El Baldón:
Acepto sus disculpas si …
Por José
Miguel Cobián
He leído con atención la forma como
procedió usted a disculparse por el asunto de la casa Blanca Presidente
Peña. Dice el dicho que es de humanos
errar y de sabios reconocer los errores.
Sin embargo, para el tamaño del problema de México, no basta con la
publicación de las leyes anticorrupción (para comenzar faltan los reglamentos)
y las instituciones encargadas de aplicarlas.
El problema va mucho más allá de esperar que por pedir disculpas ya todo
quedó arreglado.
En lo personal me siento con derecho de
demandar lo que sigue, primero porque soy mexicano, segundo porque soy
ciudadano y tercero porque voté por usted.
A título personal me atrevo a sugerirle que tome otras medidas para ir
ganando poco a poco la credibilidad perdida.
La primera de ellas es transparentar y sacar de la reserva de tres años
toda la documentación referente a la asignación a su compadre de la
administración de el telepeaje que los mexicanos conocemos como IAVE, y si
mucho me apura, hacer una nueva licitación y sacar a su compadre de ese
negocio, que a todos los mexicanos nos parece un acto de aprovechamiento
ilícito de los recursos de la nación.
Ya sé que no soy nadie para sugerirle algo
al presidente de la República, si hasta los funcionarios estatales se sienten
poseedores de la verdad universal y miran al resto de la población como
plebe. Sin embargo, le sugiero que
busque que alguna empresa de radio nacional contrate otra vez a Carmen
Aristegui y a su equipo. También hable
con su otro compadre, y pídale que ya no participe en ninguna licitación de tal
manera que grupo Higa deje de ser proveedor del gobierno federal.
Para la designación del fiscal
anticorrupción, le sugiero que busque a alguien que no tenga ninguna relación
con usted, y a la vez que tenga la calidad moral y los conocimientos jurídicos
para ocupar el cargo. Sé que le han
mencionado a Diego Fernández de Cevallos, pero él ya está grande y cansado, se
requiere alguien con una combinación de juventud y experiencia. Alguien que no tenga relación con el grupo
Atlacomulco ni con el grupo Hidalgo, y de preferencia que no tenga nada que ver
con el PRI.
Le sugiero resolver a la brevedad y con
toda transparencia el conflicto entre el INEGI y el resto del país incluido el
CONEVAL con absoluta transparencia, para que no parezca que una vez más, el
gobierno cambia las cifras aún en contra de la realidad. También le sugiero analizar a fondo el
conflicto magisterial y resolverlo a la brevedad. Pero no entregando carretadas
de dinero a los lideres de la CNTE, sino aplicando la ley, y modificando la ley
en dónde se perciba que hay injusticia y abuso en contra de los
profesores. No queremos ni profesores en
las calles actuando como vándalos ni tampoco profesores víctimas de un sistema
educativo.
Le ruego considerar que el pueblo de
México merece algo más que chivos expiatorios.
No queremos uno o dos grandes funcionarios o gobernadores en la cárcel. Queremos que todos aquéllos que hayan faltado
a la probidad en el ejercicio de un cargo público, ya sea de elección o
designación, devuelvan lo desviado y sufran las consecuencias legales de sus
actos. No más pan y circo. Aplicación real, de la ley, comenzando con
los negocios (si es que existen) de sus propios colaboradores más cercanos. Ya basta de llegar a un puesto público para
enriquecerse. Y mencionando eso, yo sé
que en estas fechas suenan los gobernadores Duarte y Borge, pero tenemos al ex
gobernador panista de Sonora cuya presa vimos todos por televisión, y también
al ex gobernador priísta de Nuevo León, el señor Medina. Claudia Pablovich y el Bronco merecen todo
el apoyo de la federación para aplicar la ley y las sanciones que correspondan.
Esto sin olvidar a los hermanitos
Moreira, ambos que han sido juzgados y condenados por el tribunal de la opinión
pública.
No sólo eso, Presidente Peña, sabemos que
en el sexenio anterior hubo corrupción y muy intensa, sin embargo no hemos
visto a ningún responsable de desvíos de fondos públicos, de inflar los precios
de obra pública, incluso a los responsables de seguridad pública de el sexenio
anterior evidenciados en medios de comunicación por sus relaciones con el
crimen organizado.
Mientras no se vea una acción seria y
coordinada para combatir la corrupción del sector público, la cual todos
sabemos que es enorme y que va desde arriba de la pirámide de poder hasta sus
bases. Y no sólo eso, a pesar del federalismo, usted puede presionar para que a
nivel estatal y municipal se combata la corrupción mediante las instancias adecuadas. El ciudadano común se enfrenta primero a la
corrupción municipal, y de ahí a la corrupción de las dependencias estatales o
federales con las cuales tiene relación.
Todo en el sector público implica dádivas para que camine. La simplificación administrativa es un mito,
todo se complica con el fin de que para destrabarlo se tenga que aceitar la
maquinaria mediante el cochupo, la mordida, el porcentaje, etc. Los mexicanos chapoteamos en corrupción, y
por eso nos indignó tanto el asunto de la casa Blanca, porque pretendemos que
el Presidente no cometa ese tipo de actos, y si lo hiciere, que no sean tan
obvios.
No quiero alargar mucho mi condicional
para otorgarle el perdón. Yo sé que un
Presidente no puede hacerlo todo, pero si puede sentar las bases para que poco
a poco vayamos erradicando este mal que cual cáncer, corroe las entrañas del
tejido social de nuestro país. Saludos
Presidente y si no hace nada, no espere perdón, ni olvido.