El
Baldón: Coronavirus y sus consecuencias
Por: José
Miguel Cobián
El asunto de esta nueva enfermedad no es
preguntarse si va a llegar a México, pues eso es un hecho. Ahora el problema es
cómo se va a enfrentar. Y si la
población tendrá la suficiente confianza en el gobierno para seguir sus
instrucciones, siendo los mexicanos un pueblo indisciplinado y amante de no
seguir las reglas.
De
entrada, llegará en mal momento. Nació
el INSABI cuyo titular es amigo del presidente, pero desconoce todo respecto a
cualquier asunto de medicina o epidemias.
Los titulares y los médicos de los principales centros de investigación
y atención médica del país están descontentos con el gobierno, por la
destitución de directivos cuya única falta ha sido denunciar las fallas en el
sistema de compras de insumos y medicinas implementado por el propio gobierno
federal.
El
coronavirus va a encontrar un sistema de salud colapsado, apenas en
reorganización, sin recursos suficientes, pues recortaron el presupuesto
nacional de salud y de manera especial el de epidemiología. Se va a encontrar con que el fondo para
gastos catastróficos del seguro popular ha sido usado para algo que supongo fue
programas sociales, y no se cuenta con esos recursos. Se va a encontrar que los fondos para
emergencia nacional que se habían ahorrado durante 25 años, se consumieron en
un 50% en el 2019 para financiar el gasto público, la baja de recaudación y los
proyectos presidenciales como el nuevo aeropuerto, la refinería y los estudios
del tren maya.
El
coronavirus se va a encontrar también con una economía estancada y un sector
público disfuncional, en el cual quienes toman las decisiones no son los más
capacitados ni los que tienen más experiencia, sino los amigos del presidente,
sin conocimientos en las distintas materias que dirigen.
Una
buena decisión que ha tomado el presidente conociendo la escasa capacidad
actual del gobierno para enfrentar la crisis, ha sido avisar que no habrá
cuarentenas, simplemente habrá contención.
Es decir, no se hará nada, salvo algunas actividades mediáticas para
simular que se intenta frenar la expansión del virus, con medidas que serán
claramente inefectivas. Y es que no tiene caso hacer otra cosa, si China no ha
podido contener la expansión con medidas autoritarias dignas de un Gulag.
México
entrará en recesión y la opinión pública estará muy atenta a las noticias sobre
el coronavirus, lo cual servirá para continuar de manera acelerada con la
agenda de la 4T, incluso con modificaciones que atenten contra el INE o
cualquier otra ley o institución que se desee cooptar o modificar.
Mientras
tanto, lo que debemos saber los mexicanos para cuidarnos a nosotros mismos es
lo siguiente. Primero aplicar las
medidas que ya aprendimos cuando la epidemia AHN1, que son no saludar de mano
ni de beso, lavarnos las manos constantemente, no tocarnos la cara, no
acercarnos a nadie a menos de un metro de distancia, usar cubrebocas y lentes,
ya que los medios de contagio son las gotas de saliva ya sea directas cuando
nos tosen o estornudan cerca, o tocando los lugares dónde han caído, e incluso
cuando esas gotas tocan los ojos.
También parece que se transmite mediante heces fecales, así que la
higiene tendrá que ser una práctica común en un país donde ni el taquero se
lava las manos. Los cubrebocas
quirúrgicos son suficientes. No es
necesario algo más especializado o caro.
¿Quiénes
están en riesgo? Eso importa mucho, para
saber a quién debemos proteger más… Partimos de la base de datos de China, al
momento de escribir el presente había 72,314 casos reportados, de los cuales
confirmados por laboratorio eran 44,672 y sobre esos me voy a basar. Los demás no se les hicieron pruebas de
laboratorio por la propia incapacidad ante la saturación y falta de recursos. Se considera que el 1% de los casos pueden
ser asintomáticos y son los más peligrosos, pues son los mejores vectores de
contagio si se llega a confirmar que sin síntomas puede haber contagio, algo
que todavía está a discusión.
El
3% de los casos son mayores de 80 años, el 87% es del rango de 30 a 79 años, 8%
de 20. 29 años, y 1% tanto los de 10-19 como los menores de 10 años. El 81% presenta síntomas medios, el 14%
síntomas severos y el 5% síntomas críticos.
La tasa de mortalidad con éstas cifras andaba en el 2.3% La última información revisada andaba en
el 3.41%
¿Quiénes
mueren? De todos los casos
diagnosticados por rango de edad, el 14.8% de los mayores de 80 años, el 8% de
quienes tienen entre 70 y 80%, y sobre todo, el 49% de los casos considerados
como críticos.
Los
menores de 10 años, cualquiera que fuera su situación incluso severa, no
presentan fatalidades. Sin embargo, si
hay enfermedades preexistentes, implican un riesgo mayor. Por ejemplo, de entre
los enfermos de enfermedad cardiovascular murieron el 10.5%, entre los
diabéticos el 7.3%, quienes tienen enfermedad respiratoria crónica murieron e.
6.3%, hipertensos el 6%, y pacientes con cáncer el 5.6%. Es decir, una enfermedad preexistente incide
en un mayor riesgo de morir por el COVID-19.
Vale
la pena resaltar que, en 30 días, a pesar de las medidas tomas en China, el
virus invadió literalmente todo el país. De lo único que estamos seguros es que
el COVID-19 puede tener una tasa de mortalidad mucho más baja, pero una tasa de
infección mucho más alta que el SARS y el MERS.
Para
poder comparar, recordemos que en USA se infectan de gripe 45 millones de
personas cada año, y mueren alrededor de 61,000 es decir su tasa de
mortalidades de 0.14%, cada año.
Los
síntomas son fiebre, tos y dificultad para respirar, aumento de la frecuencia
respiratoria, dolor muscular, fatiga, dolor de cabeza, diarrea. Todos juntos o separados, aunque siempre tos,
fiebre y dificultad para respirar.
A
la fecha no hay remedios conocidos, solo medidas paliativas, así que evite caer
en manos de un charlatán o en prácticas que puedan poner en riesgo su salud o
su economía.
Reitero,
la higiene es la mejor medida para cuidarse uno mismo. No acudir a lugares
donde existan aglomeraciones de personas, pues el contacto entre muchos
favorece la propagación del virus, lavarse las manos constantemente, no tocarse
ni boca ni ojos con las manos sucias, comer alimentos bien cocidos y preparados
con medidas higiénicas, no saludar de mano o de beso, pedir a quien estornude o
tosa que se cubra con la mano. Y lo más importante, en caso de cualquier
síntoma, acudir de inmediato al médico, y centro de salud más cercano.
Solo
resta esperar que los sistemas de salud no prohíban a los médicos emitir diagnósticos
de COVID-19 como se hizo con el dengue, y que asuman su responsabilidad con
ética y respeto a los mexicanos. Mucho
más que eso no será posible, pues la tasa de infección colapsará la capacidad
de los hospitales públicos y privados.
La ventaja es que, siendo síntomas leves en un mayor porcentaje, con
quedarse en casa y cumplir las medidas higiénicas, la enfermedad pasará. No muy
rápido, pero pasará.
Fundamental
no salir a la calle si se presenta cualquiera de los síntomas hasta definir si
es o no infección por COVID-19
No
soy especialista médico, pero espero que esta información sirva para irnos
preparando para la indeseable visita.
Sobre todo ante la lenta reacción de las autoridades tanto de salud
pública como municipales, estatales y federales.