Por: José Miguel Cobián
Don
Manuel, leí atentamente lo que usted distribuyó por medio de la agencia oficial
del estado NOTIMEX como aclaración sobre el pleito con las energías
renovables. Al respecto me gustaría puntualizar algunas
cosas, no para usted, que en su soberbia no escucha a nadie, sino para los
pocos lectores de ésta columna, que puedan disponer de un punto de vista
alternativo y más honesto que el suyo (de usted).
Se queja
de que la generación de energía solar se instale donde hay más radiación solar,
y que la generación de energía eólica se instale donde hay más viento. Le informo que en el mundo de los que
trabajamos existe un concepto que se denomina ¨ eficiencia de producción ¨, que
implica instalarse en el lugar óptimo para obtener los mejores resultados. Ud se queja de que no hay líneas de
distribución, pues le informo que la solución más sencilla es construirlas, y
no pensar que hay que poner una instalación eólica donde hay líneas de CFE
aunque no exista viento, o una solar donde no exista radiación.
Durante
muchos años, el problema de México ha sido la falta de líneas de
distribución. Incluso redundantes, que
permitan que en caso de que exista una falla en una, la zona se abastezca con
otra. Eso evitaría los problemas de
apagones como los que tuvo CFE el año pasado en la península de Yucatán. Por lo tanto, la CFE que posee por ministerio
de ley el monopolio de la distribución, bien podría dedicarse a invertir en
líneas de distribución con los ahorros que le genera adquirir energía limpia de
proveedores privados.
Tiene
mucho tiempo que México padece de insuficiencia de producción de energía
eléctrica. México requiere para su
desarrollo económico una mayor cantidad de electricidad. Hay muchas zonas del país que no se pueden
industrializar precisamente por la falta de capacidad de distribución del
fluido eléctrico. Le sugiero que en
lugar de dedicarse a denostar a quienes producen y venden energía eléctrica a
una cuarta parte del costo de producción de CFE, se dedique a resolver esos
problemas de fondo que afectan, no únicamente a la empresa que administra sino
al país. Le recuerdo que aunque usted no
lo crea, el país está por encima de los intereses de la propia CFE.
Se queja
de que no hay líneas de distribución en la ventosa. Se le olvida que fue durante esta
administración que con el pretexto de que es monopolio del estado, se prohibió
la construcción de una línea de distribución que llevaría esa energía al centro
del país. Ustedes crean el problema y
luego se quejan de que el problema exista.
Eso demuestra que en sus proyectos existe perversidad, pues se crea el
problema y luego se usa ese problema para dañar aún más al país y al planeta.
Usted ha
afirmado que las energías limpias son intermitentes, y eso genera un problema
para CFE. Le sugiero que resuelva el problema en lugar de atacar a las energías
limpias. Ese problema existe, y se
resuelve precisamente con las plantas generadoras de ciclo combinado, que
entran en operación de inmediato cuando se detecta una baja en la producción de
la energía limpia. De hecho, el margen
de utilidad, le permite a CFE, producir siempre un porcentaje de seguridad sin
que se incremente el costo para la empresa.
Hoy también se produce ese porcentaje de seguridad que simplemente
termina en tierra, así que el argumento de que se desperdicia no funciona.
Por el
contrario, las energías limpias le permiten a CFE ahorrar agua en las presas de
las hidroeléctricas, para utilizar la energía cinética en el momento adecuado y
convertirla en electricidad. Recuerde
que la mayoría de las presas del país sufren de un desabasto de agua desde hace
varios años, y conforme se recrudece el calentamiento global, es más notorio que
el agua no alcanza, ni para riego, ni para producción de electricidad. Considere que menos del 20% de la
electricidad del país se produce por vía de hidroeléctricas, y sin embargo, ese
rango, permite proteger la producción de energía debido a alguna intermitencia
de las energías limpias.
Por cuanto
a que las energías limpias no pagan los derechos de transmisión, una vez más,
miente usted. Lo pagan por medio del
tipo de tarifa al que están sujetas, y lo pagan también con la reducción de
costos. Se lo pongo en bolitas y
palitos. Si a CFE una planta de
combustóleo le genera un MW en 145 dólares, y una planta de energía limpia se
lo vende en 35 dólares, ese diferencial de 110 dólares está pagando por los
derechos de transmisión que se reflejan en la utilidad de CFE al vender a
precio público esa energía, por encima de su costo de compra, muy por
encima. Si además de eso, considera ud
que la de combustóleo contamina la atmósfera, como ya se comprobó con la refinería
de Tula que sigue contaminando el valle de México a pesar de la reducción en un
60% de la circulación de vehículos, comprenderá que hay otros ahorros, en salud
pública, en muertes, en limpieza de medio ambiente, que benefician a México,
los pague o no la CFE.
Se le
olvida a usted decir una verdad que el gobierno oculta. El petróleo de México es petróleo pesado en
su mayoría. Las refinerías Mexicanas
fueron construidas hace 50 años o más y se hicieron para procesar los crudos
ligeros que en esa época se
extraían. Hoy, ese crudo pesado, genera
un menor rendimiento en gasolinas y un mayor rendimiento en combustóleo.
Ese
combustóleo hasta el año pasado se vendía a las navieras para alimentar los
motores de los barcos. Hoy ya está
prohibido su uso a nivel internacional, pues el combustóleo mexicano contiene
el doble del azufre permitido por las normas internacionales. Y nuestras
refinerías no tienen hoy ni en el corto plazo, la posibilidad de reducir su
contenido de azufre.
Por ello,
conforme se incremente la capacidad de refinación de México, acorde con las
políticas del gobierno actual, habrá mas y más combustóleo sin ningún uso. Por ello decidieron ustedes reactivar las
plantas de generación a base de combustóleo.
Porque en lugar de tirarlo (que no sabrían dónde tirarlo salvo en pozos
petroleros viejos, lo cual también tiene un costo). Por ello, de una manera absolutamente
criminal, han decidido utilizarlo para
generar electricidad, sin importar los daños a la salud de los mexicanos que
habitan en cien kilómetros a la redonda de las plantas generadoras. Y por eso también, decidieron comprar al
senador del sombrero, las 350,000 toneladas de carbón, porque no les importa a
ustedes la salud de los mexicanos ni el daño al medio ambiente, lo único que
les importa es resolver el problema que representa el combustóleo como producto
de desecho de las refinerías mexicanas, y el negocio que le representa a PEMEX
venderlo, así como el gran negocio que la venta de carbón genera a los
financiadores de la campaña del actual presidente,
Aunque
tengan mayoría en el congreso federal, y aunque tengan la presidencia de la
república, es importante recordarles que México no es de su propiedad. Sé que es difícil entender esto para
funcionarios que jamás han trabajado y solo han medrado en puestos públicos,
sin embargo es una realidad. MEXICO NO
ES PROPIEDAD DE UN PARTIDO POLÍTICO, DE UN GRUPO O DE UNA FACCIÓN.
No deben y
nosotros evitaremos que puedan, dañar a México con sus absurdas decisiones,
como la que usted tomó con los gasoductos, que al final, cuando quiso
arreglarla, le costó al país 500 millones de dólares adicionales a valor
presente. O como la decisión del
presidente de cerrar el aeropuerto de Texcoco que nos ha costado más de 250 mil
millones de pesos, entre lo perdido, lo enterrado, lo no recuperado, y lo
pagado tanto a inversionistas como a empresas.
Tirar el dinero para demostrar que se manda, es el peor error. Entiendo que hoy hay muchos mexicanos que no
comprenden el daño que le han hecho a la nación, sin embargo, tarde o temprano
una mayoría comprenderá, y evitará que lo sigan haciendo.
Por
cierto, si se pagan derechos de transmisión por cada MW distribuido en la red
monopólica de CFE.