El Baldón: No te engañes, Morena no es el enemigo
Por: José Miguel Cobián
El
peor enemigo de un mexicano es la Verdad, así con mayúscula. Siempre tratamos de evitarla, buscamos no
enfrentarnos a ella, y generalmente lo logramos. Mil y un pretextos surgen en
nuestra mente, corroborados y apoyados por el resto de las personas que
conviven con nosotros, reforzando el pensamiento de ¨nosotros estamos bien¨,
con su respectiva contraparte ¨ellos están mal¨. Y así, pasamos la vida entera, jugando a
justificarnos en nuestra mente, respecto a cualquier tema. Incluso quien esto escribe, tiene como lema ¨
hacer lo que debo, hasta que duela¨. Sin
embargo, nos engañamos una y otra vez.
Reflexiona
un poco, México votó por Morena masivamente, fueron 14 millones de votos duros,
fieles seguidores de Andrés Manuel, que aunque lo vieran en un video y lo
escucharan en un audio, haciendo lo peor, responderían que así es la política
en México y lo seguirán apoyando. Hubo
también 16 millones de votos de personas que como yo, estábamos hartos de la
corrupción y el mal manejo de los gobiernos del PRI y del PAN.
Nos
dijeron una y mil veces que AMLO dañaría al país, hoy muchos de esos 16
millones podrán o no estar de acuerdo, pero cuando tienes que tomar la decisión
de votar por alguien, en caso de tener buena memoria, te negarías a votar por
los actuales de Morena y por los anteriores del PAN o del PRI. Eso siempre y cuando seas una persona
informada, porque si no posees información ni de lo que han hecho los actuales,
ni de lo que hicieron los anteriores, seguramente no tendrás escrúpulo para
otorgar tu voto.
Cada
vez que analizo los actos de gobierno, desde Diaz Ordaz hasta López Obrador,
puedo percibir algún orgullo patrio del emperador sexenal en turno, pero
también veo mucho daño a la Patria, en todos los gobiernos. Un análisis externo muestra que rara vez
llegan los mejores hombres a la presidencia, generalmente llegan los más
serviles, los que supieron crecer por el camino de la abyección y sumisión, o
los más populares, pero en su mayoría, indignos de llegar a ser presidentes de
la República. ( presidentes con
minúscula, República con mayúscula).
Los
que hemos observado el quehacer público, recordamos los actos de corrupción,
los actos de lesa humanidad, las oportunidades perdidas para desarrollar al
país, los robos de recursos destinados a los que menos tienen, y un país
injusto desde el punto de vista económico y social, que llevó a un hartazgo
tal, que generó una votación enorme por alguien como López Obrador y todo su
equipo.
Quién
no vigiló a detalle los actos de Echeverría en contra de la patria, los de
López Portillo tan injusto con las clases medias, los de Miguel de La Madrid y
su ausencia de carácter, los de Carlos Salinas y su simulación por ego, los de
Zedillo un burócrata competente cuyo máximo mérito fue reconocer el triunfo de
Vicente Fox, quien durante su gobierno dilapidó una fortuna en ingresos
petroleros extraordinarios, y quien junto con Calderón pudieron marcar la gran
diferencia en un gobierno emanado de otro partido político, ¨el de la gente
decente¨, que a final de cuentas resultó tan indecente como todos los
anteriores. Y luego llegamos a un Peña,
en la cúspide de la pirámide de corrupción, un miembro del grupo Atlacomulco
regresaba a la presidencia, como en los mejores años de Hank González, y de
allí, la debacle, el gobierno del pueblo por el pueblo, los diputados,
regidores y senadores elegidos por tómbola, la ignorancia y la incompetencia en
su apogeo. Dice un amigo, que AMLO
tiene mala suerte, todas sus apuestas le salen mal, excepto una, la apuesta de
tener contentas a las mayorías con sus programas sociales y su retórica, con su
¨narrativa¨, que no es más que inventar un México que no existe, para que
mentes sencillas crean que esa es la realidad del país en que viven.
Ni
uno solo de los gobiernos enumerados se salva de la corrupción, el amiguismo,
la improvisación. Krauze ha analizado a
detalle cada sexenio, en libros completos.
Periodistas investigadores han documentado una y otra vez –cuando han
sobrevivido-, las corruptelas de cada sexenio.
Todos, sin excepción han llegado al poder para enriquecerse, y
enriquecer a su camarilla, ni uno solo se salva.
Ok,
ya tenemos el diagnóstico, ¡ahora explícate columnista!, ¿Por qué dices que
Morena no es el enemigo?. Porque el
problema no es el partido en el poder.
El problema es la ausencia de ciudadanos que vigilen, controlen y exijan
que el gobierno cumpla con su función.
Ayer eran los desheredados, que ante su autoproclamada pequeñez,
decidieron que no podían enfrentar al ogro filantrópico, y se sometieron a
líderes que lucraban y lucran con ellos, a cambio de recibir migajas y condenar
a sus hijos a la misma vida que ellos padecieron. Hoy son otras clases sociales las que se
quejan de manera soterrada. Antes eran
panfletos y anónimos que circulaban como aquél que en tiempos de Echeverría
comenzaba con la frase ¨Méxicano infame, campeón de embusteros, que a los
mexicanos estás dejando en cueros…¨.
Hoy
son las redes sociales, los videos, los chats…
¡Todo cambia para que todo siga igual… o peor! Increíble que la única oposición formal que
ha convocado a gente a la calle sea Frenaa.
Un país donde la autoridad sanitaria condena a la muerte a cientos de
miles de mexicanos. Un país que no se
indigna ni cuando hay niños enfermos de cáncer sin medicamentos. Los fieles defienden hasta la ignominia,
renunciando a la crítica, al análisis, a la evaluación, reflejando al gorila de
los memes sin razón ni entendimiento.
Por el otro lado, la crítica y el rechazo a todo, sin considerar la
razón por la cual muchos mexicanos aplauden las acciones de gobierno, semejando
al gorila de los memes, que rechaza todo, sin analizar las razones de los
contrarios a su línea de pensamiento. Un
gorila que renuncia a razonar para únicamente oponerse.
En
medio de esos dos gorilas, unos cuantos, pensando en la injusticia social, en
30 años de pérdida deliberada de poder adquisitivo del salario, en gobiernos de
cuates, en épocas en las que a unos cuántos les fue bien, mientras que el
número de pobres aumentaba día con día.
Hordas de desheredados humillados y ofendidos por una distribución de la
riqueza generada cada día más desigual, y no lo digo yo, lo dice el índice
Gini. México un país cada vez más desigual, en el cual los privilegiados jamás
pensaron en el resto de la población. A
pesar de que los indicadores económicos sacaban a algunos millones de la
pobreza, el número absoluto de pobres aumentaba día con día.
La
ausencia de solidaridad nos ha traído a dónde estamos. Hoy vemos conflictos a lo largo y ancho del
país, y un presidente incapaz de resolverlos, más allá de su pequeña visión que
sólo admite pensar que son generados por sus adversarios. Su escaso conocimiento de los asuntos
públicos, su ignorancia, se ven reflejadas día con día en las decisiones que
toma, y como emperador, su voluntad es ley.
México gobernado como república bananera, por un dictador sexenal. Más de lo mismo, sólo que ahora el dictador
destina buena parte de los recursos a perpetuarse en el poder, regalando
literalmente dinero, y condenando a las generaciones futuras a un crecimiento
económico magro.
El
futuro de México que a muchos nos asusta, simplemente no es percibido por una
mayoría iletrada, incapaz de tener la mínima capacidad de análisis económico o
político. Esa mayoría lo mismo vive en
una colonia de postín, que en un arrabal.
México no tiene riqueza intelectual.
México no posee un cúmulo de conocimientos acorde a su tamaño de
población. México no le da las mismas
oportunidades a todos sus hijos. México
tiene demasiados seres mezquinos pensando en su propio interés, en tanto que
carece de suficientes seres altruistas pensando en el bien de todos, bien
común, o el bien de las mayorías… Bien
común, frase muy bien elaborada por los intelectuales del PAN… Bien de todos,
frase acuñada por los ideólogos de Morena.
Tan cerca y tan lejos.
México
no tiene opciones. Correr a los actuales
por venganza electoral, votar por aquéllos a los cuales corrimos de la
administración pública por venganza electoral.
Usan nuestras emociones para su propio beneficio. ¿Cuántos de los aspirantes a gobernar o de
sus promotores buscan el bien de la Patria por encima del bien personal? México está condenado, y el enemigo somos
los propios mexicanos, hasta que tomemos la decisión de cambiar y buscar ese
bien común, ese bien de todos, esa mejoría para todos y no nada más para los
míos.
México
un país católico, con muchos cristianos, donde el amor al prójimo es una frase
más.
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