autores de discursos,
empeñados en dominar el difícil arte de expresar el pensamiento con el matiz
adecuado y la metáfora que abre el camino a la comprensión. Eran, como se lee
en un texto indígena, “artistas del labio y la boca, dueños del lenguaje noble
y la expresión cuidadosa”. Muchos de ellos, eran también maestros en los
centros prehispánicos de educación, donde, junto con lo mejor de la herencia
cultural prehispánica, se enseñaba también el tecpillatolli, o sea el
lenguaje noble y cuidado. Esos mismos maestros de la palabra habían creado las
que se llamaban icniúhyotl, fraternidades de sabios y poetas, que se
reunían con frecuencia para dar a conocerlas ideas, composiciones y discursos
de sus miembros… Ciudad de México, el 27 de julio de
1962.
Entre
las obras escritas destacan: Visión de los vencidos, 1959; Los
antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares 1961; Trece
poetas del mundo azteca, 1967; Historia natural y crónica de la
antigua California, 1973; El toltecallotl, aspectos de la cultura
náhuatl, 1980; Bernardino de Sahagún, 1987, y La
tinta negra y roja. Antología de poesía náhuatl, 2008.