El Baldón: ¿Qué país le dejaremos a nuestros hijos?
Por: José Miguel Cobián
Comienzo
con una cita de un comentario de un buen amigo mío, quién da pauta para la
siguiente reflexión: ¨Dirigentes de partidos, a los que muchos conocemos, con
los que incluso hemos trabajado, que han sufrido las consecuencias de la
pandemia, hacen cuentecitas en una servilleta de restaurante y calculan que
obtendrán menos diputaciones pero más votos y que por lo tanto "no les
conviene" ir en alianza. Y el país que se vaya al infierno. Están
podridos. Discúlpenme, por favor. Nos la pasamos hablando mientras el país se
desgarra y los que tienen botín y hueso se aferran a él. Les escribo con el
sentimiento compartido, de muchos ideales, a lo largo de cuatro décadas. ¿Qué
país le dejaremos a nuestros hijos?¨
Todo
surge a colación de una discusión en otro grupo de amigos, en el cuál uno de
ellos, recalcitrante anti AMLO pregunta ¿Por quién votarías, si el candidato de
la alianza opositora no te agrada? Para
él, el asunto de votar por la alianza opositora es un asunto de vida o muerte.
Está convencido por la propaganda de la ultra derecha, que el país se va a
perder si es que Morena y sus satélites ganan la mayoría en la cámara de
diputados en el 2021.
Otro
de los miembros del grupo pregunta ¿Ustedes que harían para lograr un voto
masivo anti AMLO? Mi respuesta fue: ¨Piensa
en los jóvenes. Cinco millones que votarán por primera vez. Que les ofrece la oposición. Piensa en los abstencionistas ¿cómo
motivarlos? Piensa en los indecisos
¿cómo atraerlos a tu causa? Y luego
analiza si lo que hacen los partidos que integran la alianza opositora es lo
adecuado para cada caso. Analiza si te
harán caso cuando sugieras alguna política atractiva para esos sectores.¨
Después
de tanto antecedente, la reflexión que quiero compartir contigo parte de que en
el 2018 ganó AMLO no por ser la mejor opción, sino por no ser PRI ni PAN. No tengo duda de que Peña intervino atacando
a Anaya para acusarlo de lo que fuera y movilizó a la fuerza del PRI para que
ganara Morena. En Veracruz hubiera sido
imposible que ganara Morena sin el apoyo de todos los enemigos de Miguel Ángel,
que llegó al millón cuatrocientos mil votos que buscaba, sin saber que sus
opositores llegarían a un millón seiscientos mil, aún a costa de sacrificar a
un político decente como Pepe Yunes.
Partiendo
de la base de que AMLO ganó por la desilusión y el hartazgo que tenía un gran
sector de la población respecto de los gobiernos del PRI y del PAN. Hizo y hace falta algo a la oposición, un
análisis, una autocrítica y una disculpa a la población mexicana. Mientras tanto, será difícil que muchos que
no confiaron en ellos, ahora confíen, tan solo porque son la única opción que
tiene el elector para que no gane Morena la cámara de diputados. Esa puede ser razón importante pero también
puede no ser suficiente para ganar la mayoría.
Otro
miembro del grupo, preguntó cómo podríamos saber –en nuestra calidad de
ciudadanos-, cuales son las opciones que cada partido está barajando para
elegir como posibles candidatos a gobernadores, diputados federales, diputados
locales y alcaldes, según el caso. Mi
respuesta es que en una verdadera democracia, los ciudadanos tenemos derecho a
saber y opinar sobre quienes serán los candidatos, sin embargo, en ambas
alianzas, la de morena y su séquito y la de la oposición, es secreto de estado
el manejo de los posibles acuerdos y precandidatos. La razón es muy sencilla, en ambos casos, los
grupos de poder están buscando colocar a su gente, ya sea para ganar o para
perder –sí, también hay acuerdos para poner malos candidatos y perder en
ciertos distritos, como en Veracruz lo hará la alianza opositora en
Coatzacoalcos para que Rocío Nahle no le lleve malas cuentas a su jefe-. Desde esa óptica, el ciudadano no tiene la
opción de escoger a los mejores entre las opciones de cada partido político,
sino que se ve obligado a escoger entre los ya seleccionados, llegando al
divertido caso de tener que escoger el menos malo, o dicho de manera infantil,
tiene que escoger entre popo, mojón y caca.
En
estos momentos los ciudadanos perdemos la gran oportunidad de poder
democratizar a los partidos políticos. Incluso la organización Si por México
pidió la oportunidad de vetar a algún candidato de la alianza que considere
impresentable, y en su soberbia, los partidos políticos negaron a esa
organización y a los ciudadanos en
general esa posibilidad.
A
fin de cuentas, los partidos políticos son negocios de ocasión para quienes
tienen la fortuna de apropiarse de un coto de poder en ellos. A cambio de negocios, dinero y prebendas, se
negocian triunfos y derrotas a espaldas de los ciudadanos, que en su ingenuidad
piensan que viven en una democracia.
Por
lo menos, con la alianza opositora se pudo haber buscado democratizar los
procesos, transparentarlos, hacerlos públicos, pero un país como México que
adolece de cultura cívica pierde una vez más la oportunidad de avanzar en
democracia. Ahora el elector opositor
tendrá que decidir si avala a cualquier
candidato que ponga la alianza, por más impresentable que pueda llegar a ser,
otorgando un cheque en blanco para que
continúe la NO democracia, o por el contrario, votar en contra, aún a
riesgo de perder la cámara baja en 2021, pero con la oportunidad de obtener por
primera vez en la vida, en un futuro, partidos políticos que sirvan a los
ciudadanos y no a sus integrantes distinguidos.
Lo
mismo habrá de decidir quién simpatiza con Morena, en caso de observar
prácticas antidemocráticas en sus institutos políticos, (morena, partido del
trabajo, partido verde).
La
próxima elección puede ser el tiempo de los ciudadanos o continuar siendo el
tiempo de los partidos políticos a espaldas de la mayoría de los mexicanos.
Si
no cree en la antidemocracia de los partidos políticos en México, pregunte a un
CDM, a un CDE, o al CEN de cualquier partido político, quienes son sus
precandidatos, y verá que nadie le informa nada. Ud ciudadano sirve para votar y avalar lo que
los dueños de los partidos decidan. Ud
no cuenta como mexicano para elegir el rumbo de su país, más allá de optar por
uno de los ya elegidos por las elites de cada partido político.
Por
eso, la única solución es que los ciudadanos despierten y escojan a candidatos
independientes, en un futuro, pues en el 2021 se observa muy lejana la
posibilidad de que un candidato independiente pueda ganar una elección. Más aún cuando algunos solo compiten
patrocinados por un partido político con el fin de quitarle votos al contrario,
o buscan obtener una regiduría y prebendas por los próximos tres o cuatro años,
para seguir medrando a pequeña escala de la política local. Pero la pregunta seria sería, ¿Estarán
algún día los mexicanos preparados para distinguir entre candidatos
independientes paleros y verdaderos? ¿Votarán por ellos? ¿Se exigirá suelo parejo para independientes
y candidatos de partido? ¿Habrá presión social para cambiar las leyes, hacer
más fácil ser candidato independiente, y que la competencia sea entre
iguales? Yo lo dudo por las
resistencias de los propietarios del presupuesto público, los propios partidos
políticos, que se reparten puestos, obras y contratos públicos y prebendas.
La
última palabra la tiene ud.
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