Los Cachirulos de la política
Por José Miguel Cobián
“Otro cuentote más de Cachiruloco”. Así se expresaba un buen amigo, Juan Manuel cuando otro amigo de nombre Tomás nos venía con alguna historia que jamás podíamos comprobar, o algún argumento para ganar una opinión favorable del respetable grupo de amigos en una discusión. Hoy el fantasma de Cachirulo circula por los pasillos de las oficinas de los partidos políticos, por las esquinas de los Pinos, por los recovecos del palacio familiar de los Covián sitio que alberga la secretaría de gobernación, también se esconde entre las motas de polvo del congreso de la unión y no hay lugar en la vida pública en dónde no aparezca una y otra vez aquél famoso cuentista que entretuvo a los niños en los albores de la televisión en México, entre los sesentas y los setentas del siglo pasado.
Cuando leo y escucho a los políticos mexicanos me doy cuenta de que una es su postura ante el pueblo y la opinión pública y otra muy distinta es la postura real ante las situaciones que se les presentan en el día a día. Es decir, con sus palabras y declaraciones dicen una cosa, pero en los hechos y con sus actos, otra muy diferente.
Hay dos ejemplos que son garbanzos de a libra para poder darnos cuenta del nivel de contagio de “cachiruloquez” de nuestros funcionarios. El primero que me ofende porque siempre he pensado que la izquierda es la vanguardia de un país en cuanto al desarrollo político y económico, aunque día con día, la izquierda mexicana se encarga de demostrarme que todavía hay países donde los neandertales lideran los partidos progresistas. Jamás un político de izquierda puede darse el lujo de emplear frases que discriminen a ser humano alguno por su condición política, social, color de piel, preferencias sexuales, origen, cultura, etc., sin embargo, tenemos a un diputado federal del PRD, un fulano de nombre Ariel Gómez León, que en su programa de radio comentó su molestia por el descuento de salario para apoyar a los haitianos, insistiendo en que todos son iguales y que seguramente se forman una y otra vez a pedir ayuda humanitaria, a pesar de que hay sectores de la sociedad de Haití, que todavía no reciben el mínimo apoyo. Así como lo digo creo que no hay discriminación ni desprecio en mis palabras, sin embargo lea la perla de lo que dijo el animal ese: “como todos son negros y se parecen tanto, habría que marcarlos con tinta indeleble, para que no se les repita la ayuda, porque son abusivos”. Si alguien así, llegó a diputado federal, se puede entender también que el PRD busque alianzas con el PAN, para lograr el poder por el poder, en lugar de llevar un programa de gobierno de avanzada y obviamente contrario a los intereses de la reacción en el país. No hay ideología, no hay conciencia, no hay la mínima intención de mejorar el país, simplemente se busca llegar al poder por el poder mismo, y claramente, por los beneficios que conlleva ejercer el poder. Un vivo retrato de toda nuestra clase gobernante, salvo honrosas excepciones.
El otro ejemplo que es la prueba mayor de que desde el gobierno federal no hay la mínima congruencia, nos llega desde el partido de Acción Nacional, pues por un lado, el presidente Calderón insiste en que hay que llevar el poder a los ciudadanos, y trata de hacer creer a los mexicanos que sus propuestas de reforma política lograrán ese objetivo, y por la otra, escuchamos a la comisionada presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, la señora Jacqueline Peschard quejarse públicamente ante una demanda ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, promovida por la PGR que depende directamente de Calderón, para que se valide a nivel federal un fallo local en el sentido de que la información que los gobiernos consideren que no debe darse al público, se retenga hasta que un tribunal determine si se puede informar o no al ciudadano, más allá incluso de la información que pueden resguardar como protegida por cierto número de años. Así, nos encontramos a un presidente Calderón que con palabras trata de hacer creer que le preocupa darle más poder al pueblo y por el otro lado un presidente Calderón que a través de la PGR trata de limitar aún más el derecho a la información, y evita transparentar en todo lo posible, los manejos de los recursos públicos y las decisiones que tomen los servidores públicos. Así se entiende que su partido político, que por cierto a ojos vista está dirigido directamente por el presidente Calderón, siendo Nava su testaferro y prestanombres en la dirigencia partidaria, quiera aliarse con el PRD en busca de la gubernatura de varios estados del país. Sin ideología, sin conciencia, sin historia, sin principios básicos, incluso sin dignidad, pues recordemos que para los perredistas, el presidente Calderón es ilegítimo, espurio, ladrón de elecciones, usurpador y cualquier otra cantidad de expresiones para resaltar que no lo reconocen como el presidente de México.
Así, en dos ejemplos, uno en el ejecutivo y otro en el legislativo, vemos que el fantasma de Cachirulo circula en el Olimpo mexicano, sin olvidar que Cachirulo es creación de televisa, y tenemos ya un candidato presidencial made in televisa por el lado del PRI.
www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
Cuando leo y escucho a los políticos mexicanos me doy cuenta de que una es su postura ante el pueblo y la opinión pública y otra muy distinta es la postura real ante las situaciones que se les presentan en el día a día. Es decir, con sus palabras y declaraciones dicen una cosa, pero en los hechos y con sus actos, otra muy diferente.
Hay dos ejemplos que son garbanzos de a libra para poder darnos cuenta del nivel de contagio de “cachiruloquez” de nuestros funcionarios. El primero que me ofende porque siempre he pensado que la izquierda es la vanguardia de un país en cuanto al desarrollo político y económico, aunque día con día, la izquierda mexicana se encarga de demostrarme que todavía hay países donde los neandertales lideran los partidos progresistas. Jamás un político de izquierda puede darse el lujo de emplear frases que discriminen a ser humano alguno por su condición política, social, color de piel, preferencias sexuales, origen, cultura, etc., sin embargo, tenemos a un diputado federal del PRD, un fulano de nombre Ariel Gómez León, que en su programa de radio comentó su molestia por el descuento de salario para apoyar a los haitianos, insistiendo en que todos son iguales y que seguramente se forman una y otra vez a pedir ayuda humanitaria, a pesar de que hay sectores de la sociedad de Haití, que todavía no reciben el mínimo apoyo. Así como lo digo creo que no hay discriminación ni desprecio en mis palabras, sin embargo lea la perla de lo que dijo el animal ese: “como todos son negros y se parecen tanto, habría que marcarlos con tinta indeleble, para que no se les repita la ayuda, porque son abusivos”. Si alguien así, llegó a diputado federal, se puede entender también que el PRD busque alianzas con el PAN, para lograr el poder por el poder, en lugar de llevar un programa de gobierno de avanzada y obviamente contrario a los intereses de la reacción en el país. No hay ideología, no hay conciencia, no hay la mínima intención de mejorar el país, simplemente se busca llegar al poder por el poder mismo, y claramente, por los beneficios que conlleva ejercer el poder. Un vivo retrato de toda nuestra clase gobernante, salvo honrosas excepciones.
El otro ejemplo que es la prueba mayor de que desde el gobierno federal no hay la mínima congruencia, nos llega desde el partido de Acción Nacional, pues por un lado, el presidente Calderón insiste en que hay que llevar el poder a los ciudadanos, y trata de hacer creer a los mexicanos que sus propuestas de reforma política lograrán ese objetivo, y por la otra, escuchamos a la comisionada presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, la señora Jacqueline Peschard quejarse públicamente ante una demanda ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, promovida por la PGR que depende directamente de Calderón, para que se valide a nivel federal un fallo local en el sentido de que la información que los gobiernos consideren que no debe darse al público, se retenga hasta que un tribunal determine si se puede informar o no al ciudadano, más allá incluso de la información que pueden resguardar como protegida por cierto número de años. Así, nos encontramos a un presidente Calderón que con palabras trata de hacer creer que le preocupa darle más poder al pueblo y por el otro lado un presidente Calderón que a través de la PGR trata de limitar aún más el derecho a la información, y evita transparentar en todo lo posible, los manejos de los recursos públicos y las decisiones que tomen los servidores públicos. Así se entiende que su partido político, que por cierto a ojos vista está dirigido directamente por el presidente Calderón, siendo Nava su testaferro y prestanombres en la dirigencia partidaria, quiera aliarse con el PRD en busca de la gubernatura de varios estados del país. Sin ideología, sin conciencia, sin historia, sin principios básicos, incluso sin dignidad, pues recordemos que para los perredistas, el presidente Calderón es ilegítimo, espurio, ladrón de elecciones, usurpador y cualquier otra cantidad de expresiones para resaltar que no lo reconocen como el presidente de México.
Así, en dos ejemplos, uno en el ejecutivo y otro en el legislativo, vemos que el fantasma de Cachirulo circula en el Olimpo mexicano, sin olvidar que Cachirulo es creación de televisa, y tenemos ya un candidato presidencial made in televisa por el lado del PRI.
www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
