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EL REPORTE DEL FBI...Animalìa

ANIMALIA

EL REPORTE DEL FBI

POR: MARICARMEN GARCÍA ELÍAS

Un reporte reciente del FBI (Oficina Federal de Investigación norteamericana) revela datos interesantes sobre la relación que guarda un asesino con el maltrato a los animales. Esta oficina usa reportes de crueldad animal para analizar el potencial de los sospechosos como criminales violentos, los datos que arroja la investigación están regenerando algunas leyes norteamericanas para proteger a los animales y están sirviendo para prevenir futuros delitos hacia los humanos.

En los últimos 18 meses han ocurrido siete tiroteos en escuelas de Estados Unidos: en cada uno, los perpetradores de estos crímenes habían abusado, torturado y matado animales antes de atentar contra víctimas humanas. Maestros, padres y estudiantes son advertidos y entrenados para buscar síntomas de alarma. De hecho, el Departamento de Educación de Estados Unidos, publica un panfleto, donde se coloca la crueldad contra los animales, como un síntoma de advertencia de un joven potencialmente peligroso.

En 1993, el Congreso Nacional PTA estableció:” Los niños entrenados para extender la justicia, bondad y compasión para con los animales, se vuelven mas justos, bondadosos y considerados en sus relaciones con el prójimo. El entrenamiento del carácter en éstas líneas, dará como resultado seres con una afinidad más amplia con los demás, más humanos, más apegados a las leyes, en síntesis, ciudadanos más valiosos…”

Entre los casos más famosos que cita esta dependencia, se encuentran:

Mayo de 1988/Springfield, Oregon: Kip Kinkel mató a sus padres y dos compañeros de clase e hirió a otros22. Tenía una historia de crímenes de animales y tortura, alardeaba de haber “volado” una vaca, matado gatos y ardillas, introduciendo petardos en sus bocas. Marzo 1998/ Arkansas: Mitchell Johnson y Andrew Golden mataron a tiros cuatro estudiantes y un maestro. Un amigo dijo que Andrew, mataba de tanto en tanto, algún perro con un rifle calibre22. Diciembre 1997/ Kentucky: Michael Carneal disparó y mató a tres compañeros de clase mientras estaban rezando. Le había comentado a sus amigos, que había quemado un gato en una hoguera. Octubre 1997/ Missisipi: Luke Woodham apuñaló a su madre hasta matarla, luego mató a disparos a dos compañeros de clase e hirió a muchos otros. En su diario había escrito que con un amigo, habían apaleado, quemado y torturado a su perro hasta matarlo. Patrik Cerril, que mató 14 compañeros de trabajo en una oficina de correos y luego se suicidó, obligaba a su perro a atacar y mutilar otras mascotas. Earl Kenneth, quien violó, acuchilló y mutiló a un niño de 7 años, era conocido en su vecindario por colocar petardos en el recto de los perros y ahorcar gatos. El “estrangulador de Boston”, que mató 13 mujeres, en su juventud, atrapaba perros y gatos y luego de colocarlos en cajas para naranjas, les tiraba flechas que atravesaban las cajas. El asesino serial Jeffrey Dahmer había “empalado” cabezas de perros, gatos y ranas. Los estudiantes que protagonizaron la masacre de Columbine, donde dispararon y mataron a 12 compañeros de clase, antes de dispararse a sí mismos, alardeaban haber mutilado animales de sus amigos.

Los actos de violencia contra los animales han sido largamente reconocidos como indicadores de una peligrosa psicopatía que no termina con los animales sino que se puede extender a los humanos. De acuerdo a Robert Ressler, quien diseñó los perfiles de los asesinos seriales para el FBI: “Los asesinos seriales muy a menudo, comienzan matando y torturando animales, cuando eran niños”.

Estos estudios han convencido a los sociólogos, a los legisladores y a las cortes de varios países, que los actos de crueldad contra los animales (incluidos aquellos “espectáculos” donde se use violencia hacia los animales como la cacería, corridas de toros, peleas de gallos o perros, etc.) deben merecer nuestra atención. Estos deben ser los primeros síntomas de una patología violenta de cualquier persona, que además incluya víctimas humanas.

El abuso animal no sólo es el resultado de un defecto menor de la personalidad del abusador, sino un síntoma de un profundo disturbio mental. Las investigaciones de la psicología y la criminalística muestran que las personas que cometieron actos de crueldad contra los animales no pararon ahí, muchos de ellos agredieron a otros seres humanos.

El FBI ha encontrado que la historia de la crueldad contra animales es uno de los rasgos que regularmente aparecen en sus computadoras, cuando revisan los antecedentes de violadores ó asesinos seriales. Además el Manual de Psiquiatría y Desórdenes Emocionales lista la crueldad contra los animales como un criterio de diagnóstico para los desórdenes de conducta. Los estudios han mostrado que los criminales violentos y agresivos son más propensos de niños a haber abusado de los animales, que los criminales considerados no agresivos.

Un examen a pacientes psiquiátricos que repetidamente torturaron gatos y perros, encontró que todos ellos tenían altos niveles de agresión contra la gente, como por ejemplo, un paciente que había asesinado un niño. Para los investigadores, una fascinación con la crueldad por los animales, es una bandera roja en las vidas de los violadores y asesinos seriales. Dijo Robert Ressler, fundador de la Unidad de Ciencias del comportamiento del FBI: “Estos psicópatas eran niños que nunca aprendieron que está muy mal arrancarle los ojos a un perrito”.

Tristemente, mucha de la violencia infantil de estos criminales no había sido examinada ni castigada, hasta que se volvió en contra de los humanos. La antropóloga Margaret Mead dice “una de las cosas más peligrosas que le puede suceder a un niño es matar ó torturar a un animal y cargar con ello”.

Debido a que el abuso doméstico está dirigido al más desvalido, el abuso animal y el abuso de los niños a menudo van de la mano. Los padres que niegan al animal la necesidad de un cuidado apropiado ó abusan de animales, también abusan ó descuidan a sus propios hijos.

El reporte indica que algunos adultos abusivos, saben muy bien que serán más reprochados por abusar de un niño en público que por abusar de un animal, también menciona que en el 88% de 57 familias de New Jersey, que fueron tratadas por abuso de infantes, los animales de la casa también eran maltratados. De 23 familias británicas, con historia de negligencia con animales, el 83% habían sido identificadas por los expertos, como riesgosas por abuso ó negligencia. Un estudio de mujeres golpeadas, muestra que el 57% decía que sus parejas maltrataban ó mataban animales.

Mientras que el abuso de animales es un importante signo de abuso de niños, el padre no es siempre quien hostiga al animal. Los niños que abusan de los animales, tal vez, repitan la lección aprendida en casa; y como sus padres, responden a la angustia y a la frustración con la violencia. Su violencia es dirigida al único ser de la familia más vulnerable que ellos mismos: el animal.

Por lo anterior, la violencia doméstica es la base más común para la crueldad infantil contra los animales y posteriormente una plataforma hacia un futuro asesino o violador, de ahí la importancia de fomentar una relación ética y positiva entre los niños y los animales. Mientras tanto aún hay países y gobiernos que fomentan espectáculos violentos, escuelas y padres, que consideran el abuso animal como “un crimen menor” ignorando que en realidad es una bomba de tiempo para futuros escenarios de crímenes y vandalismo, porque el abuso a cualquier ser viviente es inaceptable y nos pone en peligro a todos.
gaem80@gmail.com
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