Por: José Miguel Cobián
¿Cuánto más vamos a
aguantar? ¿Cuánto más va a aguantar el sistema antes de colapsar? ¿De verdad
necesitamos destruir todo para volver a construir sobre las ruinas? ¿Acaso no
es más fácil construir y reconstruir sin destruir?
¿Qué te pasa columnista?
Estamos en vísperas de las fiestas más hermosas del año y tu con tu desaliento
y tus malos augurios. Espero que sólo
sea para llamar la atención del respetable lector, y no nos amargues la vida
como siempre….
Lo lamento, pero es de
verdad el lamento inicial, muy lamentable pero real, y mira, me explico.
Quien esto escribe lleva
un buen rato insistiendo en que las zonas metropolitanas deben de activarse o
reactivarse. Para ello, deben de formar
un consejo, nombrar a un secretario técnico, organizarse entre los alcaldes que
las integren, elaborar proyectos que reúnan todos los requisitos que se
requieren para ser aprobados por el congreso federal, y haber obtenido la venia
de las secretarías involucradas. A
partir de allí, sólo falta que el congreso apruebe los recursos y éstos se
ejerzan.
Pues te cuento amable
lector y comparto mi frustración… El sábado pasado me encontré con el diputado
federal por el distrito de Córdoba, y le pregunté una vez más al respecto. Y me sale con que sólo el alcalde de Córdoba
hizo su tarea, Tomás Ríos convocó al resto de los alcaldes de la zona
conurbada, quienes acudieron presurosos, algunos mandaron representantes y
otros en persona. Lo frustrante es que
no se pudieron poner de acuerdo, y no sacaron proyecto.
Pero eso no es todo…
Favor de añadir que el año que viene se liberaliza el precio de las gasolinas y
¡oh sorpresa! Resulta que el petróleo
comienza a repuntar en su precio. Por lo tanto, las gasolinas también van a
subir en México, porque el gobierno federal no le bajó ni un centavo al
impuesto que le aplica a cada litro.
Pero eso no es lo peor, Lo peor
es que seguimos recibiendo gasolinas de pésima calidad, un diesel bastante
malo, y la mayoría de las gasolineras del país nos roban pues son muy pocas las
que entregan litros completos.
A eso hay que añadirle
que mientras el INEGI dice que la inflación es del 3 y pico por ciento. La
realidad se empeña en llevarle la contraria.
Yo le traía ganas a un auto que costaba $239,000.00 hoy ya cuesta $264,000.00 y todavía no
puedo juntar el dinero para pagar ni el enganche, y cada día lo veo más
lejos. Mis amigos los riquillos se
quejaban de que el salmón subió de trescientos y pico a quinientos y pico de
pesos el kilo. Y los demás nos quejamos
de que todo ha subido en el mercado.
Hasta el kilo de café ya subió porque el aromático se cotiza en
dólares. Si a eso le añadimos que la
economía del estado es la tercera peor en el país, medida en cuanto al
porcentaje de crecimiento del PIB estatal en los últimos años, comprenderás
amable lector que no hay nada de que alegrarme o alegrarnos.
Si soportas que siga con
las quejas, te cuento que mientras en el distrito 5 de SAGARPA las cosas se han
hecho bastante bien para la cafeticultura, hay otros distritos que están bien
amolados, pues sus titulares parece que tienen muchos negocitos entre manos, y
es ha afectado zonas cafetaleras como es el caso de Misantla (según una fuente
que tuvo a bien informar al respecto), que tienen años sin poder renovar ni una
planta de café de las afectadas por la roya.
Y todo esto pasa a ciencia y paciencia de quienes deben de vigilar que
las cosas con el café se hagan de manera honesta y transparente.
Lo que es peor, y dime si
no te suena ridículo. Más del sesenta
por ciento de las plantas de café están afectadas por la roya. Cualquiera diría que la prioridad es
sustituirlas por plantas resistentes.
Bueno pues resulta que el Senador Pepe Yunes consiguió recursos
adicionales para el café, pero éstos en lugar de ser usados para compra de
planta para entregarla a los campesinos que tienen su parcela con café
sembrado, se usaron para otra cosa… ¿Para qué se usaron? Escucho el reclamo del
interesado lector, a quien dejo en suspenso cuando menos un renglón o dos más,
antes de contarte, que la otra opción era entregar paquetes tecnológicos, que
consisten en cal para modificar el PH de la plantación, algún abono y algún
químico para combatir la roya. Lo malo
es que éstos paquetes tecnológicos (que no tienen mucho de tecnología) se entregaron
sin que ninguna autoridad hubiera echado un ojo a los costos del paquete que
supuestamente debía valer $2,500.00 para
cada campesino.
Así, si ya de por sí el líder podía hacer
negocio comprando de mayoreo más barato todo lo que le entregaría al campesino
(de lo cual no me quejo pues estamos en México y mientras entregue cantidades
suficientes a valor de mercado mejor me quedo callado), pues resulta que aún
así, en algunos grupos de campesinos (organizaciones les dice Sagarpa), se
entregaron paquetes por un valor de mercado inferior a lo que marcaba la regla,
con el consiguiente negociazo para unos cuántos. Y lo más divertido es que a pesar de que
está escrito aquí y lo estás leyendo, nadie, ninguna autoridad federal le va a
echar un ojo a este asunto, ni va a revisar, ni va a vigilar que no vuelva a
suceder esto. Seguir cometiendo los
mismos errores y despilfarros, en nada ayuda a mi querido México.
Quizá la única esperanza
es que Veracruz le puede apostar a sus puertos, principalmente Tuxpan, Veracruz
y Coatzacoalcos, y a la instalación de infraestructura para aprovechar los
yacimientos de la ronda 1.4 que se acaban de otorgar pero que comenzarán a dar
frutos hasta el próximo sexenio.
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