El Baldón: Por
México, tienes que ir a votar, a pesar de MARKO.
José Miguel
Cobián
Tremendo
escándalo se ha generado con la publicación del convenio Coahuila por parte del
dirigente nacional de Acción Nacional, Marko Cortés. Todo parece indicar que la intención de
Marko es promover el abstencionismo. Me
explico:
Durante todo
el PRIATO y los doce años de PANATO, los ciudadanos nos quejamos una y otra vez
del reparto de los puestos públicos entre las pandillas ganadoras de una
elección, pues esperábamos que los mejores hombres y mujeres ocuparan esos
puestos públicos por el bien de México.
Salvo algunas
excepciones, había pudor en los gobiernos del PRI y del PAN, exigiendo a sus
colaboradores un cierto nivel de capacidad para los puestos que ocupaban. Las
excepciones fueron algunos gobiernos donde el saqueo se volvió la norma, pero
en general veíamos personal capacitado, y sobre todo, sanciones, cuando no se
atendía correctamente la función pública, sanciones que llegaban al despido.
Hoy, vemos un
cinismo absoluto, la destrucción de instituciones, que mucho trabajo le
costaron a la sociedad civil crear. Instituciones diseñadas expresamente para
reducir el poder del ejecutivo, para crear balances y contrapesos a la presidencia
imperial, que desgraciadamente ha regresado este sexenio con un presidente
López Obrador actuando como monarca absoluto, y un sector público, convertido
en una corte de aplaudidores y halagadores del ego presidencial.
Cualquiera
político que haya leído el acuerdo en comento, dirá que es algo común el
reparto del botín de los puestos públicos, incluyendo entrega de notarías. Cualquier ciudadano que haya leído el mismo
acuerdo, habrá sentido una enorme indignación, pues deja en evidencia que los
partidos de oposición no han aprendido nada de su derrota en el 2018, y por lo
tanto los ciudadanos tenemos mucho que exigir y que cambiar en la estructura
del sistema político mexicano.
El estímulo
que genera Marko Cortés, es intentar hacer sentir que todos son lo mismo, y por
lo tanto es irrelevante acudir a la cita de las urnas, ya que gane quien gane,
la situación del país no va a cambiar.
Es un estímulo perverso, una falacia, un engaño muy bien manejado.
No es verdad
que la oposición y los partidos oficialistas gobiernen igual. Los niveles de descuido y falta de capacidad
para gobernar un país del gobierno actual superan todo lo visto desde 1920 a la
fecha.
Enumerar el
millón de muertos, la crisis en el sector salud, las ineficiencias y saqueos en
Pemex, CFE, estados, municipios, federación, gobernados y administrados por
Morena o sus aliados, resulta redundante.
El fracaso de esta administración es algo nunca visto. El daño al país y
a la democracia mexicana es enorme, y costará tiempo y dinero recuperar el
camino del crecimiento económico y del bienestar para la población.
Es verdad que
la disyuntiva para el elector es escoger entre algo que no es bueno, pero que
ha dado resultados muy superiores, como son los gobiernos de la oposición, o en
su caso, empujar a México al precipicio, volviendo a votar por Morena y sus
aliados.
De ahí, que,
aunque exista una tentación muy fuerte de abstenerse de votar en un 35% de los
mexicanos, es momento de superarla, porque la circunstancia es diferente. Gracias a Morena la ciudadanía ha
despertado. Ya no se entregará un cheque
en blanco a los siguientes gobiernos.
El avance democrático del país ya tiene una ruta trazada, que implica en
primer lugar sacar a Morena del poder, pero ese solo sería el primer paso, de
ahí, depende de la ciudadanía, exigir el cambio en el sistema político
nacional, para quitarle más y más poder al gobierno, y llevarlo al lado de los
ciudadanos.
Si resultara
que sacamos a Morena el poder, para que los partidos de oposición PRI-PAN-PRD
continúen con las mismas prácticas que llevaron a sacarlos del poder en 2018,
únicamente estaremos creando circunstancias para que llegue otro personaje
incompetente y populista al gobierno en un futuro, con lo cual, provocaremos la
destrucción de México.
A muy pocos
políticos les importa el país. A la
mayoría de los ciudadanos nos importa el país, pero no sabemos ser ciudadanos,
ni nos involucramos, porque jamás hemos podido hacer otra cosa que acudir a
aplaudir, y ahora con el culto a la personalidad de AMLO, las cosas son más
graves aún. Muchos mexicanos se han
convertido en fanáticos incapaces de analizar un acto de gobierno y mucho menos
criticarlo. Sin ello, no podemos cambiar
el gobierno por uno que beneficie a todos los mexicanos.
Después del
triunfo de Xóchitl, con el triunfo de la oposición en senado, diputados
federales y locales e incluso en alcaldías donde haya elección para ello, los
ciudadanos tenemos en nuestras manos el futuro de México, a pesar del desprecio
que percibimos hacia nosotros desde la clase política. Ojalá los mexicanos estemos a la altura de lo
que necesita México, y las futuras generaciones, no solo el 2 de junio, sino en
los próximos 20 años.
Debemos dejar
de escoger quién nos va a robar, para comenzar a escoger quién nos va a
gobernar, es decir, administrar los bienes que son de todos, ¡para beneficio de
todos!
Elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex