Nogales; Ver. (LasAltasMontañas). A pesar de ser uno de los planteles escolares
que más contribuyen con la formación y preparación académica de los estudiantes
no solo de ésta localidad sino de los municipios circunvecinos, hoy la Escuela
Secundaria General Francisco Javier Clavijero, trabaja en condiciones muy
precarias y sin recursos económicos para su adecuado mantenimiento.
La institución educativa que está a punto de cumplir 51 años de su
fundación, se encuentra sufriendo los estragos de la pandemia, toda vez que
para el mes de noviembre no se contarán con los insumos suficientes para seguir
llevando a cabo los filtros sanitarios a la entrada de las clases presenciales
al carecer de un presupuesto para cumplir con este requisito de vital
importancia.
Actualmente, la escuela cuenta con una matrícula escolar de 470 alumnos
inscritos repartidos en 18 grupos, aunque son 50 estudiantes menos en relación
al ciclo escolar del 2020; no obstante, existen alumnos llamados
“intermitentes” los cuales se mantiene en un proceso de recuperación
(regularización) y durante el mes de noviembre podrán enlistarse en sus
respectivos grados.
La maestra Maribel Domínguez Ortíz, Subdirectora del Turno Matutino,
expuso que al no cobrar cuotas en los dos últimos años, la Asociación de Padres
de Familia, se quedó imposibilitada de realizar algunas mejoras en el plantel y
darle mantenimiento a determinadas áreas. Tal parece que la Secundaria
Clavijero, labora con puras donaciones y con la ayuda humanitaria y solidaria
de los mismos papás y gracias a ello ha subsistido.
“Uno de los graves problemas a los que nos hemos enfrentado en los
últimos años es la falta de escrituras y por ello no podemos acceder a los
programas tanto federales como estatales pues apenas contamos con un croquis
del inmueble. Hacemos un atento llamado al Gobierno del Estado y a la
Secretaría de Educación, para regularizar la posesión del predio y podamos
solicitar subsidios a las instancias correspondientes”.
Parte del desarrollo educativo de los estudiantes es el uso de las herramientas
tecnológicas, pero aún y cuando se cuenta con un taller de computación e
informática solo existen seis ordenadores de escritorio con sistemas obsoletos.
También, se imparte un curso de ofimática pero las ocho máquinas de escribir no
funcionan adecuadamente por falta de mantenimiento.
“Lamentablemente, tenemos un gran Auditorio, pero sigue siendo un
elefante blanco y solo se ocupa en procesos electorales y campañas de
vacunación; se dice que está habilitado para un albergue de resguardo temporal
pero tiene muchas goteras en temporadas de lluvias y el sistema eléctrico se
encuentra en deplorables condiciones, así como el de la mayoría de las aulas. A
la red de energía de las oficinas administrativas se le dio mantenimiento pero
desde hace más de 13 años”.
A comparación de otras instituciones, señaló la entrevistada, la escuela
no cuenta con un alto índice de deserción escolar y solo hay casos especiales
en donde los alumnos deben de dejar sus estudios de enseñanza media porque sus
papás se fueron a trabajar a otra entidad federativa o falleció algún familiar
cercano. Aquí, se promueve un programa de seguimiento de estos casos de
abandono en donde se hacen visitas domiciliarias para conocer la situación y se
les brinda toda la ayuda y asesoría necesaria; desafortunadamente, por la
pandemia, se suspendió este sistema.