El Baldón: Pudo ser
muy grave, y todo por ineptitud de funcionarios
Por: José Miguel Cobián
La historia comienza como todas
las historias en este país. Años de
promesas incumplidas. Familiares muertos en el traslado, mientras una clínica
se comienza a construir en 2005 y a la fecha no se termina. Caminos inexistentes o en muy mal
estado. Pueblo harto de falsas promesas
y de engaños, y sobre todo, algo extraordinario, un alcalde, un presidente
municipal al frente de su pueblo, acompañándolos, sin importar si se enoja el
Gobernador o quien sea.
Un día deciden que tienen que
tomar otras medidas, pues por su condición de indígenas, y de no hablar
español, todo mundo les miente y no se resuelve nada. Así que: Vamos a Xalapa a
protestar, es el grito de batalla.
Se reúnen y viajan en camión, en
taxis rurales, en automóviles propios, pero alguien en Xalapa se entera y manda
a los granaderos a detenerlos en la carretera entre Fortín y Chocamán. Les impiden su libertad de tránsito sin
justificación, y los dejan sin poder reclamar lo que tanto les han prometido y
jamás cumplido.
Deciden bloquear esa carretera, y
nadie les hace caso… Deciden bloquear
la autopista a la altura de la caseta de Fortín, y… nadie les hace caso… Ni a
ellos ni a todos los ciudadanos afectados por una mala decisión tomada en
Xalapa por algún alto funcionario cómodamente sentado en su escritorio.
Pasan las horas, y nadie los
atiende. El responsable de la tranquilidad en el estado el secretario de
Gobierno Erick Lagos está muy ocupado atendiendo otros asuntos, y no toma
medidas para resolver el bloqueo carretero.
Mientras más y más mexicanos se ven afectados, y los habitantes de
Soledad Atzompa más y más ofendidos por la absoluta desatención a sus
quejas. Se dice que son alrededor de
tres mil los movilizados.
Cerca de las cinco se desesperan
aún más por ser ignorados, y porque saben que están afectando a terceros pero
ni así les hacen caso. Deciden caminar
en Fortín para llamar la atención… Nada pasa.
Molestos deciden bloquear también
la carretera federal a ver si así les hacen caso, y nada. Alguien de gobernación pregunta que demandan,
y contestan que son carreteras, -a una le faltan 200 metros nada más-, terminar
el hospital, un bachillerato para que sus hijos no viajen horas a los de
municipios vecinos. Se pasa el reporte a
Xalapa, y nada.
Desesperados observan cómo llegan
contingentes de granaderos y policías del mando único a concentrarse
protegiendo el palacio municipal de Fortín.
Mientras tanto, personas mal intencionadas corren rumores de que hay
agresión a automovilistas, a peatones, piedras, palos, bambúes, conatos de
violencia que nadie confirma, sin embargo los habitantes de Fortín temen que se
desate el vandalismo.
Muchos fortinenses llegan a sus
casas pensando que pasará lo peor, pues nadie informa nada. Nadie dice que los
manifestantes son pacíficos y no hay nada que temer. Los funcionarios temen equivocarse, y los
habitantes de Fortín disponen en sus casas armas para defenderse de una posible
agresión, pues no hay policía que los proteja, salvo algunas camionetas de
seguridad pública que circulan a gran velocidad y con temor.
De repente, el velo se
descubre. Los policías alrededor del
palacio municipal no están para proteger a la población. Llegaron como escoltas
para un grupo de secretarios de estado que llegarán por aire en unos minutos.
La imposibilidad de comunicarse
con los grupos de bloqueo genera más incertidumbre. En su inmensa mayoría no
hablan español, sólo Nahúatl, y los de la ciudad no conocen el idioma de sus
ancestros.
Llegan los funcionarios
estatales, después de más de nueve horas de bloqueos, y sólo hasta que hubo
presión con más bloqueos y más bloqueos, y más molestias a ciudadanos mexicanos
causadas por su desatención. Estos
señores se sientan a negociar, y SSP sugiere que como primer punto se solicite
que se levanten los bloqueos en calles y avenidas de Fortín, ante el riesgo de
que cualquier mal entendido genere un acto de violencia, y se encienda un
polvorín de manifestantes indignados por la desatención del gobierno y
ciudadanos mal informados y preocupados por su propia seguridad, que depende de
ellos mismos, pues SSP sólo está para proteger a los funcionarios recién
llegados.
Cinco horas más tarde a la 1.30
de la mañana del día siguiente se logra convencer a los manifestantes con
nuevas promesas, las cuales, nadie sabe si serán cumplidas. Y todos se retiran a sus casas.
Los ciudadanos de Fortín
entendieron y aprendieron que en caso de ser una manifestación violenta, no
cuentan con nadie que los defienda, y deben estar preparados para defenderse
solos.
Los turistas que sufrieron el bloqueo
aprendieron que no hay que visitar estados dónde no hay quien desactive un
problema de esta magnitud, y dónde nadie le presta atención a un bloqueo
carretero dónde hay mujeres y niños con necesidades propias de su sexo y edad,
porque son ciudadanos de tercera. Aquí sólo los funcionarios públicos son
ciudadanos de primera junto con sus socios en la iniciativa privada.
Los veracruzanos de la zona
centro del estado aprendieron que ningún funcionario va a atender sus
obligaciones a menos que la situación se torne muy tensa. Horas y horas de espera a que los señores
secretarios considerarán que su presencia era necesaria por lo peligroso de la
situación.
Penoso el esfuerzo del
gobernador, desde España tratando de arreglar el asunto por teléfono y de último
minuto, en lugar de haberle prestado atención y tener conocimiento de un
problema que se estuvo gestando durante mucho tiempo, pero nadie en gobierno
del estado se dio cuenta, ni pudo desactivarlo.
Esto es Veracruz. Un estado dónde
se evita el libre tránsito de personas,
se genera un problema mayúsculo y no se atiende, todo con el fin de que
no hubiera manifestación en Xalapa.
Dónde las leyes se aplican a conveniencia, y dónde seguridad pública
existe para los gobernantes pero no para los gobernados.
Un estado en dónde por ineptitud
de los funcionarios públicos involucrados pudo haber estallado una pequeña
guerra con heridos y muertos, todo por la falta de información de la autoridad
a los habitantes, y su falta de atención a quienes pagan sus sueldos.
Un estado dónde hay que hacerle
un monumento al alcalde de Soledad Atzompa, por contestarle al gobernador que
el que manda es el pueblo y no el gobierno, y que si el pueblo quiere seguir la
protesta y el bloqueo, el gobernante está para obedecer y seguir la protesta y
el bloqueo hasta que sean atendidos.
Una última lección a todos
aquéllos que tienen reclamos: bloquea una autopista y una carretera federal
juntas. Bloquea también calles y avenidas de una ciudad que tomes como invasor,
y así, sólo así, los grandes funcionarios de Xalapa se distraerán de sus
ocupaciones para atender tus peticiones y escuchar tus demandas, después de
nueve años de reclamos suaves y discretos que no sirvieron para nada.
Este es el México que le estamos
dejando a nuestros hijos….. O lo componemos nosotros o les tocará a ellos.