Hablemos
Córdoba: Presupuesto o Botín
Por: José
Miguel Cobián
Lo
comentado contigo querida Córdoba, aplica a todos los municipios del país, y
ojalá le sirva a los electores para reflexionar su próximo voto en 2021.
Fíjate
Córdoba que participando en un chat de WhatsApp alguien comentó que un par de
regidores buscaban moche en un asunto de un ayuntamiento. En otro caso, me platicaron de cómo el
cabildo cambió una decisión de instalar en colonias populares el producto ¨y¨
en lugar del producto ¨x¨ porque los regidores recibieron en conjunto dos
millones de pesos de moche. En un tercer
caso, platicaron de sobre facturación de ciertos activos adquiridos por un
ayuntamiento, para beneficio del alcalde en turno.
Estas
historias que son comunes a todos los ayuntamientos del país se repiten una y
otra vez. Los votantes se preocupan por quién será su alcalde, pero no toman en
cuenta a los regidores y al síndico. Sin
considerar que unos y otros, todos los miembros del cabildo representan a un
sector de la población, que debe vigilar a los otros integrantes del cabildo,
para evitar moches y tranzas, ya que con esas ¨ actividades ¨ se perjudica a
todo el municipio.
Sin
importar si es grande o pequeño, no hay municipio en el país en el que no se
cuenten muchas o pocas historias similares, por lo menos, desde hace 60
años. Te das cuenta, se-sen-ta años y
México no cambia.
En
múltiples ocasiones me he puesto a pensar que haría yo en un caso similar. He platicado con alcaldes y ediles, que, en
todos los casos, afirman conocer ciertos actos de corrupción de sus colegas, ya
sea del alcalde o de los otros ediles, y sin embargo nadie denuncia. En algunas ocasiones no se denuncia porque
los arreglos son en lo oscurito y en efectivo, lo cual provoca que sea muy difícil
poder comprobar algo. En otras
ocasiones, incluso cuando el robo al erario público es claro y manifiesto,
simplemente nadie quiere tener problemas graves, ni dentro del cuerpo edilicio,
ni quienes desde fuera pueden allegarse de las pruebas para poder denunciar.
Los
ediles en general parece que forman parte de la mafia siciliana, haciendo el
pacto de la Omerta, así que ni siquiera bajo tortura comentarán y menos
confesarán lo que saben de sus compañeros, a pesar de ser de partidos
diferentes, al final se hacen uno cuando de intereses económicos se trata.
En
el caso de los alcaldes, como requieren de la firma del síndico y del apoyo de
los regidores para sus proyectos, prefieren hacerse de la vista gorda, en lugar
de denunciar los actos de corrupción de sus ediles, a cambio de tenerlos
contentos y que aprueben lo que los alcaldes proponen.
Yo
siempre me he preguntado qué tan difícil sería denunciar ante la opinión
pública, cuando menos evidenciar que las decisiones que toman no son las
mejores para la ciudad. Si no es posible
allegarse pruebas documentales que permitan una denuncia penal, cuando menos
avisar previamente a la ciudadanía que en tal sesión de cabildo se discutirá y
decidirá algún asunto importante para la propia ciudadanía, y que es necesario
que estén atentos los ciudadanos a una posible traición de los ediles. Pero ni eso hemos visto en la historia de
México.
Si
acaso, de repente nos enteramos de una denuncia como la que sufrió el alcalde
de Tehuacán, pero en ese caso, se trata de una venganza del gobernador de
Puebla ya que no accedió a instalar en diversos puestos municipales a allegados
y recomendados del propio gobernador.
También existió la denuncia del cuerpo edilicio por diferencias económicas
con el ex alcalde Patjane, quien seguramente tampoco tiene la conciencia
tranquila. Así que cuando ha sucedido,
se debe a riñas políticas y no beneficiar a la señora justicia o a la población
El
título de esta colaboración va en el sentido de que muchos o pocos millones de
pesos, todos los municipios manejan mas dinero del que normalmente el alcalde
ha manejado en su vida. Lo preocupante es que al no haber cultura política, los
alcaldes usan el presupuesto municipal como si fuera de su propiedad.
Lo
mismo compran las conciencias del resto del cuerpo edilicio (que generalmente
se deja comprar), e incluso, llegan a comprar protección de algún funcionario
estatal de mucho peso, que pueda influenciar en el órgano de fiscalización o
incluso en el propio ORFIS se llega a arreglos convenientes para ambas partes,
pero totalmente dañinos para el erario y la población
En
el caso de Córdoba hablamos de alrededor de seiscientos millones de pesos
anuales. Dinero que se reparte en
nómina, gastos e inversión. Hay
municipios que ahorran como es el caso de Orizaba, lo cual genera excedentes
para inversión, y hay municipios como Córdoba, donde la mayoría (si no es que
toda) la obra pública se realiza con recursos gestionados ante el estado o la
federación.
Nadie
en los municipios es consultado para la realización de la obra pública salvo
los ediles. A veces se cumplen
compromisos verbales, realizados por el alcalde en zonas marginadas. En otros casos, ni eso. Se acusa al cabildo de no haber aceptado el
proyecto (por instrucciones del propio alcalde), y con eso el alcalde en turno
se excusa de la falta de cumplimiento de su palabra.
¿Qué
puede hacer la población? Si hay
evidencia dura de malos manejos o de exceso de personal, presentar la denuncia
correspondiente ante la fiscalía especializada en delitos cometidos por
servidores públicos. Pero eso no basta, hay que darle seguimiento, pues no hay
que olvidar que tu alcalde cuenta con el presupuesto municipal para comprar
conciencias.
Si
no hay evidencia y sólo hay sospechas. Debería la población de prestar más
atención al uso que el cuerpo edilicio hace de los recursos del municipio. Lamentablemente solo en comunidades pequeñas
y rurales existe esta vigilancia y conciencia de que el dinero del municipio es
dinero de cada uno de los habitantes de ese municipio y no patrimonio del
alcalde.
En
otros casos, la población podría exigir tener derecho a definir el número de
empleados de confianza, sus sueldos máximos.
El nivel de gasto aceptable, y sobre todo, los costos unitarios que se
aplicarían a las obras municipales.
Costos que por cierto aprueba cada año el congreso del estado, y son
entre dos y tres veces los costos de mercado.
Quién
vende su voto. Quien, por un regalo,
unas láminas, un piso, vende su conciencia, no acaba de entender que el
ayuntamiento hace obra con dinero de los cordobeses, es decir, a quién hay que
agradecer es a los cordobeses y no al alcalde o al regidor.
Todo
lo comentado es lo que debería suceder, en caso de malos manejos de un
presupuesto municipal. Lamentablemente en México poco nos importa vigilar al
servidor público. No sabemos ser ciudadanos y estamos condenados una y otra vez
a sufrir las consecuencias de ello.
Te invito a reflexionar qué harías tú y como evitarías lo que no te
parece del manejo de las finanzas municipales.