El Baldón: Las víctimas y el presidente
Por José Miguel Cobián Elías
Unas horas antes de que Felipe Calderón saliera de viaje a Sudáfrica, un niño mexicano fue asesinado por la patrulla fronteriza americana a balazos, en territorio mexicano. Uno más de los muchos que día con día mueren a manos de los gringos o a manos de los mexicanos, para el caso es lo mismo. El boletín de prensa de presidencia de la República informa del profundo pesar y malestar del presidente, de su solidaridad con los deudos de…. ¨la victima¨. Ni siquiera tuvo tiempo el redactor de informarse del nombre del difunto. Ese es el nivel de atención y respeto por la vida de los mexicanos que vemos en Felipe Calderón.
Buscando la verdad de lo que ha pasado con tantas víctimas de los soldados mexicanos en los últimos meses, nos damos cuenta de que aparentemente no hay interés en presidencia de controlar al ejército y a la marina, para que hagan su tarea sin daños colaterales, -así nos definen cuando somos víctimas de un tiroteo ya sea de fuego cruzado o por error-. Piensa amable lector ver a tu padre, a tu madre, a tu hermano o hermana, a tu hijo o hija, o a tu esposo o esposa, acribillados por las balas de alguna autoridad y ser considerados nada más daño colateral, sin siquiera tener la esperanza de que aquél o aquéllos que lo mataron sean perseguidos y llevados a un tribunal para que paguen por su negligencia o error.
Ese es el respeto que muestra el gobierno de Felipe Calderón por la vida de los mexicanos. Más claro ni el agua. La investigación del incendio de la guardería tuvo que llegar a la Suprema Corte, y el proyecto está manejado con fines políticos y electoreros. El asesinato de los jóvenes dentro del tec de monterrey a manos de los soldados y la posterior destrucción de evidencias para no juzgar a nuestro glorioso ejército. Todos aquéllos mexicanos acribillados por error en los retenes, todos aquéllos baleados que estando vivos eran personas decentes, mexicanos estudiantes o trabajadores ejemplares, y que cuando fueron asesinados a mansalva por las fuerzas del orden, para justificar su error se convierten en criminales, como aquéllos chicos de ciudad Juárez a los que el propio presidente tachó de pandilleros, y después tuvo que reconocer públicamente su error pero la disculpa quedó pendiente, y sigue pendiente.
Disculpas debiera pedir Calderón al pueblo de México por haber iniciado una guerra contra el crimen organizado sin saber en lo que se metía y en lo que metía a todo el país, y todo con el fin de legitimar una presidencia que ante un tercio de los electores era ilegítima. No se vale dañar tantas vidas y familias por un interés político. Así como no se vale apoyar a un grupo de mafiosos para que desestabilice estados en los que hay elecciones con el fin de mover a la opinión pública en contra del gobierno en turno. A fin de cuentas, no se vale jugar con la vida de los mexicanos, a cambio de obtener beneficios políticos, y tampoco se vale, desestimar las pérdidas en vidas humanas y desentenderse del dolor de tantas familias mexicanas si se es presidente de la República.
Uno de los fines del gobierno es proteger las vidas y los bienes de los ciudadanos, garantizar la paz social y la sana convivencia. Hoy parece que al presidente en turno, con un ocaso adelantado de su mandato ya no le interesa cumplir con el más elemental de los deberes de un líder de una nación. Hoy vemos como la tranquilidad brilla por su ausencia en la mayoría de los hogares mexicanos, y nada más como ejemplo, vale recordar que hace diez años todavía se podía estar tranquilo en este país, pero algo ha pasado en estos últimos diez años que ya se perdió la tranquilidad, se perdió la paz y se han perdido muchas vidas humanas, muchas más de este lado de la frontera, pero también muchas del otro lado de la frontera, y así como de este lado no hay interés y hay una absoluta tibieza para atender los reclamos de justicia de los deudos de las víctimas de la errónea política anticrimen del gobierno federal, así también hay un absoluto desinterés por defender las vidas y la integridad de los connacionales que viven, trabajan, y cruzan día con día hacia el norte, en busca de una mejor vida, que nuestro país no les ha podido ofrecer, y si me disculpas amable lector, no les ha podido ofrecer esa mejor vida, porque las políticas económicas están manejadas con un criterio explotador y extractor de rentas para una clase privilegiada, en lugar de un criterio de crecimiento económico y bienestar para la población. De allí que esa búsqueda del bien común ha quedado olvidada en los últimos diez años, por cierto diez años de gobierno de Fox y Calderón.www.josecobian.blogspot.com www.miguelcobian@gmail.com
El baldón: La difamación y la mentira como arma política
Por José Miguel Cobián Elías
“La verdad os hará libres” es una frase que se convirtió en senda de vida para muchos seguidores de Aquél que la pronunció hace casi dos mil años. En México tenemos casi 500 años –desde la caída de Tenochtitlán- de profesar la fé católica, y en los últimos años la mayoría de las nuevas religiones que han incrementado su feligresía en el país tienen la misma raíz y por ello la misma base filo y teosófica. Sin embargo, pese a que más del noventa por ciento de la población sigue las enseñanzas de Jesucristo, la vida diaria de nuestro país y en particular la política convertida en reflejo de nuestra sociedad no se basa en la Verdad.
Los países civilizados condenan la mentira, los ciudadanos con un perfil avanzado de civilidad y civismo condenan firmemente la mentira, mientras que en México ésta se convierte en un elemento más de lo cotidiano dentro de la vida familiar, profesional y sobre todo pública. Una y mil veces hemos escuchado mentiras de nuestros gobernantes en turno, a sabiendas de que mienten y a pesar de ello no se expresa hacia ellos el repudio social, clave de la urgencia de la sociedad por vivir en la Verdad.
También en el caso de las campañas políticas escuchamos todos los días mentiras, engaños que nos brindan la falsa esperanza de un futuro mejor, a pesar de que quienes escuchamos muchas de esas propuestas, sabemos que no está en manos de aquéllos que van a ser electos, el cumplir dichas ofertas políticas. Sin embargo, hace ya algunos años, un hombre decente aspirante a un cargo de elección popular –que por cierto ganó-, me dijo que para llegar al poder hay que jugar con las reglas que la propia población acepta, y sólo después de llegar al poder, podría aplicar su propio programa de gobierno. Esta reflexión me afectó mucho, pues comprendí que el pueblo de México desea que se le mienta para otorgar su voto. Años después al ser quien esto escribe candidato a un puesto de elección popular traté de ser muy honesto en mis propuestas, y más de un elector me reclamó el hecho de decir que algo solicitado era imposible dentro de nuestra realidad cotidiana en caso de que yo fuera a ganar aquélla elección, y el reclamo se debía a que preferían que les mintiera y diera esperanza, pues cuando menos esa era una luz que daba alegría a su triste vida.
Hoy la mentira y la calumnia han llegado a extremos ominosos y vergonzantes para la sociedad mexicana. Hoy por buscar un puestecito de elección como lo es una presidencia municipal o una diputación local, y ya ni se diga la gubernatura, se escuchan las mayores barbaridades en contra de cada contendiente y en particular en contra de aquéllos que hoy ejercen el poder público, ante la expectativa de que al golpear al gobernante en turno, también se golpea a los aspirantes de su partido político. Y lo más grave es que con el nivel cultural de nuestra sociedad, nos enfrentamos a un efecto ampliado de rumores, pues la población goza, disfruta y se enorgullece de transmitir dichos golpes bajos, sin importar si son ciertos o no, llegando incluso a creerlos sin el mínimo sustento o análisis y comienza entonces el círculo vicioso de desconfianza, agresión, ofensa, infamia, calumnia que contribuye aún más a descomponer el tejido social y a generar agravios cuyos efectos van a durar mucho más allá del 4 de julio.
El escuchar, creer y transmitir los más disparatados rumores no es privilegio de las clases sociales con menor grado de estudios, pues a todos los niveles se da el mismo fenómeno, y en particular en los niveles más altos, dónde el efecto es mucho más grave, pues son líderes de opinión los que asumen que lo dicho personalmente, comentado como chisme o rumor o si acaso, enviado por internet tiene validez de prueba juzgada ante un tribunal máximo. Y así, esos líderes de opinión son también manipulados por el grupo político con mayor capacidad de engaño y falsedad, lo cual confunde a la sociedad y daña brutalmente la relación entre gobernantes y gobernados.
El efecto de estos rumores va mucho más allá de la fama pública de quien es blanco del ataque en turno. Reduce la confianza en las instituciones, divide y separa por colores políticos a la población, genera rencillas incluso entre familias que serán muy difíciles de resolver, y sobre todo a fin de cuentas, debilita toda la estructura en la cual se sostiene nuestro México. A pesar de todo ello, todavía no surge una voz que condene tanta mentira y exija que lo que se diga se pruebe, para que sólo la verdad circule y se conozca. Mientras tanto, seguiremos chapoteando, jugando y transmitiendo mierda entre unos y otros.www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
El Baldón: El mundial y la enajenación como política de estado
Por José Miguel Cobián Elías
El aumento de las gasolinas para junio estaba programado para el 1 de junio, sin embargo alguien en el gobierno federal se dio cuenta de que había un inicio de mundial de futbol en unos días más, así que se retrasó dicho aumento para estas fechas, cuando el 80% del país estuviera distraído discutiendo algo tan importante como si el primer gol de México debió de ser anulado o no.
Un país como México, sin héroes, sin atletas de los cuales enorgullecerse, sin verdaderos símbolos de la mexicanidad de los cuales estar orgulloso, tiene que buscar ánimo y distracción en dónde lo encuentre. Curiosamente tenemos grandes pensadores, premios nobel incluso, grandes atletas a los que no se les brinda ni apoyo ni promoción, grandes ideólogos de la independencia y de la revolución, ideólogos que por cierto no conviene al régimen en turno recordar. Tenemos grandes próceres como Benito Juárez que libró a México del yugo y control eclesiástico tanto de la riqueza como de la educación, pero tampoco es políticamente correcto en estos tiempos recordarlo.
Ante un pueblo con poca lectura, ante un pueblo con mínima educación a pesar de tener algunos con nivel licenciatura, unos pocos con nivel de maestría y muy pocos con nivel de doctorado. Decía que ante un pueblo como el nuestro, es muy fácil controlar a las masas mediante los grandes medios de comunicación, esos consorcios que forman parte del grupo que controla al país y que lucra con la ignorancia y el poder político que ellos mismos representan.
Así, México paraliza su cerebro durante un mes que dura el campeonato mundial. Oportunidad de oro para los políticos en el poder, para hacer y deshacer a su antojo, pues si normalmente los ciudadanos poco prestan atención a los asuntos públicos, ahora con el mundial, mucho menos atención prestarán a las decisiones que afectarán nuestro presente y nuestro futuro. Enorme irresponsabilidad de los gobernados y gran oportunidad para los gobernantes.
Enajenar a la población ha formado parte de la historia de la política del mundo. Pan y circo decían los emperadores romanos. Hoy un poco de alimento y mucho circo es lo que mantiene al respetable público alejado de los grandes negocios que se realizan tras las bambalinas del poder. Tiempo ha que con mi gran amiga Gloria cuando en lunes le llamo, pregunto cuál será el tema de la semana, ese que habrá de distraer a la opinión pública supuestamente informada, pues cada semana hay un tema nuevo, que por cierto hace que se nos olvide el anterior. Ejemplos hay muchos, la guardería ABC, Paulette y su extraño suicidio y autoembalsamamiento, el secuestro del jefe Diego que por cierto la PGR debiera investigar pero en ese caso ni las manos mete, cuando menos hasta que se paguen los cincuenta millones de dólares de rescate, la reunión de congresistas americanos con mexicanos y la propuesta de modificar el tratado de libre comercio, la muerte de los jóvenes dentro del Tec de Monterrey, el niño asesinado por un guardia de la border patrol, etc. Siempre hay algo nuevo para distraer a los mexicanos y mientras tanto, entre ese mar de ruido mediático, lo verdaderamente importante, lo trascendente para la sociedad mexicana va pasando al olvido. Así pareciera una estrategia de estado el distraer a los mexicanos y lograr que nada ni nadie toque temas importantes para nuestro presente y futuro. Por ejemplo, el daño que viene haciendo a la economía el aumento mensual a gasolinas, o el increíble aumento que han tenido algunos productos básicos, como si la devaluación del 30% del año pasado, apenas estuviera haciendo efecto, pero claro, hay que distraer a los asalariados, porque en caso contrario, querrían también un aumento del 30% y eso no es bueno para los grandes consorcios. Mejor que coman un 30% menos y se sacrifiquen un 30% más, aunque sufran, lloren y se acongojen, pues aquello de la búsqueda del bien común es bueno como lema de campaña, pero ni de locos aplicarlo en la vida diaria, porque lo que manda son los intereses del gran capital, más dinero a costa de lo que sea, incluso del dolor de ciento cinco millones de mexicanos que valientemente todavía quieren vivir en este país…. O quizá no les queda más remedio que seguir viviendo aquí. www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com